El proyecto llevado a cabo por investigadoras locales fue premiado por Challenge Energía 360 -Trampoline Network 2025, un reto a la Innovación Abierta compartido por YTEC.
El grupo de especialistas formado por la investigadora del CONICET Georgina Corti Monzón, Silvia Murialdo (investigadora de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, CIC) y Pablo Moens (director de Ludo Ingeniería) fue reconocido con el premio Energía 360°: Innovación para el Futuro Energético, una competencia de innovación abierta impulsada por Y-TEC, orientada a encontrar soluciones concretas y aplicables a los desafíos reales que enfrenta el sector energético.
La propuesta fue seleccionada como ganadora del Eje 1 por su originalidad, viabilidad técnica-económica y alto potencial de escalabilidad y replicabilidad en operaciones dentro de la cuenca Neuquina y contextos equivalentes.
El proyecto consiste en una solución innovadora para el eje vertical 1 del Challenge, centrada en la reutilización del agua de flowback proveniente de operaciones de fractura hidráulica.
El agua de flowback es el agua que retorna del pozo de extracción de petróleo tras la fractura hidráulica. Su principal problema es que retorna en volúmenes muy elevados (millones de litros por pozo) y con una alta carga de contaminantes —sales, hidrocarburos y químicos— que impiden su reutilización directa y encarecen su gestión. Hoy, la gestión más utilizada es la re-inyección en pozos sumideros, una alternativa costosa y que no permite recuperar ni reutilizar el recurso hídrico.
“Nuestra propuesta integra una serie de tratamientos combinados e innovadores que permitirían acondicionar el agua hasta alcanzar una calidad adecuada para volver a ser utilizada en nuevos procesos de fractura, en lugar de destinarla a pozos sumideros”, explica Corti Monzón.
Posibles aplicaciones
El proyecto ganador tiene varias aplicaciones directas y concretas en la industria de extracción de petróleo en yacimientos no convencionales tipo shale. Su implementación permitiría: reducir la demanda de agua dulce, minimizar el volumen de disposición final, optimizar costos logísticos y de tratamiento, aportar a una operación más sustentable y circular. Además, a mediano plazo podría adaptarse a otros escenarios industriales con alta generación de efluentes oleosos.
El proyecto surgió como evolución y transferencia de conocimientos previos en tratamiento físico-químico y biológico de efluentes con hidrocarburos en los que trabajan hace años desde el área de investigación y desde la empresa Ludo Ingeniería. Durante el último tiempo se avanzó específicamente en la conceptualización del esquema de tratamiento y su factibilidad técnica, orientándolo a los requerimientos del sector energético y los desafíos de la cuenca Neuquina.
“Este reconocimiento es muy motivador para nosotros, porque valida el potencial real que tiene nuestra propuesta para mejorar la gestión del agua en la extracción de petróleo no convencional en Argentina. Además, abre oportunidades para continuar el desarrollo tecnológico, trabajar junto al sector productivo y avanzar hacia pruebas piloto e implementación industrial. En lo personal es una gran satisfacción que una solución nacida desde la investigación logre proyectarse hacia la innovación aplicada”, concluye la investigadora.
Fuente: CONICET Mar del Plata