SIBO, una enfermdad que cobró mucha relevancia entre jóvenes y famosos, se convirtió en una consulta frecuente que reciben los especialistas. ¿De qué se trata y cómo se diagnostica?
Por Eugenia Ramos
En los últimos meses se viralizó una enfermedad -SIBO- que afecta al intestino delgado y hace que la persona se sienta con el estómago hinchado e incómodo. Frente a esto hablamos con el médico gastroenterólogo Leandro Amieva, quien explicó que el SIBO es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. «Es un tema que está bastante de moda últimamente y muchas veces los pacientes acuden a la consulta diciendo que pueden tenerlo por ver en Instagram o una vecina que les dijo”, advirtió.
Ante el reciente aumento de casos se comienza a cuestionar si este síndrome es nuevo o siempre estuvo, a lo que el médico explicó que «es algo bastante antiguo, lo que sí es nuevo es el diagnóstico”.
¿Sobrediagnosticado?
Y aseguró: “Creo que si bien antes había un subregistro ahora hay un sobrediagnóstico de adjudicar mucha sintomatología al sobrecrecimiento bacteriano cuando no hay demasiada evidencia del mismo. Incluso cuando se pueden tener falsos positivos y no es 100% eficaz».
De igual manera, expresó que «se le está dando mucha importancia en la medicina y potencialmente se están haciendo muchas investigaciones de cosas que se han encontrado que son muy interesantes. La mayoría todavía está en materia de investigación, por las que no son demasiadas las conclusiones a las que uno puede llegar».
¿Cómo se diagnostica?
Los síntomas habituales son: distensión abdominal, dolor, retorcijones, náuseas, diarrea, alguna deficiencia vitamínica, hinchazón y sensación incómoda de saciedad después de comer.
Dentro de los estudios diagnósticos el que más se utiliza en la práctica diaria es el test a la glucosa o lactulosa. Amieva comentó que “consiste en que uno ingiere una sustancia, nosotros por ejemplo lo hacemos con glucosa pero también se puede hacer con lactulosa, uno bebe la sustancia y después hace varias determinaciones que consiste en soplar en la pipeta que mide el hidrógeno marcado por un día”.
“Cuando uno tiene demasiado hidrógeno al soplar, se trata de una evidencia indirecta de lo que tiene en realidad es un sobrecrecimiento intestinal y tendría que empezar un tratamiento”, dijo el especialista. Además mencionó que para el tratamiento están utilizando antibióticos.
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¿Cuáles son sus consecuencias?
Si bien todavía continúa en estudio, Amieva mencionó que “las consecuencias serían si no es tratada que el paciente persista con los mismos síntomas”.
Igualmente se generaron varias hipótesis que todavía no están comprobadas las cuales “vinculan al tipo de desorden intestinal en características que van más allá de los síntomas digestivos, que tiene que ver con el estado del humor, de ánimo, con las defensas en general. Hay algo muy interesante que le falta mucho para llegar a una conclusión”, afirmó.
¿Qué precauciones se pueden tener?
Haciendo hincapié en qué medidas se pueden tomar para prevenir esta enfermedad, Amieva señaló que “en general hay que hacer un uso racional de los antibióticos, ya que estos pueden alterar la flora. No hay que tomar antibióticos si no están recetados”.
“Además tiene que ver el tipo de alimentación, evitar los excesos de hidratos que también tienen una relación directa con la flora intestinal”, dijo.
La flora intestinal es un conjunto de microorganismos o bacterias que desempeñan tres funciones en el intestino: nutricional, protectora e inmunológica. “La flora que tenemos la adquirimos tempranamente y su núcleo nos acompaña durante toda la vida y es característica de cada uno”, finalizó.