Celebramos a quien da vida y cuidado, y no olvidamos la carga extra que las mujeres madres realizan cada día como si la responsabilidad de la crianza fuera exclusiva de ellas. Desde Grow-género y trabajo proponemos que el Día de la Madre sea un día de toma de conciencia, donde repasemos los deseos, las presiones sociales, los estereotipos asociados a la maternidad, para que la experiencia vital no provoque resentimientos y sufrimientos, sino cariño y sostén.
Por Juliana Szerdi, Grow- género y trabajo
En la actualidad hay mucha más conciencia de lo que implica el mandato de ser madre. Madre y mujer suelen ser sinónimos, o lo eran hasta hace poco. Esta idea viene siendo cuestionada desde antaño, con la lucha por el trabajo asalariado, por estudiar, participar en política, usar anticonceptivos, interrumpir el embarazo.
Estos debates abren la pregunta por el deseo de maternar de las mujeres, y nos invita a construir relaciones y familias con más amorosidad, lo cual constituye un elemento central en la crianza de las nuevas generaciones. Para quienes desean maternar, la lucha también impulsó otras maneras para lograrlo, como la fertilización asistida, el congelamiento de óvulos, la adopción.
En este contexto donde las políticas de género y protección social están siendo desmanteladas, se incrementan las tareas de cuidado y los esfuerzos que las familias deben hacer, ante la desprotección estatal. Si miramos integralmente el sistema de cuidados en la Argentina, podemos ver que aumenta la carga de la familia, y especialmente de las mujeres cis y trans, en el cuidado de infancias y personas mayores, y quita responsabilidad a otros actores que son parte de esa red, como el Estado, el sector privado y las comunidades.
Pero no es la misma situación para todas las mujeres. También en las tareas de cuidado influye la situación socioeconómica, de forma tal que la mayoría termina recayendo en las mujeres más pobres. Aún hoy el trabajo en casas particulares sigue siendo el más precarizado, el peor pago y el más feminizado.
Estrés y cansancio físico
Por suerte cada vez hablamos más de salud mental y, en ese sentido, las madres son quienes tienen la carga mental de las tareas de cuidado, lo cual provoca estrés y cansancio físico, al tener que cumplir también con el resto de las responsabilidades.
En otras ocasiones el hecho de ser madre significa dejar de trabajar o estudiar para muchas mujeres. En eso recae también la moral, sobre lo que una mujer madre debe y no debe hacer, es un peso muy fuerte el juicio de “mala madre”.
Desde Grow-género y trabajo acompañamos a las organizaciones para hacer de los espacios laborales ámbitos de bienestar. Para ello es primordial considerar las tareas de cuidado, tanto las del hogar como las que suceden en el propio trabajo, desde una perspectiva de género y diversidad para no reproducir los roles y obstáculos laborales que implica esta carga para las mujeres madres mayormente.