Es una de las propuestas familiares gratuitas más elegidas por marplatenses y turistas. El 7 de enero reabre sus puertas, aunque de forma “atípica”, con turnos y capacidad reducida.
Vacaciones de verano, de invierno, semana santa, fines de semana largos y XXL son todas las ocasiones en las que niños y adultos, marplatenses y turistas, disfrutan de la propuesta del Espacio Unzué. En la antigua normalidad, abría sus puertas con juegos al aire libre, lugares donde sentarse, feria de emprendedores, oferta gastronómica y shows en vivo.
Sin embargo, luego de un año sin poder abrir, se preparan para una temporada “atípica” que arrancará el 7 de enero. Sergio Maciel, su director, adelantó que la pandemia los obligó a “repensar el espacio”. De esta manera, las jornadas serán con capacidad reducida y estarán organizadas en dos turnos con entradas gratuitas que se podrán obtener a través de internet.
En cuanto a la feria, Maciel explicó que habrá “tiendas colectivas” en donde se reunirán grupos de emprendedores que atenderán a los visitantes de forma espaciada para poder respetar el distanciamiento. Por otra parte, la oferta gastronómica se verá reducida a productos envasados que puedan ser sanitizados y que no requieran manipulación.
Como bien lo definió su director, la del Unzué es una propuesta única en la ciudad. Porque es cultural, pensada principalmente para las niñeces, pero también para jóvenes y adultos, gratuita e inclusiva. “Cuando hablamos de espacio de promoción de derechos, estamos hablando de la igualdad hacia las infancias” definió Maciel.
Cuidados y vínculos saludables
El Espacio Unzué depende de la Secretaría Nacional de Niñez y Adolescencia de Desarrollo Social de la Nación. Es por ello que las actividades están pensadas entorno a la promoción de los derechos de niños y adolescentes. “Vamos a usar performances en donde pueda haber desde el cuidado del cuerpo y la salud hasta la promoción de vínculos saludables entre adolescentes” expresó Maciel, y agregó que la idea es abordar estos temas “de forma más dinámica, no tan académica ni pesada sino a través del vínculo con el arte”.
Para finalizar, Maciel apuntó un claro objetivo: “que (el Unzué) pueda estar abierto, pero que a su vez también pueda llegar a esos lugares que históricamente no ha llegado, a esos niños y niñas de sectores más relegados. Me parece que ese es el desafío que nos queda por delante”.