Durante la pandemia, crecieron las situaciones en las que los derechos de los ancianos son vulnerados bajo la excusa de la protección. ¿De qué se trata el nuevo paradigma de cuidados de la vejez?
Por Aldana Arén
A mediados de septiembre la periodista Florencia Alcaraz contó en su cuenta de Twitter una situación que puede resultar familiar para muchos: “A mi abuela le ocultaron que tuve Covid. Mientras tanto YO OFENDIDA con ella que no llamaba a su nieta enferma. Lo supe cuando se lo contaron para «asustarla» y que no subestime el virus.” Inmediatamente debajo, otros usuarios compartieron historias de la misma índole.
Si bien en tiempos de pandemia las escenas se multiplicaron, este tipo de mecanismos de “tutelaje” de los adultos mayores no es ninguna novedad: en 1966 Julio Cortázar escribió sobre ello en el cuento “La salud de los enfermos”, que forma parte del libro Todos los fuegos el fuego, en el que una familia entera se dispone a crear una trama de mentiras para ocultar a una madre la muerte de Alejandro, su hijo.
Por otra parte, existen Tratados y Convenciones que advierten un nuevo paradigma acerca de la ancianidad. La más importante es la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, sancionada el 15 de junio de 2015, a la que nuestro país adhirió en 2017, que convirtió a Latinoamérica en la primera Región en el mundo en tener un instrumento de protección específica de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Este documento, firmado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Salvador y Uruguay, obliga a los Gobiernos a destinar el presupuesto necesario para “asegurar el reconocimiento y el pleno goce y ejercicio, en condiciones de igualdad, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de la persona mayor, a fin de contribuir a su plena inclusión, integración y participación en la sociedad.”.
Sin embargo, las actitudes paternalistas o “de tutelaje”, como señala Alcaraz, continúan naturalizándose y son pensadas como gestos de amor o de cuidado. En pandemia, episodios como el que cuenta la periodista se volvieron más recurrentes, e incluso en muchos de ellos son los agentes de salud quienes los promueven.
“Estas actitudes están basadas en un prejuicio con respecto a los adultos mayores, hay un montón de prejuicios que circulan en el imaginario social. Uno de ellos es que si se enteran de alguna desgracia, el fallecimiento de un familiar o una enfermedad complicada, no lo van a poder soportar, por el simple hecho de que son adultos mayores” explicó el psicólogo Federico Palacios Scolni, que trabaja puntualmente esta temática en la Cooperativa de Trabajo Cuidadores Domiciliarios Mar del Plata Ltda.
Palacios también aclaró que, a diferencia de lo que se piensa, los ancianos procesan estas noticias de la misma forma que el resto. “Se comunica la noticia, la persona obviamente se pone mal, hace el duelo pero después lo puede superar. Y lo que se está haciendo es respetar su autonomía y sus derechos. La idea (en la Cooperativa) siempre es estar parados en el paradigma de los derechos de los adultos mayores” aseguró.
En su Twitter, Alcaraz analizó esta situación desde una perspectiva de género y señaló que “nunca deja de sorprenderme cómo nos tutelan de niñas, de adultas, de viejas”. Palacios Scolni coincidió en este punto con la periodista, y puntualizó que “las personas adultas mayores mujeres sufren más discriminación, son víctimas de mayores prejuicios en comparación a los hombres”.
Además, en relación al trabajo de los y las cuidadoras, explicó que cuando esto surgió como una posibilidad laboral remunerada, “las que primero formaron parte de este mercado laboral fueron las mujeres, porque culturalmente son las encargadas de los cuidados de las personas en el hogar”. Sin embargo, los últimos años “se está empezando a equilibrar, los hombres ya se están viendo como parte de la población que se puede dedicar a eso”. El Licenciado aseguró que el avance en la conquista de derechos de las mujeres y el cambio de paradigma sobre los adultos mayores, son dos transformaciones que “se están dando de forma conjunta”.
Por último, Palacios explicó que la mirada acerca del cuidado de adultos mayores “cambió profundamente, sobretodo lo que tiene que ver con considerarlos no como objetos de cuidado sino como sujetos de derecho, que no son beneficiarios de derechos sino que son titulares de ellos. Tenemos la obligación todos como sociedad de respetarlos.”