La carta de libros de hoy está dedicada a Turquía, un país que fascina por su histórico rol de puente entre el mundo occidental y el oriental. Limay Ameztoy y Agustina Alem nos plantean tres libros y tres platos que sirven de aproximación a ese mundo tan exótico como complejo y atractivo.
Después de disfrutar del cercano y familiar Uruguay, en nuestra nueva edición de Carta de Libros nos arriesgamos a algo totalmente distinto: nos vamos a Turquía, un país fascinante tanto por su singular distribución geográfica –Estambul es la ciudad puente entre el continente europeo y el asiático- como por los siglos de historia que la han tenido como protagonista, generando tensiones políticas, religiosas y económicas que aún hoy tienen efectos en su población, su arquitectura y su invaluable patrimonio cultural.
Como es de esperarse, toda esa riqueza se ve reflejada tanto en el plano literario como gastronómico. En esta nota, Limay Ameztoy y Agustina Alem proponen tres lecturas y tres recetas que sirven de aproximación al amplísimo mundo turco.
¡Pasen, lean y disfruten!
Menú literario, por Limay Ameztoy
Madona con abrigo de piel, de Sabahattin Ali (editorial Salamandra)
Comenzamos nuestro menú turco con este libro que, según afirma la crítica, fue rescatado del olvido y convertido en un fenómeno editorial -es la novela más vendida en Turquía en los últimos años-, principalmente a raíz de haber sido convertido en novela de culto por parte de una juventud disconforme con el presente político y social del país.
Se trata de una historia de amor y transgresión entre un joven turco y una pintora alemana en el Berlín de los años veinte. Todo comienza cuando Raif Efendi, de veinte años, es enviado por su padre a Alemania para aprender los secretos del negocio familiar. Pero a Raif le importa poco la industria de los jabones de tocador: le interesan más el arte y la literatura. En una de sus frecuentes visitas a museos y exposiciones quedará fascinado por el retrato de una mujer envuelta en un abrigo de piel y por su autora, la artista Maria Puder.
La novela es destacada desde lo literario por su humanidad y conocimiento de las emociones humanas, la profundidad con que son descritos los personajes y la melancolía al retratar una época pasada. No obstante, en el éxito de la novela también influye el hecho de que su autor, Sabahattin Ali (1907-1948), fue encarcelado dos veces por sus críticas al gobierno de Kemal Atatürk y sus libros fueron prohibidos después de su muerte hasta 1965. Además, Ali murió en circunstancias nunca aclaradas, mientras intentaba cruzar la frontera búlgara, escapando de su país natal, donde no podía ganarse la vida ni siquiera como profesor. El apoyo a su obra es interpretado como una señal de protesta política de la población turca al sistema de gobierno actual, que los sectores opositores califican de dictatorial.
Mis últimos 10 minutos y 38 segundos en este extraño mundo, de Elif Shafak (editorial Lumen)
Hay quienes afirman que el cerebro humano es capaz de permanecer activo hasta 10 minutos y 38 segundos tras la muerte de una persona. La autora Elif Shafak utiliza esta teoría para recrear la vida de Leila, mientras yace en un contenedor de basura en las afueras de Estambul.
Durante ese lapso la mujer recordará la infancia con su padre y sus dos madres en una casa grande y antigua de una apacible ciudad turca, las conversaciones entre las mujeres cuando los hombres están en la mezquita; la huida a Estambul para escapar de los abusos y las mentiras familiares y de un matrimonio concertado; el amor hallado de manera inesperada en el burdel de Mamá Amarga… Y los cinco amigos que hace en el camino «su verdadera familia» y que, mientras agoniza, tratan desesperadamente de encontrarla.
La obra fue finalista del Premio Booker en 2019. El jurado alabó la “narrativa audaz e increíblemente original de Shafak” y su capacidad de “empujar al lector al vertiginoso mundo de una heroína irresistible, con una terca determinación y un fiero optimismo: un personaje inolvidable cuya muerte, aún anunciada, se recibe como un golpe devastador. Valiente y enormemente cautivadora, esta novela da fe del poder de la amistad y del espíritu del ser humano”. Ante semejantes elogios, queda poco más que agregar. Solo que merece la pena leerla.
La mujer del pelo rojo, de Orhan Pamuk (Literatura Random House)
En las afueras del Estambul de 1985, un maestro pocero y su joven aprendiz son contratados para encontrar agua en una llanura estéril. Mientras excavan, nace entre ellos un vínculo semejante al de padre e hijo, una dependencia mutua que se verá alterada cuando el adolescente se enamore perdidamente de una misteriosa mujer de pelo rojo: un primer amor que marcará el resto de sus días.
El premio nobel Orhan Pamuk utiliza la historia del joven para reflejar, en forma paralela, la del país, entre 1985 y 2015. Se trata de una mezcla de fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea, en la que el autor vuelve enfrentar las culturas de Occidente y Oriente explorando dos de sus mitos fundacionales: el Edipo Rey de Sófocles y la historia de Rostam y Sohrab, inmortalizada por el poeta persa Ferdousí en la epopeya del Shahname o Libro de los Reyes.
Menú turco, por Agustina Alem
¡¡¡ Que delicias señoras y señores !!! Con tanto recorrido más vale comenzar una buena rutina de ejercicios. Pero sin lamentos vamos a proponer, en base a las obras de esta edición, un muy sabroso camino gastronómico.
Para la entrada: börek. consiste en un pastel de masa filo relleno con queso blanco. Se suele acompañar de aromático té de manzana turco (fuerte, que suele beberse, por aquellos rumbos a cualquier hora del día).
El plato fuerte que prosigue es el menemen (versión turca de huevos fritos). Cualquier confusión al leer rápido no es responsabilidad de este portal jaja. Consiste en un colchón de tomate, morrón, condimentos, en ocasiones cebolla cocidos en una sartén a la que se le incorporan huevos y se dejan cuajar sirviéndose con un rico pan de pita.
Dejamos el link para que se animen a prepararlo: https://www.cocinayvino.com/recetas/menemen-irresistibles/
De postre podemos degustar las lokum o delicias turcas, que son caramelos, o el llamativo helado llamado maraş dondurmas cuyo link queda en la parte de debajo de este articulo para que se entretengan viéndolo. Realmente es un espectáculo. El mismo contiene un ingrediente que le aporta la elasticidad característica llamado almáciga, derivado de una especie de resina. No se pierdan de verlo, nos animamos a decirles que se van a divertir.
https://www.facebook.com/watch/?v=671252350938187
Apoyando la consigna de cocinar algo del lugar, los aficionados (y también los no tanto) a los churros pueden hacer tulumbas, preparados sin levadura y metidos en almíbar. Así nos vamos adentrado al fascinante mundo de la gastronomía turca, compartiendo el placer de comer y leer.
La idea siempre es volver a los lugares que nos hacen bien.
¡Hasta la próxima!