La disciplina que mezcla acrobacia, yoga y trabajo vincular crece cada vez más. Con clases abiertas, profesores internacionales y entrenamientos frente al mar, Mar del Plata será sede de Acromar, un encuentro que busca difundir esta práctica lúdica y colaborativa. Alejandro Lay, instructor local, explica de qué se trata el acroyoga y qué ofrece esta nueva edición.
El acroyoga es una disciplina nacida en 2003 en San Francisco que combina la acrobacia, la dimensión terapéutica del yoga y el trabajo en parejas o grupos, creando una experiencia lúdica y social que apunta tanto al bienestar individual como al colectivo.
A diferencia de otras prácticas físicas más tradicionales, el acroyoga se construye alrededor del vínculo. “Es una práctica vincular donde se trabaja la confianza, la comunicación, la flexibilidad, el equilibrio y se basa en la diversión por sobre todas las cosas”, explica Alejandro Lay, instructor marplatense con casi una década de experiencia.
En una clase pueden aparecer los tres roles clásicos: base, volador/a y cuidador/a. La base sostiene, el volador se mueve en el aire y el cuidador garantiza la seguridad del proceso. Más allá del desafío físico, las dinámicas invitan a crear un espacio de confianza mutua. “La confianza es el papel fundamental, que se construye a través de juegos y ejercicios”, agrega Lay.
Para quienes se acercan por primera vez, los encuentros suelen empezar con actividades grupales y juegos que ayudan a romper el hielo, especialmente en una disciplina donde el contacto corporal es central. “Al principio hacemos dinámicas divertidas para sacar ese pudor o inseguridad que a veces aparece por trabajar con gente que no conocés”, explica.
Aunque muchas figuras se trabajan en dúos, no es necesario asistir con pareja. “La mayoría viene sola”, cuenta el instructor. Con el tiempo pueden consolidarse parejas de práctica —los llamados partners— que avanzan juntas en secuencias más complejas.

El crecimiento de la comunidad es fluctuante, algo propio de esta disciplina que muchas personas adoptan de manera más estacional. “Es una práctica más inconstante; por ahí les pinta más entrenar en verano cuando hace calor. Aun así, siempre hay un grupo que sostiene hace años”, dice Lay.
Acromar: tres días de acroyoga frente al mar
Con este espíritu de comunidad llega Acromar, un encuentro que tendrá lugar el sábado 6, domingo 7 y lunes 8 de diciembre en La Redonda, el gimnasio ubicado en Alem y Matheu, y que continuará con prácticas al aire libre en la playa.
La propuesta reunirá a instructores locales y profesores invitados de otros países, con talleres y entrenamientos que abarcan movimiento, verticales, acrobacia y vuelos terapéuticos. Como diferencial, parte de la actividad se desarrollará directamente junto al mar: “La enorme diferencia con otros eventos es la cercanía del mar. Vamos a entrenar un par de horas, y después vamos a la playa a continuar y seguir disfrutando”, detalla Lay.
Serán tres días de práctica intensiva con clases para distintos niveles, desde personas que recién se inician hasta practicantes más avanzados que buscan profundizar en secuencias acrobáticas o trabajo técnico. El foco, sin embargo, se mantiene en la misma esencia que sostiene al acroyoga desde sus orígenes: jugar, confiar, compartir y construir comunidad.
La edición 2025 de Acromar se perfila así como una invitación abierta para quienes quieran conocer una disciplina que combina movimiento, bienestar y vínculo, con el mar como escenario privilegiado. Los interesados pueden consultar al 223-446-1661
