Un grupo de profesionales argentinos es el primero de Latinoamérica en lograr progresos técnicos –en escala pequeña y real- para construirla con tecnología nacional. La ola tendrá hasta dos metros y un recorrido de 150 metros.
¿Surfear en una ciudad, sin tener que viajar hasta la costa? Sí, claro, el sueño está cada día más cerca.
La ilusión de muchas personas, de los surfistas, claro, pero también de quienes miran este deporte como un anhelo a concretar alguna vez en su vida crece al compás de los avances de una empresa de industria argentina. Es que luego de nueve años de estudios, planificación, trabajo e inversión, La Ola Group dio un paso más hacia la instalación de una ola artificial en el país, concretando su prototipo en escala real.
Por lo pronto, se trata de la primera empresa de Latinoamérica en lograr progresos técnicos concretos para poder construirla con tecnología nacional. Está formada por un equipo interdisciplinario de 20 personas especializadas en distintas áreas que trabajan dentro de un centro de investigación y desarrollo –ubicado en Cardales- para poder instalar una ola de hasta dos metros de altura con recorridos de 150 metros aproximadamente. Un verdadero paraíso para los amantes del deporte acuático, un emprendimiento que puede generar un antes y un después…
Y los avances para este sueño no llegan en cualquier presente. El surf atraviesa el mejor momento de su historia a nivel mundial y ese crecimiento se nota en el país. Cada día son más los surfistas que se observan en las rompientes de las distintas playas argentinas y su industria ha crecido exponencialmente. Un fenómeno social que va más allá del deporte.
La cultura de playa crece, por todo lo que genera y representa, con el plus del empuje que le dio el debut del surf en los Panamericanos y los Juegos Olímpicos, que incluyó la participación de un argentino en Tokio 2021 (Leandro Usuna).
El surf, un estilo de vida
«Cada día se buscan más espacios abiertos, al aire libre, con naturaleza y calidad de vida. Y un producto así nos puede dar vida de playa en cualquier lugar del país y del mundo. Esto nos dicen los desarrolladores inmobiliarios interesados en nuestro emprendimiento», explica Sacha Wicher, CEO de La Ola Group.
Ocurre que, alrededor de una atracción así, se proyecta un modelo de negocios con una versatilidad llamativa, generando una serie de locales satélites, ya sea de indumentaria, gastronomía, hotelería, coworking y escuelas de surf, entre otros, además de propulsar la llegada de deportes afines (de la rama de los extremos), como podría ser el skate con una pista o el wakeboard, con una laguna. Todo en el mismo parque. Pero, claro, más allá del negocio, está la pasión de quienes impulsan el sueño.
Surf curativo
«El surf es curativo, se ha comprobado como un deporte altamente beneficioso en lo físico y lo mental. Muchas personas han cambiado su estilo de vida a partir de practicarlo y en nuestro caso estamos en ese camino. Los objetivos personales nos motivan tanto como las metas que tenemos como grupo. Nuestra pasión, además, converge con la visión técnica y comercial. Por eso este grupo ha superado obstáculos y sigue avanzando para cumplir el sueño: ver olas en lugares antes impensados y en distintos sitios del mundo. Para lograrlo hemos trabajado mucho, consiguiendo que los costos para hacer realidad esta ilusión estén por debajo de nuestras competencias a nivel internacional», explica Ezequiel Fernández Lobo, responsable del área comercial de La Ola Group.
Que una empresa nacional concrete algo así parece increíble pero, en breve, puede ser realidad. «La interrelación entre el sentido de comunidad, la eficiencia y la innovación son las características que hacen muy especial a este equipo de trabajo», cree Wicher. Y Joaquín Lozada, responsable técnico del proyecto, lo complementa haciendo referencia a las cualidades profesionales del team. «Nuestro trabajo es lindísimo. Nos acerca a entender lo que pasa día a día en la naturaleza, nos permite ser creativos, disruptivos y trabajar con tecnología de punta. Lo hacemos hace años con los mejores científicos a nivel nacional», explica quien dirige el centro de investigación y desarrollo de Cardales, en el que estudian la tecnología a escala reducida y a escala real con un prototipo de generación 2D (ver video) y donde se simula lo proyectado. «Estamos comprometidos con lograr una pileta de olas de calidad, que en nuestra mente ya la vimos y no podemos esperar para verlas rolar», enfatiza Sacha con emoción.
Minimizar el impacto ambiental
Matías Rossi, cofundador de La Ola Group, hace hincapié en que gran parte de sus componentes están estandarizados a nivel mundial. «Nuestra tecnología utiliza insumos pre existentes de otras industrias, lo que genera una gran ventaja tanto en su rápida instalación como en su mejora continua», cuenta, dejando claro que otro beneficio serán las bases sólidas en términos de sustentabilidad y compromiso con el medio ambiente.
«No queremos desprendernos de la estrecha relación entre el surf y la naturaleza, por eso le damos vital importancia a poder minimizar el impacto ambiental que inevitablemente genera un proyecto así. Somos conscientes de que hay un largo camino por recorrer, es así que estamos sentando bases para construir una empresa de triple impacto, fomentando el desarrollo con comunidades locales, buscando compensar la huella de carbono y estudiando cómo minimizar el impacto desde el diseño», indica Pablo Grillo, responsable del área de Sustentabilidad de la empresa.
Concretados los avances tecnológicos que pueden verse detallados en la web www.laolagroup.com, la empresa definirá en breve el lugar de construcción del primer parque acuático. «Por suerte tenemos varias ciudades y provincias interesadas. Podría ser Buenos Aires, pero tranquilamente alguna ciudad del Interior. Nos sorprendió el interés», admite Rodrigo Moreno, integrante del equipo comercial y uno de los surfistas amateurs que tiene la empresa. Uno de los tantos que sueña con ver este proyecto hecho realidad…