Martina Álvarez investiga la sobrepesca de tiburones. Realizó un documental  sobre el tema y ahora está concluyendo el segundo. ¿Cómo podemos proteger los tiburones? En esta nota ella nos da algunas respuestas.

Por Melisa Morini

Martina Álvarez es instructora de buceo, periodista ambiental y defensora de los tiburones. Está trabajando en la posproducción de su segundo documental donde investigó la sobrepesca del animal con peor fama del mundo. En esta entrevista nos relata su experiencia como exploradora del océano.

Hace dos años, Martina presentaba Missing Sharks (Tiburones Perdidos), una investigación periodística sobre la pesca de tiburones en Panamá, país donde reside la mayor parte del año, cuando no está buceando en otros mares o visitando a la familia acá en Argentina. El documental fue hecho a pulmón y generó lo que buscaba: informar y formar empatía por un pez con una injusta mala fama. 

Siempre más

Ahora va por más. El objetivo del próximo documental que presentará Martina será evitar la extinción. La joven buceadora entendió que sin tiburones no hay un océano sano y que debido a la sobrepesca a la que están expuestos van camino a su desaparición. Lo interesante del punto de vista de Martina no es quien pesca sino quien compra. Y desde ahí involucra y a sus seguidores, desde la toma de conciencia .

«En Panamá por ejemplo prohibieron el aleteo y la pesca dirigida pero no hay ninguna regulación o límite en cuanto a la pesca incidental», resalta Álvarez. El aleteo consiste en cortarle las aletas al tiburón que se pescó, luego se exportará a China o Japón, países donde prepararán sopa y el resto del animal, vivo, es lanzado nuevamente al agua donde morirá desangrado o devorado por otros peces. 

Es sólo un ejemplo, cruel, por cierto. Pero también suelen vender tiburón en el “ceviche del día”, muy común en Centroamérica o como “carne seca”, popular en México. “Desconocemos qué es lo que llega a nuestros platos muchas veces” señala y agrega que “el problema en estos casos es que pescan tiburones muy pequeños que no llegan a reproducirse”. 

No se puede amar lo que no se conoce

…Ni defender lo que no se ama, dice un dicho popular que Martina lleva como emblema. Buceó por primera vez cuando tenía 21 años y nunca dejó de hacerlo. Su vida empezó a girar en torno al mar. “Ahorré para viajar a bucear, me capacité en distintos mares, hice voluntariados para pagarme las escuelas hasta que decidí mudarme definitivamente a la isla (Bocas del Toro)”.

Pero el crush fue cuando buceó por primera vez con un tiburón ballena, un animal que alcanza los 12 metros, dueño de una belleza que cautiva. En ese momento, Martina decidió unir su carrera de Comunicación con la de buceo y empezó a contar por todos lados lo que le pasaba y lo que pasaba adentro del mar. Se convirtió en una influencer ambiental, en una vocera del mar.

“Empecé a contar cosas que suceden en el mar buscando que esté más cerca de la gente, buscando generar empatía para despertar ese amor que yo sentí, en los demás. Creo que sólo una vez que se conoce y se aprecia se alcanza el cuidado por esas cosas menos tangibles”, relata la ambientalista.

“Las películas y las noticias le crearon al tiburón una fama injusta y ese miedo que le tenemos a la especie provoca en algún punto que no se la proteja”, relata Álvarez y agrega que “es más fácil apoyar una causa que defiende a las ballenas o a los delfines que a los tiburones, por la idea que tenemos de ellos”.

Petroleras: no hay licencia social

Si hablamos del océano, el tema petroleras sigue en agenda. Recientemente, la Cámara Federal levantó la medida cautelar que impedía el inicio de la exploración en busca de petróleo en nuestras costas. Ese hecho, llevó nuevamente a las calles a quienes no están a favor de su instalación, que va en contra de lo firmado por el país en el Acuerdo de París contra el cambio climático.

Mar del Plata es para Martina su casa en Argentina. Acá viven su abuela y su hermana y acá fue la movilización más importante en contra de las petroleras. “Yo participé el año pasado de la marcha y quedé muy sorprendida por la cantidad de gente que la conformó, me pone muy feliz saber que hay tantas personas defendiendo lo suyo”, enfatizó.

Los océanos ocupan el 71% de la superficie del planeta, generan la mitad del oxígeno que respiramos, absorben el 95% de la radiación solar, regulan el clima y absorben el mayor porcentaje de los Gases de Efecto Invernadero. Los tiburones son depredadores tope en el ecosistema marino y mantienen su equilibrio. “Muchas especies de tiburones están hoy en peligro de extinción debido a la sobrepesca.  Que todavía estamos a tiempo de revertirlo es lo que quiero contagiar”.

«Mi trabajo es mi propósito»

Para Martina, la vida está siendo su escuela, rodar documentales la puso en todos los roles, delante y detrás de cámara, gestó la idea, la escribió y la produjo, ahora está editando todo el material que antes grabó, en algunos puertos y ciudades pesqueras en el océano pacífico. Además, da clases de buceo en Bocas del Toro, mantiene una comunidad activa de mujeres comprometidas con el mar, Woman of the Ocean, y escribe para distintos medios. 

“Mi trabajo es mi propósito” asegura, entusiasta, Martina y agrega que lo hace “para devolverle algo al mar, no tendría sentido que el mar sea mi oficina y no haga nada para cuidarlo si veo que corre riesgo”.

En la actualidad, el trabajo autogestivo se canaliza a través de las redes. En su cuenta @oceanomartina la joven buceadora profesional cautiva adeptos con su mensaje. Las imágenes del mar, de su fauna, los viajes y el estilo de vida invitan a comprometerse con lo que sucede debajo de las olas.