Mar del Plata busca que la acción climática sea una política de Estado. Entre las propuestas promueven comercios y Pymes que cuidan el medio ambiente. A la vez que impulsan a los marplatenses a acompañar estos proyectos.
Por Melisa Morini
Días atrás, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que comenzó “la era de la ebullición” climática. Lo hizo en el marco de un julio que finalizó como el mes más caluroso jamás registrado en el planeta.
En este contexto de urgente necesidad de toma de conciencia y llamado a la acción, Mar del Plata busca que la acción climática sea una política de Estado. A poco más de un año de la creación de la Dirección General de Ambiente y Desarrollo Sostenible, distintas medidas apuestan a “construir ciudadanía en serio”.
Matías Cosso, titular de esta dependencia, celebra un primer año de trabajo “difícil y gratificante al mismo tiempo». Con bajo presupuesto hemos generado articulación entre diversos actores con muy buena respuesta, hay programas funcionando que interpelan y buscan generar impacto para que queden impresos en la identidad marplatense,” explicó el funcionario a Bacap.
Ponete el distintivo verde
Según datos recogidos por esta Dirección, el 50% de los consumidores está dispuesto a comprar, incluso gastando un poquito más, si sabe que las condiciones de producción o bienes y servicios de determinada marca, comercio o pyme cuida el ambiente. “La idea de Distintivo Verde es reconocer a esos emprendimientos, darles visibilidad y colocarlos en una posición de ventaja versus el que no lo tiene y que sea el consumidor el que lo avale y el propio mercado”, explicó Cosso.
“En poco tiempo identificamos setenta emprendimientos para la sostenibilidad, hoy forman parte del catálogo que se encuentra en la página web de la Municipalidad y con quienes tenemos una articulación interesante, generamos charlas, workshops y escuchamos demandas que en general tienen que ver con la capacitación y el acceso a la información asique también lanzamos Manuales de buenas prácticas en relación a los residuos, por ejemplo”, agregó el funcionario.
El programa persigue la transición hacia una economía que respete valores ambientales, la creación de empleos verdes y los procesos productivos sostenibles, el fomento de la participación activa de los distintos grupos sociales, propiciando la adquisición de valores que permitan discernir entre prácticas ambientales amigables de aquellas que no lo son. Le ofrece a las Pymes que cuiden fuentes como agua y energía, que separen y traten los residuos, entre otras acciones, visibilidad y apoyo: “buscamos el cumplimiento a las normas por la positiva, el Distintivo Verde es también eso, premiar a quien hace las cosas bien”.
Economía circular como solución
La Dirección de Ambiente encontró en la ciudadanía una inquietud en relación al tratamiento de los residuos y también en la economía circular una posible solución. “Frenando en la senda peatonal”, explica Cosso, “multiplicando, convenciendo, la única manera de que un cambio permanezca en el tiempo es generando el hábito”.
Recientemente, impulsado por la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC), el Municipio postuló cuatro proyectos piloto de Reconversión Productiva: iniciativas de promoción de empleos verdes. Concursan por un aporte no reembolsable de 2.5 millones de pesos, fondos aportados por la Unión Europea.
Los proyectos de triple impacto son: “Súper Bolsa Verde”, hecha con plástico de baja densidad reciclado por Chúcara, Hattori y la Cooperativa Verde Esperanza; “Reacción Textil”, propuesta para equipar talleres sustentables por Natural, Boa Negra, Taller Textil Palestra y Lulea; “Museo de la Sustentabilidad”, con la intención de remodelar un inmueble y montar en él un museo para exposición y promoción de emprendimientos verdes, por Unión Alquímica y “Café Café”, para que el emprendimiento Changüí -que actualmente fabrica mates a partir de descarte de la industria yerbatera- pueda confeccionar tazas con borra de las cafeterías de la ciudad.
De estas alianzas se fortalecen los emprendimientos que visibilizan lo que hacen y reproducen lo que creen. Desde Ambiente aseguran que es la mejor manera “los multiplicadores de saberes y prácticas son para la ciudadanía los que aportan valor real, son quienes llevan adelante acciones para hacerle frente al cambio climático, no son funcionarios ni son teóricos, eso le da valor de cercanía y causa impacto”.
El ejemplo se cultiva
El emprendimiento Regenera se trata de un servicio de recolección y reciclaje de residuos orgánicos que comenzó de a poco, dejando un balde en casa de gente interesada en separar sus orgánicos y lo retiraban una vez a la semana llena de desechos para compostarlos y crear riquísima tierra abonada.
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A través del proyecto “Vamos Compostando” lograron adquirir los recursos necesarios para expandir la oferta de servicio de recolección domiciliaria de residuos orgánicos y lombricompostaje en su predio.
Y como en cadena, de este vínculo nacieron talleres de separación de residuos y compostaje que se llevaron adelante en las 17 escuelas primarias municipales que tiene la ciudad. De esta manera se busca llevar la educación ambiental un poquito más allá, que se institucionalice la idea de desarrollo sostenible.