La evidencia es clara: en Argentina, la ropa es costosa. Esta situación se consolidó en las últimas dos décadas, y mientras en el mundo la ropa se abarataba en términos relativos, en el país sucedía lo contrario.
Los precios de la indumentaria crecieron por encima de la inflación general, lo que provocó un debate sobre las causas detrás de este fenómeno. Un reciente estudio de la Fundación Fundar, un centro de investigación y diseño de políticas públicas, analiza este tema y ofrece algunas claves para entenderlo y generar políticas que lo aborden de manera adecuada.
La inflación de la ropa en el contexto global y local
Entre 2020 y 2022, el rubro de indumentaria y calzado fue el que más aumentó en el índice de precios al consumidor. Esto generó preguntas sobre las razones detrás de los altos costos, provocando dos corrientes en el debate. Por un lado, se critica el proteccionismo y se argumenta que una mayor apertura a la importación reduciría los precios. Por otro, se sostiene que factores externos al sector, como la macroeconomía, influyen en los altos costos.
El análisis de Fundar muestra que las causas de los elevados precios de la ropa en Argentina son múltiples. La elevada protección comercial es un factor relevante, pero no el único. Las condiciones macroeconómicas del país, como la incertidumbre y la volatilidad, también han impactado, junto con el deterioro del poder adquisitivo y el costo del financiamiento, limitando la inversión y reduciendo la productividad.
¿Qué tan cara es la ropa en Argentina?
El trabajo, realizado por Daniel Schteingart, Gustavo Ludmer, Nadia Schuffer, Nicolás Sidicaro, Ignacio Ibarra establece que en términos absolutos, la ropa en Argentina es 35% más cara que en otros países de la región cuando se considera el tipo de cambio oficial, y 16% más cara al dólar MEP.
Sin embargo, el análisis revela que no todos los productos se ven afectados de la misma manera. Las prendas de tejido de punto, como la ropa informal y deportiva, son relativamente más competitivas, mientras que las de tejidos planos, como el denim y la gabardina, utilizadas en jeans y camisas, presentan precios significativamente más altos.
El estudio también destaca que en Argentina hay una amplia dispersión de precios. Las prendas de alta gama y marca son notablemente más costosas, mientras que las de gama baja y sin marca no muestran una diferencia tan marcada. Además, en comparación con otros países, la ropa es uno de los rubros más caros en términos relativos, superando a otros bienes y servicios como alimentos, salud, vivienda y educación.
Una tendencia que comenzó después de la convertibilidad
A principios de la década del 2000, los precios de la ropa en Argentina comenzaron a alejarse de las tendencias mundiales. Mientras que entre 1994 y 2001 seguían una trayectoria similar a la de otros países, a partir de 2002, tras la crisis económica y el fin de la convertibilidad, los precios comenzaron a subir de manera constante. Recién en 2011, Argentina superó a Estados Unidos, Europa y América Latina en precios relativos de la ropa, y desde entonces, esta tendencia se consolidó.
El estudio de Fundar subraya que, entre 2001 y 2024, el precio relativo de los bienes aumentó en un 43%, mientras que los servicios se abarataron un 31%. Este contexto general de encarecimiento de los bienes explica parte del aumento de los precios de la ropa, pero no en su totalidad, ya que a nivel global, la indumentaria se abarató mucho más que otros bienes.
Ocho factores que explican el fenómeno
El informe identifica ocho factores que han influido en el precio de la ropa en Argentina, divididos entre primarios y secundarios. Entre los primarios se destacan las crecientes barreras a la importación, la incertidumbre macroeconómica, el uso de la regulación de precios en sectores como los servicios, el tipo de cambio real y la brecha cambiaria. Los secundarios incluyen la presión tributaria, la dinámica del consumo interno, el acceso restringido al crédito y la estancada productividad sectorial.
Estos factores no han actuado de manera simultánea en los últimos 25 años, sino que se han alternado en diferentes momentos históricos. Por ejemplo, en los períodos de aumento de los precios relativos, como entre 2002-2015 y 2020-2023, la combinación de mayores barreras a la importación, altos tipos de cambio y un consumo interno ascendente contribuyó al encarecimiento de la ropa.
Conclusión: un fenómeno complejo que requiere políticas específicas
Comprender las razones detrás de los elevados precios de la ropa en Argentina es esencial para mejorar el diseño de políticas públicas en el sector. La combinación de factores macroeconómicos, proteccionismo y limitaciones en la productividad forman un entramado complejo que no puede resolverse con soluciones simplistas. Abrir la economía y fomentar la importación podría ser una parte de la solución, pero también es necesario abordar las cuestiones estructurales que afectan a la industria local y la economía en su conjunto. Solo así se podrá trabajar hacia una Argentina más inclusiva y competitiva en el mercado global de la moda.