Un estudio publicado en la revista Science Advances advierte que quienes viven en zonas de altas temperaturas sufren un desgaste celular.

 

Por Luciana Mazzini Puga

Un grupo de investigadoras examinó la asociación entre las olas de calor y el envejecimiento de las personas. A través del análisis de muestras de sangre de más de 3 mil estadounidenses mayores de 56 años, el equipo científico demostró que aquellas personas que viven en zonas con temperaturas elevadas presentan un mayor envejecimiento de sus células. Este estudio, publicado en la revista Science Advances, se suma a otros que explican cómo las altas temperaturas pueden afectar la salud de las personas en distintos aspectos, como el sistema cardiovascular o la fertilidad masculina.

Las investigadoras notaron que algunos procesos celulares se ven alterados tras la exposición a las elevadas temperaturas. Si bien algunos efectos fisiológicos duran solo unos días, otros daños podrían acumularse durante periodos prolongados, lo que deriva en un envejecimiento de las células y, por ende, de la edad epigenética o biológica (es decir, la edad basada en el ADN, que puede ser diferente a la edad cronológica que se conoce habitualmente).

“Nuestro estudio descubrió que los adultos mayores que viven en áreas con días de calor extremo mostraron un envejecimiento biológico más rápido en comparación con aquellos que viven en áreas más frías”, describió la investigadora Choi al diario español El País. La aceleración de la edad biológica se asocia con la aparición de enfermedades crónicas, cardiovasculares, diabetes y mortalidad.

De todas maneras, aclara que no se trata de una relación causa-efecto, sino más bien de un estudio que sugiere que la exposición prolongada al calor extremo puede contribuir al envejecimiento acelerado a nivel molecular. Igualmente, los resultados llegan a una conclusión similar a la de otros estudios realizados en Alemania y Taiwán.

Un problema con distintos blancos

No es la primera vez que se habla de los efectos que tienen las olas de calor en la salud humana. De manera reciente, otro estudio llevado adelante por científicos del CONICET demostró que las olas de calor afectan la fertilidad masculina.

Según el artículo, el semen de hombres expuestos a altas temperaturas presenta un menor número de espermatozoides y con una morfología anormal a comparación de los demás. El análisis abarcó datos de temperatura hora a hora del Servicio Meteorológico Nacional durante el período 2005-2023 y los análisis de rutina del semen de 54.926 hombres de entre 18 y 60 años durante el mismo lapso de tiempo. Los resultados también establecieron que cuanto más duradera es la ola de calor, peor es la calidad seminal.

En su momento, Gustavo Verón, autor del estudio, detalló ante la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ: “El testículo se encuentra 2 o 3 grados por debajo de la temperatura corporal ya que el calor excesivo afecta negativamente el proceso de producción de los espermatozoides. Hay estudios que indican que el sedentarismo y profesiones con exposición a altas temperaturas, como trabajadores metalúrgicos y panaderos, se asocian a una menor calidad del semen”.

Además, las olas de calor afectan el funcionamiento del sistema cardiovascular y así lo explica ante la Agencia Adrián Baranchuk, presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología: “El principal mecanismo de acción de las altas temperaturas es la vasodilatación intensa de nuestro cuerpo. Esto lo que hace es inducir la pérdida de calor corporal a través de la transpiración o la falta de fluidos. Al mismo tiempo que se dilatan los vasos sanguíneos, aumenta excesivamente la actividad simpática y se altera el sistema nervioso autónomo, encargado de las acciones involuntarias de nuestro cuerpo. Esto predispone a los individuos a una excesiva respiración o transpiración y a una pérdida rápida del volumen intravascular”.

Así, la sangre compuesta en un 80 por ciento por agua, se vuelve más densa y puede desencadenar presiones bajas o desmayos por una “desorganización del sistema nervioso autónomo”. Según el cardiólogo, la principal respuesta que se le puede dar al paciente es que tome líquido, como agua, o en caso de un desmayo, los médicos deben colocar el suero con una solución salina para que se reponga.

Y destaca: “De todas maneras, la gente no se desmaya de un momento a otro, sino que el cuerpo da señales, como la transpiración. Lo mejor es, ante una ola de calor, tomar agua desde la mañana y durante todo el día para reponer todo ese liquido que se está transpirando”.

Fuente: Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

Foto: SMN.