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noviembre 23, 2024
Lo de Acá

La pandemia potenció el desarrollo del sector TIC de Mar del Plata

Dinámicas por naturaleza, las empresas de tecnología pasaron en estos 7 meses por distintos climas, desde la incertidumbre inicial a la posibilidad de reconvertirse y ganar clientes. Acusan el impacto de la profundización de las restricciones cambiarias que inicialmente volvieron a generar desánimo, pero valoran el impulso al sector de la Ley de Economía del Conocimiento.

Por Claudia Roldós

En 7 meses pasaron por todos los climas. Tras la incertidumbre y la desesperación iniciales, pasaron a la evaluación y toma de decisiones para “contener” el cimbronazo, aprovecharon su capacidad de adaptarse a la realidad siempre cambiante para profundizar líneas de trabajo que comenzaron a tener mayor caudal de trabajo o reconvertirse, y volcarse a ellas.

En un contexto de crisis para la mayoría de las actividades por las restricciones de movimiento, varios rubros vinculados con las tecnologías de la información y la comunicación -conocidos como la industria TIC- aumentaron el ritmo de crecimiento en plena pandemia. Y por sus características naturales, las empresas del sector de la tecnología pudieron acomodarse rápidamente a la nueva situación. Incluso varias están tomando personal y ganando clientes, aún -en algunos casos- resignando ganancias. 

Pero si bien estas empresas son “elásticas” y adaptables a distintas situaciones, las recientes medidas cambiarias del gobierno nacional que restringen aún más las operaciones en dólares, volvieron a afectar negativamente el ánimo -y los costos- sobre todo de los emprendimientos más chicos. La otra cara, es la sanción de la Ley de Economía del Conocimiento, que beneficia a todas las empresas del sector radicadas en la ciudad.

Los primeros meses

Debido a los cambios de la dinámica de los servicios, los sectores de salud, educación, e-commerce y logística “se catapultaron” como efecto de la pandemia aseguró el presidente de la Asociación de Tecnologías de la Información y la Comunicación de Mar del Plata y zona (ATICMA), Bernardo Martínez Sáenz. 

“Aumentó muchísimo la demanda de los servicios que implican la telemedicina, la educación a distancia, la logística, el e-commerce. Muchas empresas requieren desarrollar o mejorar sus plataformas para continuar vendiendo y ahí entramos nosotros” explicó el vocero de la entidad que agrupa a las empresas y profesionales de tecnología. 

Según datos de la asociación, el sector de e-commerce, que venía creciendo un 100% anual antes de marzo, “en los primeros tres meses del contexto de pandemia creció un 300%, a razón de un 100% mensual” indicó.

Y aseguró que ese desarrollo llegó también a “las empresas que no trabajan directamente con los rubros calientes que crecieron inmediatamente”. Esos otros sectores demoraron unos meses, pero también se re-encauzaron y mantienen altos niveles de actividad. 

“Algunas con más, otras con menos, las empresas se adaptaron, incluso las que estaban trabajando con proyectos de turismo o de hotelería. Es verdad, en principio hubo conciencia de que no íbamos a cobrar. Pero hay demanda de los servicios que brinda el sector y rápidamente buscaron clientes. Los que estaban trabajando con venta de viajes on-line pasaron a su gente a proyectos de medicina, quienes trabajaban en hotelería, están con proyectos de indumentaria, por citar ejemplos. Están ganando clientes y manteniendo a sus empleados”.

Son varios los motivos que explican esta espiral positiva: “La incertidumbre y las contingencias son parte de la naturaleza de los rubros en los que nos manejamos. Somos empresas elásticas, con un ejercicio permanente de pensar lo nuevo, adaptarnos a los cambios es más fácil” reconoció Martínez Sáenz.

En ese sentido indicó que una de las fortalezas de estas empresas es que “los costos fijos de funcionamiento son muy bajos, comparados con los de la industria”. 

Además, “mientras muchas empresas que por su naturaleza están aún analizando cómo adaptarse para funcionar, en nuestro caso la mayoría, no trabajamos con PCs de escritorio, sino con notebooks y no tenemos servidores físicos, sino que son nubes, por lo que rápidamente, sin mayores dificultades, pudimos mandar a nuestra gente a sus casas y seguir trabajando de manera remota y segura”. 

Sostuvo que tuvieron una gran cuota de suerte. “De todos lados nos están mirando. Los inversores de todo el mundo están atentos porque las empresas de tecnología en este contexto son la mejor opción para inversiones. Los bancos, que nunca nos tuvieron en cuenta, ahora están interesados en darnos créditos porque observa que somos las empresas. El Estado nos incluye en los beneficios y subsidios”. 

Por otra parte, los límites geográficos que tenía el sector están más desdibujados que nunca. La imposibilidad de viajar para tener reuniones de ventas, ganar nuevos clientes e inversores, tampoco impactó negativamente como habían pensando en un principio.  

“Estamos haciendo muchos más viajes -virtuales- que los que teníamos planificados antes de la pandemia. Nos acerca a los clientes que están en distintas ciudades del país o en otros lugares del mundo. Estamos a un Zoom de distancia. Eso nos permite crecer aún más”, añadió. 

Aspectos negativos

Dos factores inesperados se agregaron a la montaña rusa de situaciones en la que se ha convertido el 2020: la medida nacional que profundiza las restricciones en los movimientos con dólares, que rige desde mediados de septiembre afecta el funcionamiento de estas empresas, que tienen costos fijos mensuales como pago de servicios de servidores y licencias de software en el exterior.

El presidente de ATICMA sostuvo que “viene a sumarse a un cúmulo de cosas que generan desánimo. Es una medida que ya estaba pero se endurece aún más. Técnicamente lo que ocurre es que aumentan un 35% los costos del sector, porque si bien es a cuenta de ganancias, viene a los postres, si hay ganancias, en pesos y devaluado”. 

Asimismo indicó que “a una gran corporación probablemente no la afecte tanto, pero en el rubro hay muchas empresas pequeñas a las que sí perjudica”. 

Martínez Sáenz reconoció que “hay tres estadíos en el estado anímico del sector TIC: los optimista de gol, que empujan ciegamente, cualquiera sea la situación -en la que yo me ubico, aunque quedamos menos y aunque no sea lo más inteligente a veces-, los optimistas decepcionados y otros que están pensando en armar afuera. Este ánimo no llega a ser como durante el último año del anterior gobierno, pero es una mala señal”. 

Para el referente, lo malo es que el sector requiere, para un desarrollo en óptimas condiciones, la generación de “ecosistemas” que “demoran mucho en construirse y funcionar”. Pero “la pandemia está acelerando la transformación de las sociedades a más tecnológicas, que requieren empezar a agregar valor a sus productos, exportar y convertirse en más desarrolladas. Pero ello requiere marcos de ley y programas de incentivos claros”. 

Por ello valoraron especialmente la reciente sanción de la Ley de Economía del Conocimiento, que, según confirmó Martínez Sáenz, beneficia a “todas” las empresas del rubro tecnología con asiento en Mar del Plata. “Según la redacción de la ley, las compañías más grandes, como Globant o Accenture, tienen menos beneficios, pero todas quedan bajo el paraguas de la nueva ley”.

Si te interesa saber más sobre podés leer  Mar del Plata ciudad del conocimiento: lo que hay y lo que falta para que sea una realidad

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