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noviembre 21, 2024
Lo de Allá

De Jujuy a Ushuaia, Argentina también tiene su Acción Poética

El movimiento literario se mantiene activo y se propaga en todo el país. En Mar del Plata también está presente. 

La provincia de Tucumán fue la primera en Argentina que replicó el movimiento literario Acción Poética, por iniciativa del gestor cultural Fernando Ríos Kissner, quien salió por primera vez en 2012 a estampar poesía en las calles de San Miguel de Tucumán, un fenómeno que se masificó hasta alcanzar la totalidad del territorio nacional, de Jujuy a Ushuaia incluída Mar del Plata.

 «Duermo poco sueño mucho» fue la primera frase que Ríos Kissner -oriundo de Salta- imprimió en un muro en blanco del «Jardín de la República», luego de conversar vía mail con Armando Alanís Pulido -el fundador de Acción Poética- para contarle que quería replicar ese movimiento de este lado del continente. «Hazlo. Las reglas son sencillas: una pared en blanco, letras negras en imprenta mayúscula, frases cortas y nada de política o religión», le respondió el poeta mexicano.

 «Y salí una noche a pintar. Sin saber lo que iba a suceder ni mucho menos. Luego, saqué una foto y la subí a redes sociales. Y fue impactante la devolución que tuvo, la cantidad de veces que fue compartido. Tucumán es chico y enseguida empecé a sentir los efectos», recuerda Ríos Kissner, actual coordinador de Acción Poética Argentina, en una entrevista con Télam.

 «Primero salía a pintar las paredes que no son de nadie pero esas se agotan muy rápido y había que compartirlas con grafiteros, con políticos, con mucha gente. Y cada vez más personas me pedían que les avise cuando saliera a pintar. Lo nuestro no era contestatario, no era graffiti, no teníamos la adrenalina de asaltar una pared, sino que compartíamos frases que nos parecía interesante decir. Y me di cuenta que necesitábamos otra forma, que las paredes empezaran a hablar de otros temas», señala.

 Así, este salteño afincado en Tucumán sumó nuevas reglas a las pocas del principio que había impuesto Alanís Pulido -con su consentimiento- y decidió jamás pintar una pared sin el permiso de su propietario: «Esto nos permitía trabajar a la vista de todos. Y lo interesante era el proceso. La cosa empezó a tener una carácter mucho más social y animó a un montón de personas a hacerlo».

 Crecimiento

De este modo, Acción Poética tuvo sus emisarios también en Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Mendoza, Santa Fe y siguió contagiándose por ciudades de Buenos Aires como Berazategui, Quilmes, Coronel Pringles, Mar del  Plata. Las pinceladas de AP continuaron en países como Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Nicaragua, Guatemala, Venezuela y toda América latina, siempre con la nave insignia de Alanís Pulido y Ríos Kissner.

«Advertí que Acción Poética podía ser una herramienta que le podía dar voz a otros, para que pudieran decir sus palabras», cuenta Ríos, que desde entonces ha visitado más de cien escuelas, realizó un mural de catorce cuadras con habitantes de barrios carenciados de Tucumán, trabajó en cárceles, hospitales, centros psiquiátricos y universidades. Incluso brinda charlas todos los años a estudiantes de español de una Escuela de Palo Alto, California, para que realicen su propia Acción Poética.

 En Perú realizaron los primeros murales bilingües de AP, en castellano y quechua. En Guatemala se pintaron en lengua maya y en la Triple Frontera inmortalizaron, en guaraní, una letra de Rubén Blades que reza «Nacimos de muchas madres pero aquí solo hay hermanos».

 «Llegamos a un punto en que ni siquiera importaba el mural. La parte hermosa era el proceso. La gente se permitió expresar. La magia está en empoderar a la gente en la palabra», asegura Ríos (1964), gestor cultural y creador además de la «heladera social», una idea para los más necesitados.

 «Para mí, Acción Poética es una herramienta. Yo la ejecuto pero siempre la pongo a disposición. El común denominador es compartir, tomando la palabra como medio», dice.

 No hay un límite a la vista para este movimiento urbano y poético que nació hace 25 años en México y que no para de crecer. Cualquiera puede empezar a generarlo en su propia ciudad, respetando las reglas madre de Acción Poética. Como un guiño implícito, tal vez, al periodista Rodolfo Walsh, quien creía que «las paredes son la imprenta de los pueblos».

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