La judoca marplatense Victoria Del Vecchio habló con Bacap sobre la odisea de ser deportista de alto rendimiento en la Argentina.
Por Santiago Giorgini
- La judoca marplatense Victoria Del Vecchio comenzó a firmar con puño y letra sus primeras presencias en las artes marciales de mayores tras su experiencia en el ámbito juvenil. Participante de los Juegos Panamericanos, la atleta explicó cómo debe sobrellevar su vida en un ámbito donde las instalaciones, herramientas y fondos para los deportistas están vistos con una lupa.
Ser deportista, ¿es un privilegio o es un padecimiento? Si vemos la televisión, claramente, vamos a optar por la primera opción. Los siguen las cámaras, son reconocidos por la gente y les pagan un sueldo por entrenar todos los días al “juego” que los acompañó toda su vida. Ahora reformularé la pregunta: ser deportista en Argentina, ¿privilegio o padecimiento?
Fotos por todos lados en el Polideportivo Islas Malvinas para la medalla de mérito deportivo de oro a la judoca marplatense Victoria Del Vecchio. Quinta en los Panamericanos de Santiago 2023 en la categoría equipos (junto a Matteo Etchechury) y séptima en la faceta individual. También se dio el lujo de ser tercera en la categoría -70 kilos en el Panamericano de Judo de Córdoba y en el de Lima durante 2023. Esto llevó a que el Ente Municipal de Deportes y Recreación (EMDeR) le diera a la luchadora el reconocimiento máximo entre los atletas sub-21 de nuestra ciudad.
Más allá de los méritos y de los aplausos, que nunca van a faltar, Victoria detalló a Bacap la odisea de ser deportista de alto rendimiento en la Argentina, una temática que está bajo la lupa por falta de fondos, recursos, herramientas y de una buena administración.
“Las instalaciones tienen una falta de mantenimiento muy grande, faltan recursos por donde lo mires, tanto en el servicio médico del 58 como en el comedor; las becas, hay pocas plazas para los viajes, los salarios de los entrenadores son bajos, entre otras cosas”, explicó la atleta, quien admitió que ser becaria de la Subsecretaría de Deportes “no es suficiente para cubrir los gastos en Buenos Aires o los de los viajes, por lo que me ayuda mi familia”. Más allá del panorama oscuro, económico y edilicio, manifestó que “hay mucho personal detrás que labura con los recursos que hay para que todos los deportistas podamos rendir lo mejor posible”.
Hace algunos días, Del Vecchio tuvo la oportunidad de disputar el Panamericano de Judo en Santiago de Chile, donde se jugaba uno de los últimos trenes para Paris 2024. Sin embargo, explicó que ya el año pasado había sido difícil acostumbrarse a la categoría mayores, tomando en cuenta que le tocó “sufrir un poco, porque hay cosas muy distintas. Se vuelve todo un poco más difícil”.
Más allá de su no participación en Francia, Del Vecchio no se queda de brazos cruzados y ya piensa en Los Ángeles 2028. “Me levanto alrededor de las 7, voy al CeNARD para el primer turno, que suele ser entrenamiento físico o técnico de judo, hay días que llego a volver a almorzar a mi casa y otros que me quedo hasta el turno de la tarde que está más centrado en la lucha. Vuelvo a mi casa alrededor de las 17.30, me baño y salgo para la facu, suelo cursar hasta las 22, más o menos”, contó la atleta al hablar de su rutina diaria, en una mezcla entre el deporte y el estudio. Si un deportista entre 2.500 que van al CeNARD hace este esfuerzo y lleva una vida a contrarreloj, ¿no sería lo correcto hacer el esfuerzo económico del otro lado?
Victoria Del Vecchio impactó a todos con su sacrificio deportivo en el CeNARD. Le sobrará oportunidad de levantarse tras no poder disputar los Juegos Olímpicos de París. Con 22 años recién cumplidos, y con la mira ya puesta en los Los Ángeles 2028, esta judoca continúa dejando su huella a paso firme en el tatami.