El reconocido ceramista español está en Mar del Plata para brindar un workshop. Sus reflexiones sobre una disciplina que considera “terapéutica”. 

Por Alejandra Bertolami

Alberto Bustos asegura que la cerámica es “una actividad terapéutica” por eso la practica desde hace más de 30 años. Reconocido a nivel internacional en esta asignatura, Bustos llegó a Mar del Plata para brindar un workshop organizado por el Taller Huellas  en el Barro ubicado en Strobel 5141.

Sus primeros pasos en el mundo artístico fueron con la pintura, pero pronto esas dos dimensiones se quedaron escasas para la transmisión del mensaje que quería. Probó de manera inconsciente con la cerámica, pensando que iba a ser un material súper fácil para trabajar el volumen que buscaba. 

Con el paso del tiempo “me di cuenta que había elegido una de las disciplinas más complejas dentro del mundo del arte ya que a diferencia de otros materiales que también trabajó, la cerámica tiene ese punto final que es el horno donde ahí puede suceder muchos cambios, muchas variantes y toma un papel decisivo y, en otras disciplinas, cuando acabamos de tallar o labrar mármol o madera paramos y ya no suceden cambio”.

Se define como un completo autodidacta y desde hace 30 años sigue su pasión todos los días. Conversamos con él para conocer su historia, sus comienzos y que lo trae a La Feliz:

– ¿Es cierto que es una actividad terapéutica?

– Es una actividad terapéutica, porque, sobre todo en los últimos años y creo que se ha acentuado después del 2020 con la pandemia, mucha gente empezó a trabajar con la cerámica para desconectar con todo lo que acontece. De hecho, vivimos una vorágine social terrible, en la que acontecen un montón de cosas, la pandemia, después de la pandemia empezamos con la guerra en Europa y lo que tenga que venir, es un no parar. Hay cada vez más estrés en la sociedad y la gente está buscando válvulas de escape y una vía es la cerámica.

Por ejemplo, acá en España muchísima gente está yendo a cursos de torno más allá de la técnica en sí, sino porque es un momento de introspección: tú solo estás en contacto con un material al cual le das forma. Se establece una comunicación absolutamente sana sin egoísmos y la gente se desconecta. Es una hora, dos horas, ahí en el torno modelando donde no piensas en nada, te abstraes, creo que es necesario que esto suceda porque es una manera de poder seguir adelante.

– ¿Cómo encontraste tu camino y técnica?

– Como decía anteriormente, la cerámica aparece en mi vida cuando tuve la necesidad de conseguir una mayor transmisión y pasar del plano al volumen, entonces, fue esa decisión que en ese momento no tenía idea de la magnitud que iba a cobrar en mi vida porque más allá que es mi trabajo, al final, es como mi forma de vivir, creo que no me imagino vivir sin la cerámica.

También la versión completamente autodidacta me ha hecho conocer esa otra parte de la cerámica que muchos ceramistas no conocen ya que no estamos sometidos a una formación estricta y reglada. En cualquier tipo de formación siempre hay determinadas partes técnicas que acaban atacando esa libertad de expresión. Para bien o para mal soy autodidacta, me he formado de esa manera, sigo formándome con esa libertad y también asumiendo las carencias de no haber tenido formación, pero las he ido suplantando de una manera con la improvisación y la libertad que han abierto puertas dentro de mi trabajo.

– ¿Cómo definirías tu estilo de cerámica?

– Mi estilo es libre, no me guío por modas, corrientes artísticas. Es libertad, mucha gente tiende hacer seriadas, yo considero que los elementos no se pueden seriar ni se pueden enumerar, creo en mi caso que me levanto y depende como me haya ido el día anterior o me sienta, voy al estudio y fluyo, como me siento. Sin la presión de tener que hacer 10 o 15 piezas para una exposición que tienen que tener una idea similar. 

De hecho, no trabajo prácticamente con galerías porque suele haber siempre una necesidad de que todo guarde una estética similar y en ese sentido no me adapto. Los sentimientos son sentimientos y cada uno se ve realizado de una fisonomía diferente, colores diferentes y me guío por esa libertad de expresión. Básicamente, ese es el camino que considero que es el arte, la comunicación, ese sentir como me siento hoy sin presiones. Bajo presión no se trabaja bien, no fluye de la misma manera y el resultado no suele ser todo lo expresivo o interlocutor con la sociedad.

Si hay tensión en el proceso de creación, en el resultado queda plasmado y puede haber una falta de conectividad con la sociedad.

– ¿Cómo es tu técnica y modalidad de trabajo?

– Mi técnica creo que me encontró más ella a mí, que yo a ella. Tenía claro que lo que quería hacer era transmitir el mensaje, ese mensaje que siempre ha estado presente en mi vida, que es la degradación del medio natural, la degradación del ser humano, de la sociedad, todo intrínsecamente unido y eso me ha generado esa necesidad de contar algo para poder transmitir todo lo que yo sentía, esa voluntad y ganas de transmisión es el motor que me ayuda a trabajar la arcilla cuando la tengo en mis manos. 

La técnica se tiene con la constancia, el sacrificio, el trabajo a diario, y más en mi caso en la sombra.

Cuando comencé con la cerámica no había internet, no había tutoriales, no había todo lo que hay ahora, era difícil ver cerámica de otros rincones del mundo. Eso me hizo focalizar exclusivamente en mí, en mi espacio, mi soledad, en mi necesidad de transmisión, y la técnica paulatinamente fue viniendo a prueba y error y sigo en la diaria igual. Aprendo de los errores, que no los veo como fracasos sino como una nueva puerta que se abre. Así que ese es el camino que sigo y en el que acabaré.

– ¿Qué te trae por Mar del Plata?

– A Mar del Plata me trae Laura y su taller Huellas en el barro. La conocí hace un año en Buenos Aires en un workshop que ella participó y ahí se empezó a gestar todo este periplo en el que me encuentro ahora en Argentina recorriendo Buenos Aires, Tucumán y ahora para finalizar Mar del Plata. El workshop es sobre filamentos y texturas. Tengo otro workshop que son técnicas experimentales, pero éste que haré aquí es el cimiento de todo lo que es mi trabajo y a partir de este cimiento es donde nació otras técnicas más experimentales y menos convencionales, pero, considero que éste es un primer paso y espero poder volver para hacer el experimental. De esa manera que la gente tenga una idea generalizada y bastante completa de lo que es mi técnica.

Va a ser una experiencia genial compartir con la gente que va a venir, con Laura también, estos tres días de cerámica y convivencia, alejados del mundo virtual  y cara a cara estar con la gente y ver esos sentimientos de la gente cuando empieza a trabajar las técnicas, para mi es súper emocionante y, por eso, no me decido a dar el paso a los cursos virtuales porque considero que el cara a cara es lo más importante de la comunicación, poderte mirar a los ojos y eso a través de una pantalla me cuesta mucho comunicarme