En Bacap hablamos con Dizzi Espeche, guitarrista sesionista de grandes artistas argentinos. Se presentará en formato trío el 6 de septiembre en Dickens Pub en el marco del “Mes del Blues”.
Dizzi Espeche es un guitarrista multifacético, se autodefine como obsesivo en términos musicales, estuvo en las formaciones de Emanuel Horvilleur, Fito Páez y Coti, entre muchos más. Desde sus inicios en el blues hasta poder tocar en Osaka, Japón. Esto es Dizzi:
– ¿Qué es el blues para vos?
– El blues es un sentimiento, pero es difícil definirlo porque es muchas cosas, muy profundas y fuertes. Quizás sea una manifestación política, o un lamento, como dicen algunos. Pero, por ejemplo, B.B. King, el rey del blues, cuando lo escuchás, parece una fiesta. Era algo divertido, pero también tiene una raíz de protesta, un lamento de la gente oprimida, hecho arte. Es una manera sublime de expresar una injusticia profunda y triste de una manera artística.
-¿Cómo se dio para que vengas a tocar en Dickens, Mar del Plata?
– Mirá, la verdad que no sabía que era el Mes del Blues. Es todo un honor. La cosa fue así: hice buena onda con Alf cuando toqué con El Zorro. Hace unos meses atrás, hubo una fecha en Dickens con la banda del Zorro y les gustó lo que hicimos.
Yo toco ocasionalmente con ellos, reemplazando a algunos músicos cuando no pueden asistir. Entonces, en esa gira que hicimos, empezamos en Cariló y luego en Mar del Plata, en Dickens conocí a Alf, nos caímos bien, le pasé mi disco, y le gustó. Ahí surgió la idea de tocar con mi banda en Dickens.
– Mencionabas al Zorrito, también has trabajado con grandes figuras de la música. ¿Cómo influyeron en tu desarrollo musical y personal?
-Siempre que trabajás con alguien con más experiencia que vos, es una escuela. Influye muchísimo, y aprendés a discernir lo bueno y lo malo. A veces ves cosas que admirás, y otras que no compartís tanto. Aprendés cómo se manejan en lo personal y profesional, y eso te da una comprensión más profunda de su arte. Es un aprendizaje constante.
– ¿Cuál fue el artista con el que trabajaste que más te marcó?
– Uf, esa es una pregunta difícil. Todos me marcaron mucho, aunque todos son muy diferentes. Más allá del éxito comercial que puedan tener, todos me dejaron una gran enseñanza. Por ejemplo, tocar con Emmanuel Horvilleur fue un gran paso para mí.
Pasé de tocar en bares con amigos a tocar con un artista profesional, y eso fue un aprendizaje enorme. Después vinieron otros como Fito Páez, Coti, y ya estás más preparado para enfrentar diferentes situaciones. Cada experiencia suma mucho, y aprendés con todos.
Mencionabas a Fito, Coti, y otros artistas de géneros muy diferentes. ¿Cómo te adaptás a esos diferentes estilos?
– Soy bastante obsesivo, y me gusta estar preparado para todo. Tengo diferentes sets de guitarras y pedales para cada estilo de música. Ya sea que toque en un bar pequeño o en un show grande, estoy listo. Invierto mucho en mi equipo y en estar preparado para cualquier situación musical.
– Sobre tu proyecto solista. ¿Cómo fue explorar diferentes géneros y tener una recepción internacional, incluso tocando en Japón?
– Sí, eso fue una suerte. En una época, tocaba con Coti y también con un actor argentino muy conocido en Italia y otros países. Con él, hicimos algunos shows en Israel, y después íbamos a hacer una gira por Rusia. Entre medio, tenía unas semanas libres, y aproveché para ir a Japón a entrenar artes marciales. Ya que estaba allá, decidí tocar y me contacté con músicos locales. Fue increíble, toqué en Nagoya y Osaka, y aunque fue improvisado, salió muy bien.