En Mar del Plata sólo el 10 por ciento de las calles tienen nombre de mujeres a pesar de que hay una ordenanza que brega por eso.
Por Marcelo Díaz
Son escasas las calles que recuerdan a mujeres en las ciudades que forman el Partido de General Pueyrredon, ni siquiera llegan al 10 por ciento de la totalidad.
En el año 2010 se aprobó una ordenanza que establecía privilegiar los nombres femeninos por sobre los masculinos al momento de denominar a las calles de Mar del Plata-Batán, durante el término de 10 años. El municipio ha hecho de momento bastante poco para cumplir con esta disposición. Y estamos hablando de varias gestiones políticas que transcurrieron a lo largo de la última década.
La norma en cuestión había sido impulsada por el concejal de ese entonces, Ricardo Palacios. El edil se tomó el trabajo de relevar todos los nombres de las arterias del Partido de General Pueyrredon. Hasta ese momento, había dejado al descubierto que sobre un total de 1.316 arterias existentes (calles, paseos y avenida), apenas 91 hacían alusión a mujeres. Pasaron 13 años, y esa desigualdad sigue casi intacta.
En busca de equiparar
Para fundamentar su propuesta, la cual había sido aprobada por unanimidad por el Concejo Deliberante de la época, el legislador había planteado la necesidad de «lograr un equiparamiento» mediante una «acción positiva y temporal» que pudiera corregir «prácticas o sistemas sociales discriminatorios».
Mediante esa iniciativa se disponía que por el plazo de 10 años fueran impuestos dos nombres femeninos a las calles del partido por cada nombre masculino, hasta lograr así un equilibrio entre ambos géneros.
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“El sistema de alternancia entre denominación de nombres femeninos y masculinos se hará durante el término de diez años, fecha estimativa para lograr que haya equivalencia entre la mayoritaria diferencia de nombres masculinos sobre femeninos, que hoy conforma la realidad de Mar del Plata. Transcurrido dicho plazo, las denominaciones seguirán el criterio: uno y uno, alternando nombres femeninos con masculinos”, declaraba ilusamente el integrante del Honorable Concejo Deliberante de aquella época.
Lo cierto es, que desde que la norma fue promulgada – en agosto de 2010 – este criterio nunca fue tenido demasiado en cuenta. Entre los argumentos de aquella ordenanza que buscaba igualdad mencionaba que «para ser plenamente ciudadanas las mujeres todavía deben hacer suyos lugares y servicios de su entorno cotidiano a todos los niveles, desde el espacio de vida privado hasta la completa participación en la vida pública. Esto supone una acción que ponga de manifiesto la forma de discriminación de la mujer que todavía persiste en los mecanismos de creación y gestión de las ciudades».
Un buen comienzo en el siglo pasado que duró poco
En 1911 fue la imposición de la primera calle que hizo mención a una mujer:“Infanta Isabel”. Esa decisión seguramente estuvo ligada a la visita de la hija primogénita de Isabel II, y princesa de Asturias en sus primeros años a la Argentina un año antes, cuando presenció los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo.
Pero duró poco, en 1929 la Infanta Isabel perdió ese privilegio cuando esa calle fue reemplazado por el nombre de laprovincia“Formosa”.
En la actualidad solo existen 65 calles que con sus nombres hacen honor a las mujeres. Tras ese reconocimiento primitivo y truncado a principios del siglo 20, se volvió a contar con nombre de mujer en 1944. Ese nombre llegóhasta nuestros días: Elisa Alvear de Bosch, una mujer benefactora de la comunidad portuaria de Mar del Plata.
Luego de ese segundo intento, en 1959, se impondrían los nombres de 4 docentes zonales, tres eran mujeres: Mugaburu, Pascuala; Acevedo, Joaquina; Daprotis, Catalina y Sagastizabal, Miguel.
Las últimas referencias femeninas fueron en 2018 cuando se nombraron calles en el Pueblo Estación Chapadmalal, imponiendo los nombres “Matilde Mestre” y “Mujeres de Chapadmalal”, como un reconocimiento general a las mujeres del norte del Partido.
Un agravante que invisibiliza
Además de ser pocas las mujeres representadas en las calles del Partido de General Pueyrredon existe un agravante al momento que se implementan: muchos de los carteles que vemos en distintos barrios están incompletos.
Así podemos observar escrito solamente “Gorriti”, “Acevedo” y “Storni”, entre otros, sin el nombre que le completa la identidad. A trece años de aquel intento de igualar géneros no dejamos de reclamar que se cumplan las ordenanzas relacionadas al ordenamiento y que sean implementadas tal cual lo dice la letra fría de un expediente.
En el proceso de la deconstrucción social donde la mujer lucha por un cupo meritorio, se espera que los nombres de los espacios públicos y de las calles también la representen en alta proporción.
Nombres de mujeres ausentes sobran: Rosario Vera Peñaloza, Cecilia Grierson, María Elena Walsh, Aimé Painé, Petrona Rosende de Sierra, María Rosa Lida, Rosa Parks, Rosalind Franklin, Frida Kahlo, Virginia Woolf, Elvira del Carmen Rawson Guiñazú … y la lista podría seguir.
Como siempre que tenemos oportunidad de llevar a letra de molde la visión de la historia por medio de la nomenclatura urbana agradecemos la bibliografía con la que se cuenta en Mar del Plata sobre el callejero.
Por la década del 60 el docente y periodista Juan Néstor Guerra es el primer testimonio que dejó impreso en el libro Mar del Plata, sus calles, plazas y monumentos, en nuestro blog desde principios de este siglo, #AntesDeSerCalle y, el reciente libro Calleo de la editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata escrito por Oscar Casamayor.