Cada vez es más notoria la desestacionalización de los vinos espumosos en Argentina. En lo que va del año, su consumo tuvo un crecimiento superior al 45% con respecto al mismo período de 2020.
El espumoso (champagne en Francia, Cava en España o Prosecco en Italia) no sólo cuenta con una mayor cantidad de fanáticos en todo el mundo, sino también en Argentina: en nuestro país, los vinos espumosos suman cada vez más consumidores y el mercado registra un fuerte crecimiento tanto en la calidad, como en la oferta disponible durante todo el año.
«Hoy en día se ve más la desestacionalización de los espumosos, que ha ido cambiando de ser un vino de celebración a un producto esencial en el día a día. El consumidor vio que compartir una botella en pareja o en el círculo íntimo es algo que agrega mucho placer a la actividad diaria», afirma Andrés Heiremans, Gerente General de Bodega Cruzat, dedicada exclusivamente a la elaboración de espumosos bajo el método tradicional.
Según el último informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en lo que va del año se registra una tendencia a la baja sobre el consumo de vino en el país con respecto a 2020. Sin embargo, la categoría espumosos va en alza.
«Si bien el consumo más fuerte de espumosos en Argentina suele ser durante el último trimestre, en lo que va del año se puede observar un crecimiento de casi un 20% Esto pone de manifiesto que cada vez estamos más cerca de la desestacionalización del producto», destaca Heiremans.
«Este 2021 -continúa- ya se consumió más del 70% del total de 2020: números más que alentadores teniendo en cuenta que en la mayoría de las bodegas las ventas de espumosos cada fin de año representan casi el 50% de su producción».
Protagonismo y desafío
De acuerdo a los números del INV, en 2020 se consumieron un total de 253.575 hectolitros y de enero a agosto un total de 154.406 hl. En lo que va del 2021, el consumo asciende a 181.034 hl, con picos altos de crecimiento en los meses de abril (+121,5%), mayo (+181,8%) y julio (+43,1%) en referencia al mismo período de 2020.
Según explica Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat, en otros países el vino espumoso es un producto de consumo permanente: «Ya sea en aperitivos, comidas, fiestas o reuniones en general, los espumosos son preferidos y necesarios para cualquier momento. En Argentina, los espumosos están tomando cada vez más protagonismo de la mano de consumidores más atentos a los procesos y nuevos productos. Por eso hoy el desafío es seguir ofreciendo espumosos de calidad mundial y novedosos».
Pet Nat y Naranjo
En el caso de Bodega Cruzat, este crecimiento además se vio fuertemente impulsado por dos grandes lanzamientos: Cruzat Pet Nat -elaborado bajo el método ancestral y que quebró stock a los tres meses de haber sido lanzado- y Cruzat Naranjo, el primer espumoso naranjo de Argentina.
Pétillant Naturel, más conocidos como Pet Nat, es la traducción de «naturalmente espumoso»: un método de elaboración que nació por accidente en Francia en el siglo XVI. Este método ancestral consiste en conseguir un vino espumoso a través de una sola fermentación, a diferencia del método tradicional o Champenoise en el que se producen dos fermentaciones.
Con respecto al Naranjo, su elaboración está inspirada en técnicas ancestrales para alcanzar una extraordinaria concentración de color, aromas y sabores. Es un vino espumoso obtenido a través de la maceración de uva Chardonnay fermentado con levaduras indígenas y con sus pieles, tal como se elaboran los vinos tintos: Es un espumante de uvas blancas con alma de tinto.
«El argentino es muy curioso y siempre está en busca de novedades. Con el Pet Nat y el Naranjo, el consumidor vio en estos dos productos dos ofertas muy diferentes, pero con la calidad Cruzat y eso no sólo ayudó a que tenga una gran aceptación, sino también le dio un nuevo impulso el resto de nuestras líneas que ya venían con un crecimiento sostenido», agrega Mulet.
Ícono
El Millésime Blanc de Blancs es el vino ícono de la bodega. Este año fue elegido por el reconocido crítico Tim Atkin como el mejor espumoso argentino en su informe 2021: obtuvo 96 puntos. Se trata de un reconocimiento que la bodega obtiene por tercer año consecutivo: el año pasado, Millésime 2006 había obtenido el mismo reconocimiento, con 96 puntos. En 2019, fue para Finca la Dama, con 95 puntos.
Millésime 2014 está elaborado con la variedad Chardonnay con una crianza de 80 meses sobre lías. Sus uvas provienen de IG Gualtallary, Mendoza. Con el trabajo de enología a cargo de Pedro Rosell y Lorena Mulet, este ícono de la bodega sólo se produce en añadas excepcionales: en este caso, la cosecha 2014, la más fría desde el año 2001.