La baja eficacia de la graduación universitaria argentina se atribuye en parte, al porcentaje de alumnos reinscriptos que no aprobó ni siquiera una materia el año anterior.
Sólo 3 de cada 10 estudiantes universitarios argentinos terminan graduándose, de acuerdo con los datos del Ministerio de Educación. Esa proporción se mantiene prácticamente estable desde el 2011, subraya en su último informe el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, que dirige Alieto Guadagni.
En el reporte citado se analiza la eficacia en la graduación universitaria, teniendo en cuenta que la duración teórica promedio de las carreras va de cuatro a seis años, procediendo a calcular el porcentaje de alumnos que se graduaron seis años después de haber ingresado al sistema universitario.
Un dato que explica, en parte, esta baja eficacia de la graduación universitaria argentina es el porcentaje de alumnos reinscriptos -es decir que no son ingresantes o nuevos inscriptos- que no aprobó ni siquiera una materia el año anterior. Ese valor llega al 35,6 por ciento, en las universidades de gestión estatal, de acuerdo con datos del propio Ministerio de Educación. Por el contrario, el porcentaje de reinscriptos con 6 o más materias aprobadas en el ciclo lectivo previo es de apenas 13,8%.
El boletín del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano subraya, al respecto, que “no existe una ley que establezca una permanencia máxima de los alumnos en las instituciones universitarias argentinas, ya que el artículo 50° de la Ley de Educación Superior 24.521/1995, que establecía un mínimo de exigencia de aprobación de dos materias por año, fue derogado por la Ley 27.204/2015”.
El reporte afirma que otra parte de la explicación radica en la formación académica con la que cuentan quienes culminan el ciclo secundario en nuestro país. Por caso, en 2017 culminó el ciclo secundario sólo el 41 por ciento de los alumnos que ingresó a primer grado en 2006. En el mismo sentido, el porcentaje de repitentes en educación secundaria se incrementó en los últimos 20 años, según el Informe de Argentina en las pruebas PISA 2018.
En consecuencia, para mejorar la graduación universitaria, se requiere, como paso previo, fortalecer los conocimientos con los que egresan los alumnos secundarios de acuerdo con el análisis. Además, se debería generar algún tipo de fomento o estímulo para que los alumnos se gradúen en un lapso más cercano a la duración teórica establecida para su plan de estudios. Mejorar la calidad de la formación de los alumnos requiere el compromiso de todos, incluso de los estudiantes, con el propósito de que la educación sea un puente de igualdad de oportunidades para todos los jóvenes argentinos.
“El desafío que hoy enfrentamos en nuestro país es importante, porque se trata de implementar iniciativas eficaces que aseguren la igualdad de oportunidades para todos los universitarios y que permitan un retorno de la inversión realizada con recursos públicos, de tal manera que el estudiante devuelva a la sociedad y a su país, en su totalidad o en parte, los recursos invertidos en su educación, cuando el graduado esté incorporado al mundo laboral”, advierte al respecto Alieto Guadagni, director del CEA.