La enfermedad es prevenible en el 93% de los casos a través de la vacunación y los controles ginecológicos periódicos. En Argentina la vacuna contra el virus del papiloma humano forma parte del calendario nacional para niñas y niños de 11 años en adelante.
Por Milagros Alonso
«La lucha contra el cáncer de cuello uterino es una lucha por los derechos de las mujeres» ya que solo el 12% de las adolescentes a nivel mundial accede a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), aseguró Anamaria Bejar, directora de políticas públicas de Gavi, la Alianza para Vacunas, por lo que destacó que en Argentina esté incluida en su Calendario Nacional de Vacunación.
Antropóloga social y especialista en gestión de servicios de salud, Bejar supervisa las políticas públicas de Gavi, una alianza de organismos internacionales como la OMS, Unicef, el Banco Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates para mejorar el acceso global a las vacunas y alcanzar a los 18,5 millones de niñas y niños que no recibieron ni una sola dosis en su vida.
En diálogo exclusivo con Télam desde Ginebra, Suiza, donde funcionan las oficinas centrales del organismo, la académica peruana respondió sobre los ejes del programa de Gavi contra el VPH, virus que se transmite por contacto sexual y es la principal causa del cáncer de cuello uterino.
Bejar destacó que Argentina es «un ejemplo para políticas de salud e inclusión», ya que en 2011 se incorporó la vacuna contra el VPH en el Calendario Nacional para niñas de 11 años y, en 2017, la cobertura se amplió a varones de la misma edad.
Como el cáncer de cuello de útero es prevenible en el 93% de los casos a través de la vacunación y los controles ginecológicos periódicos, está llamado a convertirse en la primera enfermedad oncológica en ser erradicada en la historia de la humanidad.
-: ¿Cuáles son los ejes del programa de vacunas contra el VPH?
– En Gavi hemos priorizado la introducción de vacunas contra el VPH de una dosis en vez de dos como era antes. Para el 2025 esperamos tener protegidos a 86 millones de adolescentes entre 9 y 14 años. Pero también mandamos un mensaje mundial sobre la importancia de dar acceso a una vacuna que es una de las más efectivas que existen con más del 90% de eficacia y que es capaz de prevenir una enfermedad que afecta grandemente a la población femenina. La lucha contra el cáncer de cuello uterino es una lucha por los derechos de las mujeres, por el derecho a la salud que tenemos todas y que es importante que sea una prioridad como parte de la equidad de género.
– ¿Desde Gavi también promueven la vacuna para los niños?
– Por el momento no. Nos enfocamos en adolescentes mujeres porque la vacuna tiene más efectividad contra el cáncer de cuello uterino, aunque el VPH también origina otras enfermedades en niños. Afortunadamente, en muchos países ya existe la provisión. En Argentina existe para niños y niñas, pero, lamentablemente, no es así en todos los países porque la vacuna tiene un estigma relacionado al debut sexual. Se utilizan argumentos como que esta vacuna tiene que ver con dar permiso a que las niñas empiecen su vida sexual y estos discursos dañan la posibilidad de la salud.
Es muy importante tomar en cuenta que esta vacuna es una medida de política pública eficaz para los Estados, en el sentido de que curar el cáncer de cuello uterino es mucho más caro que prevenirlo. Y la vacuna es una de las formas de prevenirlo junto con el examen del Papanicolaou (PAP), el estudio de cuello uterino regular.
– En torno a los objetivos de inmunización ¿Cómo están avanzando con el programa?
– Esta vacuna, con el apoyo de Gavi, ha evitado 17 muertes en cada 1.000 chicas vacunadas en el mundo. Pero todavía hay mucho por hacer porque el promedio mundial en el 2021 de vacunación fue 12% nada más de las adolescentes que deberían tener acceso a esta vacuna. Por eso, lo hemos tomado como una de las prioridades de Gavi para este año. Como la vacuna no es barata, el acceso se da mucho más en países con más recursos.
– ¿Se observa una brecha de género en el acceso de las mujeres a las vacunas?
– Nosotros nos concentramos en las vacunas del primer año de vida de una serie de enfermedades y no se encuentran en el mundo diferencias entre niños y niñas. Pero el factor de género interviene porque normalmente son las madres las que lideran los trabajos domésticos y de cuidado. Y muchas de las barreras para acceder a la vacunación de sus hijos tienen que ver con las barreras que ellas viven por ser mujeres que son refugiadas, que viven lejos de un centro de salud, o que son discriminadas por ser indígenas o afrodescendientes. Hay muchos factores de género que rodean la inmunización que van más allá de cuántos niños y niñas vacunadas existen.
También, nosotros alojamos el Covax, el mecanismo que brindó vacunas contra Covid, y parte de los grupos prioritarios para vacunarse son los trabajadores de salud. A nivel mundial, el 70% de los trabajadores de salud son mujeres. Entonces, el hecho de que en este momento el 81% ya han tenido acceso a la vacuna lo consideramos un logro importante.
– ¿Gavi está trabajando en algún programa junto con Argentina?
– Tuvimos relaciones respecto al Covax. Pero nosotros nos enfocamos más en países de África, Asia y, en América Latina, en Haití. Ustedes son un ejemplo para políticas de salud e inclusión de poblaciones marginadas como la población trans. También ustedes tienen un sistema de acceso universal que es otra de las cosas por las que nosotros queremos mover la agenda mundial. En muchos países la salud es únicamente privada; en eso ustedes llevan la delantera.
El cáncer de cuello uterino es el tercer tipo de tumor más diagnosticado en nuestro país y, según datos del Instituto Nacional del Cáncer, se estima que cada año 4.500 nuevas mujeres son diagnosticadas y más de 2.300 fallecen a causa de esta enfermedad.