Por Santiago Giorgini
Hace un mes, la Federación Argentina de Deportes para Atletas con Síndrome de Down (FADASD) anunció la creación de un campus para incorporar jugadores a la selección de Rugby Seven en el Liceo Militar de Buenos Aires.
La convocatoria tuvo un éxito rotundo, debido a que varios chicos se acercaron a entrenar y divertirse a través del deporte. El coordinador deportivo de la federación y de esta nueva propuesta, Jonathan Laspina, dialogó con Bacap sobre cómo surgió esta iniciativa.
-¿Cómo comenzaron a organizar este proyecto?
-La federación se creó en abril de 2021, somos muy jóvenes. Se hizo entre varias instituciones de inclusión que conformaron los seleccionados. Los deportistas participaban de forma particular en eventos para personas con síndrome de Down, con la ayuda de marcas que los sponsoreaban para competir y representar al país. Teníamos mucho potencial y contábamos con chicos que fueron campeones por su cuenta en algunas disciplinas como tenis de mesa, natación artística o gimnasia. Notamos que iban todos por separado y decidimos juntarnos para conformar la federación.
A partir del surgimiento de eventos nacionales, pudimos traer el AmericanoTri21 a Buenos Aires en 2023, que reúne a competidores de todo el continente e invitados de Europa. Es como un Panamericano, pero exclusivo para chicos con síndrome de Down. Ahí postulamos como deporte de exhibición al rugby seven, que no existía. Se nos ocurrió hacerlo porque es muy popular en Argentina y cuenta con un muy buen nivel. Hicimos la exhibición y presentamos un potencial reglamento internacional que fue aprobado con mucho éxito. Ahora estamos estimulando a que otros países puedan crear su seleccionado.
-¿Qué repercusión tuvo en Argentina y fuera de nuestro país?
-La repercusión viene siendo muy buena. Comenzamos con los primeros campus para chicos con síndrome de Down en Buenos Aires y tenemos dos a futuro en Neuquén y Córdoba. Queremos recorrer todo el país para ir viendo jugadores. También buscamos generar un Campeonato Argentino para que vayan todos los clubes a jugar a un punto de nuestro país. Esto sirve para difundir y armar seleccionados de cada una de las disciplinas que integran la FADASD.
-Más allá del rugby seven como lo conocemos y lo miramos en los JJOO, ¿de qué manera se adaptó el deporte?
-El rugby seven para chicos con síndrome de Down se disputa con un cuarto de la cancha original, tiene un tamaño de 50×30 metros. Las reglas son similares a las de World Rugby, pero sin disputar el ruck.
-¿Qué cuestiones tuvieron en cuenta a la hora de impulsar esta disciplina?
-En el caso del rugby, hay un porcentaje muy pequeño de chicos que no pueden competir en este deporte, que son los que cuentan con una malformación en la vértebra atlantoaxial (NdR: articulación entre el hueso del atlas y el axis, que son la primera y la segunda vértebra cervical). Si bien no pueden competir en este deporte, pueden hacerlo en cualquier otro.
Tenemos también una cuestión en la que dividimos los deportes según el tipo de síndrome de Down. En las disciplinas individuales, se los premia de forma distinta a aquellos que tienen el tipo trisonomía21 con aquellos que tienen mosaicismo. Este último se da muy poco (lo tiene el 3 % de las personas con síndrome de Down) y genera que tengan cuestiones físicas e intelectuales superiores al resto. En los deportes de equipo, existen algunos límites. Por citar un ejemplo, en el básquet o en el fútbol solo puede haber en cancha un jugador con mosaicismo. En el rugby, dos.
-¿Cuál es el objetivo del seleccionado a partir de este campus realizado?
-El objetivo en el rugby es generar una buena selección de seven, pero en la federación tenemos la idea de aumentar la masa de deportistas en todas las disciplinas y contar con una buena difusión. Es fundamental, porque es muy distinto a jugar con otras discapacidades intelectuales. El chico con síndrome de Down tiene limitaciones físicas que son muy distintas a las personas con discapacidad intelectual.
Tienen una estatura más baja, una longitud de brazos y piernas diferente y una velocidad de juego distinta en la que se denota que esta competencia tiene que ser exclusiva para chicos con síndrome de Down. Esto es para que sea más equitativo y más justo. Se está peleando esta categoría a nivel paralímpico, todavía no la hay. Contamos con diez categorías en discapacidad motriz o tres en discapacidad visual y ellos compiten en alto rendimiento. Hay deportes donde compiten chicos de 1,90 o 1,95 metros y los chicos con síndrome de Down no llegan al 1,60.
-¿Cómo ven esta conformación del seleccionado a partir de la inclusión deportiva y cómo repercute en los chicos que forman parte?
-Es muy importante para cualquier persona. Pero para estos chicos genera autonomía, independencia y superación. Eleva mucho la autoestima y los hace observar que si ellos pueden lograr cosas en el deporte, también lo harán en lo académico y lo laboral. Es un medio para superarse y lograr todo lo que se propongan.
Podés encontrar toda la información de la Federación de Deportes para Atletas con Síndrome de Down (FADASD) en sus redes sociales @fadasd_ok y/o comunicarte a federacionargentinadedeportesd@gmail.com.