Estrés, cambios hormonales, defensas bajas, gérmenes o enfermedades de transmisión sexual pueden desencadenarlas ¿qué sucede cuando se repiten?
Las infecciones vaginales, conocidas también como vulvovaginitis, son la inflamación de la vagina y vulva. Los síntomas varían según su causa, pero entre los más conocidos se destacan el aumento del flujo vaginal, ardor vulvar, irritación, picazón y mal olor ¿qué le sucede al cuerpo cuando se dan a repetición?
Este tipo de infecciones pueden aparecer en cualquier momento de la vida y desarrollarse por los gérmenes propios de la vagina -llamada flora habitual- o por una enfermedad de transmisión sexual.
Dentro de las provocadas por los gérmenes de la flora, encontramos las generadas por bacterias, médicamente llamadas vaginosis bacterianas, que provocan síntomas como mal olor y flujo verdoso. Por otra parte, encontramos las generadas por un hongo, el más común es la cándida albicans (candidiasis), que al crecer provoca irritación vulvar, picazón, ardor y un flujo blanco.
Este tipo de vulvovaginitis se puede relacionar con cambios en el Ph de la vagina, así como el momento del ciclo menstrual, ya que las candidiasis suelen aparecer antes de la menstruación y las vaginitis en la primera mitad del ciclo. Aquí, el estrés afecta al sistema inmunológico, disminuye las defensas y hace a las personas más propensas a desarrollarlas.
Las niñas pueden tener vulvovaginitis, pero no como las adolescentes o adultas, ya que al no haber iniciado su desarrollo y no tener estímulo hormonal, poseen una flora distinta que las adolescentes o la gente adulta. Por lo que, las vulvovaginitis suelen ser secundarias a otros gérmenes y suelen estar ligadas a los hábitos higiénicos o ser secundarias a otros microorganismos específicos.
ITS
En cambio, las infecciones originadas por transmisión sexual que se denominan ITS o “infecciones de transmisión sexual”, pueden cursar con distintos síntomas, como flujo aumentado, con olor o sangrados. Sin embargo, como sucede en muchos casos, también pueden desarrollarse sin síntomas.
Es por eso que toda la población sexualmente activa debe asesorarse con su médico para el rastreo de infecciones de transmisión sexual, independientemente de que presente síntomas o no.
“Es importante mencionar que las ITS pueden afectar la salud reproductiva futura. Las vulvovaginitis, por su parte, al ser producto de la flora habitual de la vagina, no afectan la salud, pero sí pueden perturbar la calidad de vida de quienes las padecen ya que generan un gran disconformidad y afectan la vida sexual” destacó la Dra. Mariela Orti Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).
10 recomendaciones para prevenir las infecciones vaginales:
Utilizar jabones neutros para higienizarse
Realizar una higiene normal, no excesiva
Evitar las duchas vaginales frecuentes
Evitar la ropa interior sintética, ajustada y de encaje
Evitar el uso de los protectores diarios
Evitar la depilación de toda la vulva, el vello es una barrera protectora y no debería removerse en su totalidad
Procurar una buena lubricación en la relación sexual
Reducir el estrés
Mantener una alimentación balanceada y una rutina de sueño adecuada
Utilizar preservativo
Enfermedad recurrente
Las vulvovaginitis recurrentes son un motivo de consulta muy frecuente ya que alteran la calidad de vida, pero existen tratamientos preventivos para evitarlas. Por lo que, ante los primeros síntomas, es importante visitar al especialista para un correcto diagnóstico y tratamiento, evitar la automedicación y mantener reforzado el sistema inmunológico.
(*): Asesoró: Dra. Mariela Orti (MN126016). Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ). Más información: www.sagij.org.ar