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noviembre 20, 2024
Museo del Mar
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Pasión por los caracoles: la historia del Museo del Mar de Mar del Plata

Fabricante de alfajores y coleccionista de caracoles, Benjamín Sisterna recorrió más de 300 ciudades de 100 países y atesoró más de 30.000 caracoles. En 1983 montó la exposición de caracoles más grande del mundo en un local céntrico llamado “Mar del Nácar”. Luego de su fallecimiento, su familia creó el Museo del Mar, que funcionó entre 2000 y 2012.

Por Pablo Sisterna

Los caracoles y el mar han sido una parte fundamental de Mar del Plata desde sus comienzos. En 1948 Benjamín Sisterna, fabricante de alfajores oriundo de la Provincia de Santa Fe y en ese entonces vecino de la ciudad Buenos Aires, quiso desarrollarse empresarial y personalmente en nuestra ciudad, y junto con sus dos socios Demetrio Elíades y Luis Sbaraglini fundó la empresa Havanna.

Durante varios años repartió su tiempo entre ambas ciudades, para luego establecerse definitivamente en la ciudad atlántica. Su otra pasión eran los caracoles de mar, y al cabo de más de 60 años viajando por el mundo  -visitó 300 localidades de más de 100 países- juntó 30.000, que exhibió durante la década de 1980 -en 1983 montó la exposición de caracoles más grande del mundo en un local céntrico llamado “Mar del Nácar”- y parte de la de 1990 en un local de la calle San Luis entre Rivadavia y San Martín.

En 1995 Benjamín falleció, y tres años después, en marzo de 1998, la empresa de alfajores se vendió a un grupo inversor. Fue entonces cuando su hijo menor Pablo y su viuda Azucena decidieron construir un museo que sería un homenaje a la memoria y pasión de Benjamín. Luego de dos años de esfuerzos, ideas y trabajo en equipo, en septiembre del 2000 se inauguró el Museo del Mar de Mar del Plata, un centro cultural con acuarios con especies del Mar Argentino, cine para adultos y para niños, teatro para adultos, musicales infantiles, confitería, negocio de venta de Souvenirs, juegos educativos de física, y la inmensa mayoría de los 30.000 caracoles de la colección.

Un lugar con muchas visitas

Por el museo desfilaron más de un millón de visitantes de todas las edades y rincones del país, y hasta numerosos visitantes del extranjero. Por el museo pasaron también escritores, artistas plásticos, actores, científicos, músicos, que sin darse cuenta hicieron un culto a la transdisciplinariedad y multiculturalidad, a las variedades del interior humano y a la riqueza de los encuentros.

Museo del Mar
El Museo del Mar se encontraba en Avenida Colón 1114.

Lamentablemente, el Museo del Mar se cerró definitivamente un lunes 24 de septiembre de 2012, luego de 12 años de ininterrumpido esfuerzo para brindarle a la comunidad un lugar de divulgación de las ciencias del mar, y naturales en general, mediante un constante sostén financiero de parte de la familia fundadora del museo. La biodiversidad detrás de las más de 3000 especies de caracoles fueron un mensaje para los cientos de miles de niños que vieron la colección, acerca de que el arte imita a la naturaleza, con su creatividad natural apenas superada por el ser humano. Tal vez al momento de idear este proyecto no se previó que posiblemente requeriría de un apoyo por parte de autoridades públicas, sean municipales, provinciales y/o nacionales, y también de parte de la comunidad local y turística, mayor al que estas podrían otorgarle.

Una realidad hecha recuerdo

Fue así como el museo pasó de ser “Un sueño hecho realidad” a una “realidad hecha recuerdo”, o quizá, no sin algo de presuntuosidad, una realidad hecha leyenda. Una comunidad es artífice de su destino, es autora intelectual de su propuesta urbana, como suma superadora de todas las acciones, ideas e ideales de sus habitantes. De todas maneras, siempre aparecen “locos lindos o sabios provocadores” que toman la bandera de excelencia y divulgación que otros intentaron antes, y que siempre está en el espíritu humano.

En lo que respecta a Havanna, a pesar de que desde 1998 dejó de pertenecer a sus familias fundadoras, su posterior desarrollo comercial y expansión geográfica a lo largo del país y de Latinoamérica, hace que los descendientes de los fundadores sientan orgullo por sus orígenes y por su historia en general. Nadie quita el hecho de que hayan sido ellos quienes la fundaron y la llevaron al lugar en el que estaba en 1998, y su posterior éxito es el éxito de todos los que participaron en su historia, incluyendo los actuales propietarios.

Museo del Mar
El museo atesoraba gran parte de los 30.000 caracoles de la colección de Benjamín Sisterna.

Mar del Plata es una ciudad que tiene cultura y naturaleza, y por ende es una oportunidad para que sus habitantes y sus visitantes enriquezcan sus vidas, con el asombro de conocer y aprender lo inesperado, alimentando diferentes necesidades del espíritu humano. De esta manera, este proceso virtuoso termina reforzando nuestra capacidad de querer y de cuidar, tanto a nuestro medio ambiente, como a los productos de la creatividad humana. La historia que acá hemos narrado forma parte de ese ADN marplatense: la diversidad.

 

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