Mayor acceso a la información, pero poca conciencia de los peligros de contraer enfermedades de transmisión sexual. Rendimiento, tiempo eyaculatorio, orgasmos y falta de erección son algunos de sus principales temores.
La adolescencia, en general, refleja los cambios de paradigmas sociales vigentes, y hoy en día la diversidad sexual ocupa el centro de atención en lo que a temas de sexualidad se refiere. En la actualidad, hay una mayor libertad en la expresión del género, en la aceptación de lo no binario, la deconstrucción de lo heteronormativo como modelo sexual.
Los jóvenes viven su sexualidad de manera más libre, abierta y sin tantos prejuicios a la hora de conectar con sus identidades, ser varón o ser mujer ya no es lo mismo que hace unos años y la heterosexualidad monogámica está siendo fuertemente cuestionada.
De todas maneras, esto no garantiza que a la hora de la intimidad las cosas funcionen mejor. Actualmente, los y las adolescentes tienen más acceso a la información, pero se sostiene la poca conciencia de los peligros de contraer enfermedades de transmisión sexual en prácticas que no se consideran sexuales como el sexo oral.
Probablemente, los jóvenes le temen más al rendimiento o performance sexual, a lo que se espera de ellos y lo que la sociedad impone. En el consultorio la mayoría de las consultas que se ven es sobre tiempo eyaculatorio, orgasmos y falta de erección, entre otras. Todas situaciones que suelen ser transitorias, pero donde vemos que la ansiedad domina la escena.
“La presión sobre lxs adolescentes para tener relaciones sexuales es enorme. Ansiedades propias, del entorno, miedos, dudas, rendimiento, distintos factores entran en juego al momento del encuentro con otrx” explica la Dra. Sandra Magirena. (MN 65130). Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).
“Incluso, en la gran mayoría de los casos, el exceso de información no acompañada del conocimiento sumado al consumo de pornografía , puede ser un elemento crucial en el disconfort sexual. Se centran, quizás más en que la erección falla o no se sostiene, como si esto fuese un problema a resolver solo con una pastilla, sin detenerse a observar el nivel de ansiedad anticipatoria al momento del encuentro sexual que debe ser un espacio de disfrute y placer,” afirmó la especialista en Ginecología y Sexología.
Adolescentes: recomendaciones para una vida sexual plena
Autoexploración: En primer lugar y lo más importante es el reconocimiento del propio mapa erótico. Date tiempo, conocé tu cuerpo, exploralo, reconocelo. Estimularse y erotizarse a partir de la masturbación en soledad es la piedra fundamental.
Prestá atención: Si en el proceso de autoexploración, te encontrás con alguna dificultad o dolor hay que consultar con el médico o médica de confianza para poder hacer diagnósticos tempranos con mejores resultados. Por ejemplo, cuando hay dolor o imposibilidad de colocar el dedo dentro de la vagina, podría tratarse de algún problema anatómico, pero también puede ser un espasmo de los músculos del piso pélvico que es muy importante resolverlo en la adolescencia.
No hay apuro: No hay momento correcto para comenzar a tener relaciones, es una experiencia diferente para cada adolescente.
Consulta tus dudas: Es importante poder hablar con un adulto de todas las incertidumbres o miedos que tengas.
Informate: Conocé todas las opciones sobre cuidados sexuales y métodos anticonceptivos y cómo utilizarlos. Chequear siempre los medios que consultas, que sean cuentas oficiales y certificadas. Algunas páginas para acceder a la información: https://www.argentina.gob.ar/salud http://www.sagij.org.ar/ @adolesexsalud
Consejos para hablar de sexo
Entender que la sexualidad es una función que tenemos los humanos, que nos permite la conexión con el placer y la afectividad por lo tanto es algo que debería estar presente, aun desde muy pequeñxs.
Llamar a los genitales por su nombre.
Enseñar la colocación del preservativo o cómo hacer y usar un campo de látex.
Hablar del amor como valor y no como dependencia afectiva.
Brindar conocimiento sobre prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual antes de llegar a la adolescencia.
Desmitificar los anticonceptivos hormonales y DIUs como si fueran peligrosos.
Educar sexualmente en base a conocimientos claros y sin rodeos, desde la afectividad, y con amor y respeto.
Es vital realizar la consulta en consejería sexual y no reproductiva al gine o pediatra en etapas tempranas del desarrollo puberal, y recordar que todo adolescente que inicia su actividad sexual debe estar informado. Cuanto más acceso a la información tengan, mejor preparados estarán a la hora de consentir o decir no, y por lo tanto disfrutarán más y tendrán menos riesgos.
En sexualidad no hay géneros ni normas, hay disfrute, consensos y consentimiento.
Asesoró: Dra. Sandra Magirena. Ginecóloga y Sexóloga (MN 65130). Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ). Más información: www.sagij.org.ar