Cada vez más gente se acerca a practicar cerámica en talleres, online o se anima a encontrarse con este arte en planes de esparcimiento que se combinan con gastronomía.
Por Alejandra Bertolami
En tiempos tan acelerados, conectar con una actividad ancestral y despejar la mente es un plan necesario.
En la actualidad, cada vez más gente se anima a incursionar con el barro, aprender la técnica y hasta emprender.
Maru e Isabella saben de eso, madre e hija llevan juntas el emprendimiento Babushka donde ofrecen sus productos y dictan talleres.
La pandemia las llevó en su momento a dar un giro en sus maneras de emprender y a raíz de eso, no paran de crecer.
Este miércoles, realizarán un evento de cerámica y tapeo en Chauvin (San Luis 2849).
“Podrán construir piezas de cerámica con técnicas ancestrales como lo son la técnica por pellizco o por plancha. Podremos disfrutar de buena música y comida excelente, a la vez que modelamos y decoramos con materiales térreos. Si bien las técnicas son ancestrales, la última palabra la tiene el horno: acá se combinan tecnología y tradición. Esperamos que sea un evento inolvidable”, cuentan.
En este marco, Bacap dialogó con Maru, fundadora de Cerámica Babushka.
-¿Cuándo fue tu primer acercamiento a la cerámica?
–Mi primer acercamiento a la cerámica fue a mis 7 años, en el cumpleaños de un primo. “Cuca”, su abuela materna, era ceramista y le había hecho un circo con los personajes de cerámica para decorar la torta de cumpleaños. Años después, a mis 45, hice el profesorado en la Escuela de Cerámica de Mar del Plata esperando cumplir mi sueño de tener un título.
-¿Cómo surgió Babushka y a qué remite el nombre?
-El nombre “Babushka” surge en Rusia, después de recibirme, a mis 50 años, en un viaje acompañando a mi hijo con su familia. Cuando me dijeron Babushka estaba con mis nietos y ahí supe su significado: «Abuela». Con una amiga, Lili, al volver a Mar del plata lo elegimos cuando abrimos el primer taller en una casa que ella tenía a la venta. Se vendió la casa, por supuesto, y seguí con mi hija Isabella este hermoso proyecto que se convirtió en un emprendimiento familiar. Fue ella quien le dio en la pandemia un giro radical: aparecieron las clases por Zoom y las ventas mayoristas, lo que hicieron que nuestras piezas lleguen a todo el país.
-¿Sentís que la cerámica es un boom que va creciendo?
–La cerámica hoy fue tomando protagonismo y todos quieren tener vajilla en casa hechas con sus propias manos. Por eso llegan al taller madres e hijas, compañeras, parejas y amigas para construir piezas, y a su vez nos encontramos con personas que llegan al taller en soledad para conectarse con el barro, ya que no solo es una forma de acercarse al arte, sino que también es una actividad muy terapéutica. Hoy en día la cerámica es una nueva forma de meditación.
-¿La gente se va sumando más a la actividad como esparcimiento y disfrute?
-La gente se suma a la actividad como un momento de disfrute y esparcimiento y también como una posibilidad de emprender: en este momento abrimos otro taller en donde ofrecemos capacitación profesional para talleristas. Es un trayecto formativo donde está la posibilidad de aprender lo necesario para abrir un taller propio y también producir piezas con un idiolecto estético particular e inherente a cada ceramista.
–¿Cómo ves las nuevas propuestas que fusionan cerámica y gastronomía? ¿Cómo suele ser la repercusión de la gente?
-Es realmente muy grande el interés de la gente por la cerámica debido al entusiasmo que genera el hecho de realizar algo distinto con sus propias manos, y más aún cuando se fusiona la creatividad y el disfrute de sabores en una misma actividad que se desarrolla en un espacio gastronómico. Es una unión muy interesante, ya que es una actividad diferente, que permite que las personas salgan de su zona de confort y entren en un universo que para muchos es desconocido. El conectarse con la cerámica nos permite desconectarnos un poco del mundo y poder disfrutar del momento de creación. También es importante este auge que nos pone en el lugar de consumidores más responsables a la hora de pensar en la no utilización de materiales plásticos poco amigables con el entorno.
El conectarse con la cerámica nos permite desconectarnos un poco del mundo y poder disfrutar del momento de creación. |
–¿Es la cerámica una actividad que contribuye a la salud mental?
-Hoy en día, se puede decir que la cerámica es una actividad que contribuye a la salud mental, diría que la cerámica es salud. A diario muchas personas llegan al taller por recomendación de su profesional y encuentran otra forma de hacer terapia. Además de ser una gran ayuda para la salud mental, la cerámica fue y será un oficio ancestral que evolucionó y se convirtió en una de las actividades más elegidas para realizar, y no hay que olvidar que la cerámica es ciencia, es química, es inspiración, es sutileza, es concentración, es un camino de introspección, es aprender del otro en el espacio del taller, es diseño y también el modo de conectarnos con nuestra tierra pensando que los insumos le pertenecen. Es, de algún modo, la forma de conexión con nuestro origen ancestral.