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El 40% de los países más pobres no apoya a los estudiantes en situación de riesgo

Menos del 10% de los países cuentan con leyes que ayudan a garantizar la plena inclusión en la educación, según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2020: Inclusión y educación – Todos significa todos de la UNESCO.

El Informe de UNESCO presenta un análisis detallado de los factores clave de la exclusión de los alumnos en los sistemas educativos de todo el mundo, incluyendo los antecedentes, la identidad y la capacidad. Identifica una exacerbación de la exclusión durante la pandemia del COVID-19 y estima que alrededor del 40% de los países de ingresos bajos y medios-bajos no han prestado apoyo a los alumnos desfavorecidos durante el cierre temporal de las escuelas. 

En el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2020 se insta a los países a que se centren en los que se han quedado atrás cuando las escuelas vuelvan a abrir sus puertas, a fin de fomentar sociedades más resilientes e igualitarias. “Para estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo, es imperativo avanzar hacia una educación más inclusiva”, dijo la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay. “Repensar el futuro de la educación es tanto más importante tras la pandemia del Covid-19, que exacerbó y puso de relieve las desigualdades. Si no se actúa, se obstaculizará el progreso de las sociedades”. 

Persistencia de la exclusión

El Informe de este año es el cuarto anual GEM de la UNESCO para el seguimiento del progreso realizado en 209 países hacia la consecución de los objetivos de educación adoptados por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En él se señala que 258 millones de niños y jóvenes quedaron totalmente excluidos de la educación, siendo la pobreza el principal obstáculo para su acceso. 

En los países de ingresos bajos y medios, es tres veces más probable que los adolescentes del 20% más rico de todos los hogares terminen el primer ciclo de enseñanza secundaria que aquellos de los hogares más pobres. Entre los que sí terminan el primer ciclo de enseñanza secundaria, es dos veces más probable que los estudiantes de los hogares más ricos tengan conocimientos básicos de lectura y matemáticas que aquellos de los hogares más pobres. 

A pesar del objetivo proclamado de la finalización universal del ciclo superior de enseñanza secundaria para 2030, casi ninguna joven de un entorno rural pobre termina la enseñanza secundaria en al menos 20 países, la mayoría de ellos en África Subsahariana. 

Asimismo, según el Informe, los estudiantes de 10 años de edad de los países de ingresos medios y altos que recibieron enseñanza en un idioma distinto al de su lengua materna por lo general obtuvieron una puntuación un 34% inferior a la de los hablantes nativos en las pruebas de lectura.

En diez países de ingresos bajos y medios, se estableció que era un 19% menos probable que los niños con discapacidades lograran un dominio mínimo de lectura que aquellos que no tenían discapacidades. En los Estados Unidos, era casi tres veces más probable que los estudiantes LGBTI declararan que se habían quedado en casa sin ir a la escuela por sentirse inseguros. 

Bases inequitativas

Hoy, además de la publicación, el equipo del Informe GEM de la UNESCO lanzó un nuevo sitio web, PEER, con información sobre leyes y políticas relacionadas con la inclusión en la educación en cada país del mundo.

PEER muestra que muchos países siguen practicando la segregación en la educación, lo que refuerza los estereotipos, la discriminación y la alienación. Las leyes de una cuarta parte de todos los países exigen que los niños con discapacidades sean educados en entornos separados, cifra que se eleva a más del 40% en América Latina y el Caribe, así como en Asia.

“El Covid-19 nos ha dado una verdadera oportunidad de repensar nuestros sistemas educativos”, dijo Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. “Pero pasar a un mundo que valore y acoja la diversidad no ocurrirá de la noche a la mañana. Existe una tensión evidente entre enseñar a todos los niños bajo el mismo techo y crear un entorno en el que los estudiantes aprendan mejor. Pero, el COVID-19 nos ha mostrado que se pueden hacer las cosas de manera diferente, si nos concentramos en ello.”

Se encontró que las creencias discriminatorias de los padres formaban una barrera para la inclusión: Alrededor del 15% de los padres en Alemania y el 59% en Hong Kong, China, temían que los niños con discapacidades perturbasen el aprendizaje de los demás. Los padres de hijos vulnerables también deseaban enviarlos a escuelas que garantizaran su bienestar y respondieran a sus necesidades. En Queensland (Australia), el 37% de los estudiantes de las escuelas especiales se habían cambiado de establecimientos ordinarios. 

El Informe muestra que los sistemas educativos a menudo no tienen en cuenta las necesidades especiales de los alumnos. Solo 41 países a nivel mundial reconocen oficialmente el lenguaje de señas y, mundialmente, las escuelas están más interesadas en obtener acceso a Internet que en atender a los alumnos con discapacidades. 

Alrededor de 335 millones de niñas asisten a escuelas que no les proporcionan los servicios de agua, saneamiento e higiene necesarios para seguir asistiendo a clase durante la menstruación. 

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