Las nuevas tecnologías y la producción a mayor escala ya han reducido el precio de las baterías de los EV casi a la mitad en los últimos cinco años, y se espera que la próxima generación de vehículos tengan un costo similar
El segmento de vehículos eléctricos es actualmente el de mayor crecimiento en el mundo. Sólo en el primer semestre de 2022 hubo un aumento del 75% en el volumen de ventas global, en comparación con el mismo período del año pasado. La mayor oferta de modelos, las grandes inversiones en infraestructura de recarga y las leyes de emisiones más estrictas son algunos de los factores.
Otra razón importante es que la diferencia de precio de los EV con relación a los autos de combustión tradicionales también ha ido disminuyendo, en gran parte debido a la reducción de los costos de las baterías que alimentan a los eléctricos.
Los estudios de mercado indican que el costo promedio del kwh de las baterías se ha reducido casi a la mitad en los últimos cinco años y se espera que se reduzca otro 30% a mediados de la década, con el desarrollo de nuevos compuestos químicos y la producción a mayor escala.
General Motors proyecta que su nueva generación de autos eléctricos, equipados con baterías con tecnología Ultium, costará un 40% menos que la línea de productos creada anteriormente.
La empresa ya está trabajando en una composición aún más avanzada, que permitirá que sus EV tengan un costo total de propiedad compatible con los automóviles de combustión, considerando tamaño y equipamiento similares. Se espera que esto ocurra a partir de la segunda mitad de esta década, incluidos los modelos compactos, que también han sido diseñados para Sudamérica.
La longevidad de las baterías y los amplios planes de garantía también brindan tranquilidad a los consumidores y confiabilidad al mercado de autos usados, que ha mostrado la misma receptividad que los vehículos más sofisticados, al igual que los sectores de financiación y seguros.
Otra característica de estas baterías de nueva generación es su mayor densidad energética. Más eficientes, son capaces de almacenar una mayor cantidad de energía sin necesidad de aumentar su tamaño.
Un ejemplo se puede ver en los futuros eléctricos de Chevrolet anunciados para el mercado brasileño/sudamericano, como el Blazer EV que ya forma parte de la generación de eléctricos de GM equipada con tecnología Ultium.
El SUV premium tiene una autonomía estimada de 530 km con carga máxima, más que suficiente para viajes interestatales, como de San Pablo a Río de Janeiro. A mitad del camino se puede hacer una recarga ultrarrápida en las estaciones eléctricas. Allí, 10 minutos son suficientes para sumar 130 km de autonomía. Todo ello con el desempeño de un verdadero deportivo, ya que los 564 cv de potencia del modelo son capaces de pasar de la inmovilidad a 100 km/h en tan solo 4 segundos.
¿Verdad o mentira?
Además de la viabilidad en términos de costo y autonomía, todavía existen muchos mitos sobre los autos eléctricos que se están aclarando a través de campañas educativas y por una cantidad cada vez mayor de testimonios de consumidores sobre sus experiencias con los EV, los únicos realmente cero emisiones.
«Una duda que tienen los clientes es si un automóvil eléctrico puede recibir descargas eléctricas cuando pasa por una zona inundable, lo cual no es así, ya que estos automóviles cuentan con tecnologías de protección y aislamiento, capaces de cortar la energía si detectan una situación de riesgo», dice Luiz Gustavo Moraes, gerente de regulaciones de GM Sudamérica.
El quinto episodio de la webserie «Auto eléctrico, sin dudas» aborda este y otros mitos, entre ellos el de que la falta de ruido del motor de los EV sería un punto negativo para aquellos conductores más apasionados por los automóviles.
«De hecho, los vehículos eléctricos son hasta 10 veces más silenciosos que uno de combustión, lo que los hace más cómodos para los conductores, que pueden disfrutar mejor de la música y hablar sin tener que levantar la voz. También son mejores para todos a su alrededor, ya que contribuyen a la reducción de la contaminación acústica en las ciudades», concluye Moraes.