diciembre 12, 2025
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Martin Parr: “Mar del Plata es el número uno entre todos los balnearios que he visitado”

El célebre fotógrafo británico Martin Parr falleció a los 73 años. Con su cámara supo capturar imágenes icónicas, como en el proyecto “Playas” que lo trajo a La Feliz en varias ocasiones. En su blog personal escribió sobre el impacto que la ciudad le generó.

Por Martin Parr

La primera vez que vine a Mar del Plata, el balneario más grande de la Argentina, fue allá por 2007, cuando estaba tomando imágenes para mi proyecto Playas, un relevamiento de las costas latinoamericanas.

En aquel entonces me sorprendió la magnitud del lugar. Tiene dos mil hoteles, dieciséis kilómetros de playas y recibe a más de siete millones de visitantes al año. En términos de escala, Mar del Plata empequeñece a otros balnearios conocidos del mundo, incluidos Copacabana, Blackpool y Benidorm, y aun así es prácticamente desconocida fuera de la Argentina.

Con ganas de volver y explorar más con mi cámara, acá estoy, muchos años después, en la primera semana de enero, la más concurrida del verano argentino.

ARGENTINA. Mar Del Plata. Grandé Beach. 2014.

La playa central se llama Bristol y me da cierto orgullo contar que yo vivo en la Bristol original. Cómo fue que terminó llevando ese nombre es un misterio para mí, pero es realmente algo digno de ver. La playa tiene su propio ritmo. Temprano en el día, entre las 8 y las 9 de la mañana, llegan los habitués —en general, gente mayor— para tomar sol, nadar y reencontrarse con viejos amigos: vuelven al mismo lugar año tras año. En ningún otro lado van a ver una mejor colección de sombreros de ala, trajes de baño enteros y sombrillas.

De a poco la playa se va llenando, a medida que el sol se intensifica y sube el calor. Para cuando las familias jóvenes llegan, a primeras horas de la tarde, ya puede ser difícil encontrar un lugar donde sentarse. Hay una enorme variedad de comidas y chucherías a la venta, y un coro constante de vendedores anunciando sus productos. Vendedores africanos recorren la playa ofreciendo relojes y anteojos de sol. Churros, pochoclo, todo tipo de snacks argentinos: todo está ahí, al alcance de la mano.

Bristol es la playa tradicional de Mar del Plata. Los visitantes vienen del interior del país y también de Buenos Aires, así que uno se cruza con personajes de todo tipo. En la ruta principal desde la capital pueden verse cientos de micros avanzando hacia Mar del Plata desde todos los rincones de Argentina.

Mar del Plata tiene opciones para todas las clases. Los visitantes más acomodados, de sectores medios, se concentran en playas como Playa Grande, evitando Bristol como si fuera la peste. Si uno es realmente rico, se va a Punta del Este, en Uruguay.

En Playa Grande se ve a los más jóvenes hacia el sector izquierdo, y a los mayores y las familias hacia la derecha. También se ve a los residentes de la ciudad, porque es su playa local, con los altos edificios de departamentos para jubilados levantándose detrás.

Así, cada una de las doce o más playas tiene su propio elenco, definido por la clase y la ubicación, con sus propios habitués. Para mí, al final, todos los caminos llevaban de vuelta a la playa Bristol, donde el conjunto de personajes era el más singular.

Otro desafío que me propuse fue que, por primera vez, llevé un lente teleobjetivo para explorar qué era posible hacer con él. Este nuevo experimento me sacó por completo de mi zona de confort: un desafío y, al mismo tiempo, algo inquietante. Desde un punto elevado podés aislar personas y acercarte al detalle de las multitudes. Podés enfocar y captar cosas que al ojo humano le costaría identificar. Voy a continuar esta exploración cuando retome mi temporada de playas en el Reino Unido este verano. Este trabajo tiene su propio lenguaje y dinamismo, y todavía estoy tanteando las nuevas posibilidades.

ARGENTINA. Mar Del Plata. 2014.

De camino de regreso a Buenos Aires pasé a visitar a Ataulfo Pérez Aznar, que ha fotografiado Mar del Plata durante muchos años y es conocido sobre todo por sus retratos en blanco y negro, en formato medio, que empezó a hacer en los años ochenta. A pocas cuadras de su casa en La Plata está el balneario de Punta Lara, y fuimos juntos para aprovechar los últimos rayos de sol y las multitudes de domingo. Aunque en realidad es un estuario, había muchísimos grupos haciendo picnic y el lugar tenía un aire similar al de la playa Bristol. Mucha de esa gente venía de las villas del conurbano bonaerense.

Además de fotografiar turistas, ir a las playas ha sido una fascinación de toda la vida para mí, y he viajado por cinco continentes en busca de las mejores playas por su gente y su atmósfera.

No tengo ninguna duda de que Mar del Plata es el número uno entre todos los balnearios que he visitado. Es el que tiene más energía, la mejor gente y no ha sido esterilizado ni perdió su popularidad.

Si sos argentino, visitar Mar del Plata es como ir a la escuela: hay que hacerlo, no hay elección.

 

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