Las estructuras surgieron como una respuesta temporal a la pandemia y luego se consolidaron. Movilidad, higiene y otros usos. 

por Thomás Lahitte

La temporada 2020/21 estuvo marcada por largas colas, tanto para vacunas como para testeos por COVID-19. En ese verano de magros registros turísticos, donde más se notó la ausencia de filas fue en el sector gastronómico. El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) transicionó a DISPO. A pesar del ablandamiento de las medidas, la distancia era una situación obligada para cualquier recinto. Ante dicha circunstancia, el gobierno de Guillermo Montenegro ideó el “Protocolo Comemos Afuera”, que permitió a bares y restaurantes colocar estructuras de madera sobre la calle, garantizando de ese modo un entorno más seguro y la ampliación de potenciales comensales: nacían los decks.

Los meses transcurrieron y lo temporal se volvió permanente. En noviembre del 2022 el Concejo Deliberante sancionó la Ordenanza 25.757. El protocolo se volvió programa y cristalizó la transformación urbana del macrocentro marplatense. Pero lo que parecía solución comenzó a hacer ruido. La mesa de entradas del Legislativo se llenó de notas particulares de empresarios, comerciantes y vecinos con observaciones repetidas: problemas de estacionamiento y tránsito, falta de higiene y la utilización de los decks abandonados como refugios para personas en situación de calle.

En busca de regularizar la situación, y luego de varias prórrogas, el gobierno lanzó un proceso de readecuación pero la interrogante quedó abierta: ¿siguen siendo útiles? ¿deberían reducirse?

Los decks en números

Según datos que pudo recabar Bacap, en la actualidad hay un total de 170 decks. Estos están ubicados en lo que, en el momento de su implementación, se denominó “corredores gastronómicos”. La zona de los bares: Avellaneda y Alvarado en el tramo que va de Mitre a Buenos Aires a la que se sumó Córdoba desde Quintana. A esto se sumaron Rivadavia y Belgrano en el microcentro marplatense, es decir, desde la costa hasta San Luis. El cuadro quedó completo con arterias comerciales como Olavarría, Güemes, Bernardo de Yrigoyen y Leandro N. Alem. Si se toma desde el comienzo del programa, hubo un total de 273 estructuras colocadas.

En el período marzo/julio de este año, 32 fueron retiradas mientras que 19 fueron infraccionadas por falta de reformas. Por otra parte, 127 iniciaron el proceso de adecuación y se recibieron 9 nuevas solicitudes. 

Movilidad urbana, higiene y refugios

Una de las controversias más fuertes se dio en torno al tránsito. Un importante tramo de las líneas 551 y 553 cambió de Córdoba a Santa Fe cuando “Comemos Afuera” era aún protocolo temporal. El tema de los colectivos trajo dolores de cabeza dentro del propio Ejecutivo, con el Ente de Vialidad y Alumbrado (EMVIAL) volviendo una y otra vez sobre sus pasos en torno a las recomendaciones para las calles con transporte público. 

Hubo, a su vez, múltiples accidentes vinculados a los decks: 

• El 28 de julio del 2022 en Belgrano al 2200. 
• El 4 de diciembre de ese mismo año, un joven alcoholizado impactó con uno en la calle Güemes. 
• A principios de junio de 2024, un camión se llevó puesta una estructura en Entre Ríos y Belgrano.

El cierre de comercios trajo consigo el abandono de algunas estructuras. Según denunciaron un grupo de comerciantes, los residuos se acumulan debajo de los decks y, en el caso de lluvias, estos provocan anegaciones en la calle y alrededores.

Los pallets, en especial aquellos recubiertos, también se convirtieron en un refugio para personas en situación de calle, circunstancia agravada por el invierno.

El espacio público, bajo la lupa

Los decks no fueron una medida exclusiva de General Pueyrredon. Otros grandes centros urbanos los implementaron durante la pandemia, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o la ciudad de La Plata. Mientras que en CABA se desarrollan controversias similares a las de La Feliz, la capital bonaerense los retiró por completo una vez finalizada la pandemia. 

Si bien se trató de una medida pro-comerciantes, estos no representan un bloque unificado. Los que mayor provecho sacaron a los pallets fueron los bares, mientras que kioscos, almacenes, bazares o textiles ven en las estructuras una falta de visibilidad de los locales o dificultades agravadas para el aparcamiento de potenciales clientes. 

A día de hoy, el debate sigue abierto. Así lo prueban la vuelta del tema en el Concejo Deliberante, con varios pedidos de información al Ejecutivo que van desde el pedido de las actas al destino de las estructuras.