En el libro Los juegos que cambiaron una ciudad, Alejandro Maldonado Casamajor recupera la historia de uno de los eventos deportivos más importantes de la historia de Mar del Plata.
El periodista marplatense Alejandro Maldonado Casamajor es autor de Los juegos que cambiaron una ciudad, un libro que recupera la historia de uno de los eventos más importantes que albergó Mar del Plata en el pasado reciente: los Juegos Panamericanos de 1995.
La idea inicial del libro se remonta a 2018, a partir de charlas con el periodista Rubén Aguilera, quien formó parte de las comisiones para que la ciudad sea elegida sede de los juegos deportivos más importantes del continente.
La publicación se nutre de entrevistas de protagonistas de la organización y deportistas que participaron de esos juegos y, en particular, de fuentes escritas -diarios y revistas de la época-, tanto de la biblioteca personal de Aguilera como de la Hemeroteca municipal.
Las entrevistas comenzó a realizarlas a finales de 2018 y principios de 2019 y luego siguió un trabajo de investigación en recortes de la revista El Gráfico y los diarios La Capital y El Atlántico de Mar del Plata.
Durante 2019 recolectó buena parte de la información que incluyó en la publicación. Luego, con la llegada de la pandemia de COVID-19, aprovechó ese tiempo para armar y darle estructura al libro y para hacer algunas entrevistas a distancia. En los primeros cuatro meses de la pandemia, escribió casi la totalidad del libro.
¿Por qué los Juegos Panamericanos de 1995 cambiaron la historia de Mar del Plata?
“Considero que cambiaron la historia de la ciudad porque fueron un antes y un después. En el país había nada más que dos pistas sintéticas antes de que llegara la de Mar del Plata, la que está en el CeNARD y la que está en Santa Fe. La de Mar del Plata desde 1994, cuando se inauguró para el Iberoamericano, es la que más se usa en el país. En Mar de Plata tenés un torneo de atletismo casi todos los fines de semana del año, salvo en verano”, cuenta a Bacap Alejandro Maldonado Casamajor, periodista, jefe de prensa de la Federación Marplatense de Atletismo y de la Federación Atlética de la provincia de Buenos Aires, y autor del libro.
Maldonado Casamajor destaca que “las instalaciones de Mar del Plata son fantásticas, y ese es un legado de los Juegos Panamericanos”.
En esa línea, el periodista enumera: “Tenés un natatorio de nivel internacional, que exige mantenimiento, pero es una pileta olímpica de 50 metros, y hay una torre de clavados. Tenés una cancha de hockey de nivel internacional, donde han venido a jugar Las Leonas. Tenés el velódromo, y se remodeló todo el Estadio de Patín para esos Juegos Panamericanos. La creación del Polideportivo permitió a Mar del Plata organizar un Preolímpico de Básquet con la Generación Dorada en 2011 y una final de Copa Davis”.
“Todos estos eventos catapultaron a Mar del Plata como un pueblo deportivo, mucho más importante de lo que ya era con algunos nombres, como los hermanos Curuchet, Uby Sacco, Nora Vega, y Claudia Rodríguez. Y a partir de esos Juegos Panamericanos quedó una infraestructura que permitió y permite que hoy, casi 30 años después, se siga utilizando como el primer día. Obviamente el desgaste está, pero creo que en eso cambió la ciudad”, subraya.
Recuerdos de los Panamericanos
Según los testimonios, Maldonado resalta que no había mucho clima de evento deportivo en la previa de los Panamericanos. Sin embargo, todo cambió con el inicio de los juegos.
“Cuando llegó la antorcha, toda la gente se volcó a las calles. Desde la ruta 2 en la entrada de Mar del Plata, y en todo el recorrido acompañando a los distintos atletas hasta la casa del COPAN, y después hasta la Municipalidad”, comenta.
“No hay nadie que no se acuerde de Nora encendiendo el pebetero o del payaso realizado en la coreografía”, agrega.
Algunos de los grandes recuerdos del certamen son el patinódromo repleto para ver competir a Nora Vega y el Polideportivo completo para ver la final de vóley entre Argentina y Estados Unidos.
El periodista también resalta la final del seleccionado argentino de básquet y el primer torneo importante para Daniel Pasarella como entrenador de la selección de fútbol. Además, remarca la performance del atleta cubano Javier Sotomayor en la búsqueda del récord del mundo en salto en alto: alcanzó el récord panamericano que continúa vigente.
“Fueron esas cosas las que más quedaron en la memoria de los marplatenses. La ceremonia de apertura por todo lo que implicaba y esos hechos muy puntuales que desataron que queden en la memoria. Al día de hoy, muchos recuerdan con alegría aquellos 14 días inolvidables”, señala.
La historia de la elección de la sede
El libro también relata cómo se produjo la elección de Mar del Plata como sede. La ciudad buscaba la organización de los Panamericanos del 91. En 1986, viajaron a Barbados cinco dirigentes marplatenses junto a representantes del Comité Olímpico Argentino y de la Secretaría de Deporte de la Nación.
“Cuba fue con todos los campeones olímpicos y mundiales, fue con una delegación enorme y con un mandato exclusivo de Fidel Castro, que era los Juegos del 91 o nada. Y en un gesto de grandeza enorme de Ángel Roig, que era el intendente de Mar del Plata en ese entonces, se decide después de una discusión muy intensa desistir por la candidatura del 91 y pedirla en el 95, en pos de que la ODEPA (Organización Deportiva Panamericana) no se disuelva”, narra Maldonado Casamajor.
El periodista remarca que “el legado de este libro es que no se pierda la memoria y no se pierda la huella de esos soñadores, de esos vecinos que nos llenaron de orgullo y lucharon para que Mar del Plata hoy sea una plaza deportiva importantísima a nivel nacional”.
¿Y si Maradona jugaba los Panamericanos?
En su trabajo de revisión de fuentes, Maldonado Casamajor encontró una perlita en la revista de la organización de los juegos, la NotiCOPAN. En la edición de enero de 1994, encontró una nota a Diego Armando Maradona, quien vino a la ciudad para la pretemporada de verano cuando vestía la camiseta de Newell’s.
“Se acercó a la casa del COPAN y dijo que le encantaría ser parte del equipo argentino en los Juegos Panamericanos, que acompañaba la causa y había estado muy pendiente de la posibilidad de ganar la sede. Finalmente, sabemos que a Diego en el 94, meses después, le da el doping positivo, lo suspenden un año y medio, y no pudo estar en los Juegos. Pero eso no estaba en ningún diario, lo encontré casi de casualidad en esa revista”, comenta el periodista.
El libro digital se puede conseguir en la web de www.edicionesfmp.com y en Baja Libros.