Esta iniciativa busca reproducir en forma digital el espacio arquitectónico y urbano de la bahía Bristol ambientado en la década de los treinta, usando como único material de referencia las antiguas fotografías del sector. El objetivo es generar un contenido audiovisual que permita percibir en toda su dimensión aquel entorno de manera directa, vívida y novedosa, gracias al empleo de tecnologías avanzadas.
Por Sergio Calve
Sucede con frecuencia que al mirar fotografías de nuestra ciudad tomadas en la zona de la bahía Bristol hace un siglo, nos cuesta reconocerla; más bien nos parece estar viendo un balneario europeo de la primera posguerra. Los cambios en el paisaje arquitectónico y urbano de ese sector fueron tan drásticos que se nos hace casi imposible relacionar lo que vemos en ellas con la Mar del Plata actual.
Y es común que esto despierte en muchos amantes del pasado marplatense el deseo de haber estado allí para poder apreciar la belleza particular de todo ese lugar. Hasta escuchamos decir: “Desearía poder viajar en el tiempo”. Claramente eso es imposible, pero la tecnología nos hace un guiño: hoy podemos valernos de ella para recrear todo ese escenario ya desaparecido y sumergirnos en él a través de los sentidos, sólo que en forma virtual.
Las industrias del cine y la publicidad ya emplean desde hace décadas este recurso para generar entornos fotorrealistas muy creíbles, hecho que, como diseñador gráfico, me impulsó a hacer lo mismo con la arquitectura perdida de nuestra ciudad. Así fue como en el año 2008 comencé a delinear un proyecto que permita ver en 3D absolutamente todo lo que cualquier persona podía ver desde Punta Iglesia hasta el Torreón del Monje alrededor de un siglo atrás. Un desafío gigante que implica reconstruir digitalmente edificaciones públicas y privadas, calles, espacios verdes y todos los elementos que formaban parte de aquel paisaje urbano perdido.
Las principales estructuras y espacios que componen esta maqueta virtual de la Mar del Plata antigua son: la rambla Bristol, el Club Mar del Plata, el Bristol Hotel, el espigón del Club de Pesca, el Grand Hotel, el paseo General Paz, el Torreón del Monje y una docena de señoriales chalets de diferentes estilos ubicados en el boulevard costero hacia el sur de la plaza Colón, además de los chalets que ocupaban la manzana 115 y otras importantes edificaciones de calles aledañas, como el Teatro Odeón entre otras.
Cómo fue la labor
La labor comenzó con la recopilación de fotografías, y a poco de trazar el plano general y comenzar la etapa de modelado 3D apareció la primera dificultad: la falta de planos de las construcciones demolidas. Si bien este proyecto no tiene pretensiones arquitectónicas en el sentido de proponer rigurosas reconstrucciones o réplicas en el mundo real, sino meros objetivos didácticos, artísticos y recreativos, contar con planos es crucial para obtener precisión además de representar un claro ahorro de tiempo. Este inconveniente convirtió a las fotografías recabadas prácticamente en el principal material de consulta, teniendo que adoptar un método poco académico para calcular las medidas, consistente en tomar como referencia aquellos objetos presentes en cada foto que, aunque irrelevantes a primera vista, tengan dimensiones fácilmente verificables, calculables o que sean ya conocidas. El mismo criterio se aplicó con la altura estimada de las personas y la distancia entre ejes de los automóviles, luego de investigar en la web sobre las especificaciones técnicas de cada modelo en particular.
Con respecto a dichas fotografías, provienen mayormente de colecciones privadas y de diferentes sitios web y grupos de redes sociales en los cuales la gente compartió sus viejas fotos personales con toda la comunidad. En ambos casos su contribución ha sido fundamental.
La ambientación propuesta es de mediados de la década de los treinta, esto es, antes del desembarco del arquitecto Alejandro Bustillo y su proyecto de la rambla actual. Sin embargo, me he permitido ciertas licencias al incluir en esta maqueta algunos elementos de décadas anteriores que para entonces ya habían desaparecido, como la marquesina de la confitería “La Brasileña” de la rambla Bristol y la pista de patinaje del paseo General Paz (que se encontraba a la altura de la esquina noreste del Hotel Provincial) que a esas alturas ya había sido reemplazada por dos canchas de tenis. El valor estético y/o emblemático de tales estructuras fue suficiente para decidir incluirlas de todos modos.
Los aportes
En el camino fueron sumándose amigos de diferentes disciplinas con aportes de vital importancia para el proyecto en forma de fotografías “nuevas”, imagen y video con drones, asesoramiento en aspectos culturales, técnicos, legales, etc., conformando de hecho hoy un sólido equipo. El dar a conocer esta iniciativa en redes sociales despertó el interés de varios medios de comunicación radiales y digitales que lo difundieron generosamente. En paralelo, se registró el proyecto en la Dirección Nacional del Derecho de Autor (DNDA), y en el mes de marzo de 2024 fue declarado de interés por el Honorable Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredon.
El trabajo se encuentra hoy en un avanzado estado de ejecución. Una vez terminada la maqueta virtual, se utilizará para generar contenidos variados: imagen estática (render), animación, impresión 3D a escala, realidad virtual, etc., todas aplicaciones destinadas a ser parte de una eventual muestra inmersiva que nos permitirá conocer mejor aquella ciudad en la que vivieron nuestros antepasados. Este material puede además ser útil para fines publicitarios del Estado o empresas del sector privado que encuentren en la arquitectura histórica de la ciudad una temática atractiva para comunicar de forma original su mensaje.
Aspiramos a que este proyecto sea un aporte válido para afianzar el patrimonio identitario marplatense y rescatar para la memoria colectiva la arquitectura hoy ausente, aquella que alguna vez fue orgullo de nuestros pioneros y propulsores.