Un análisis del Club Unión y su crecimiento para llegar a la Liga Argentina de Básquet.
Por Santiago Giorgini
Claro está que más allá de su ascenso a la Liga Argentina de Básquetbol, Unión sigue siendo un club de barrio; así como Quilmes y Peñarol, los otros dos exponentes del básquetbol marplatense profesional.
El refrán dice “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe” pero acá, lo único que se quebró fue aquella racha de infortunio para el «Quincho», que hizo de su casa un coloso en las esquinas de 9 y 14 de Julio, tras varios coqueteos con los últimos lugares del Torneo Federal.
Cómo llegar
¿Dónde está la clave del éxito? En no claudicar. En seguir pese a las adversidades, a algunas injusticias y al bajo presupuesto. Claro está que se tienen que dar los resultados y la naranja tiene que entrar; pero fue más allá de eso. Un presidente como Leonardo Cordeiro y un socio como Rodrigo Otamendi que bancaron el proyecto iniciado allá por el 2015 y lo mantuvieron hasta que se dé. Cambiando algunos jugadores, generando la confianza de que se podía dar y gestionando el crecimiento de un club.
Estuvieron muy cerca en el 2021, cuando quedaron eliminados de forma muy polémica en el cuadrangular de cuartos de final; lo propio ocurrió en el 2022, cuando cayeron ante Pico FC por los octavos de final. Ahora en el 2023 el quincho fue fiesta y carnaval. Aunque, los partidos de toda la temporada los jugará en el Polideportivo Islas Malvinas.
Un entrenador con convicciones
La dupla confió en el entrenador Ezequiel Santiago Medina desde el comienzo, pasó por varias categorías del club y hoy ya es un entrenador consagrado a nivel local y dándose a conocer a nivel nacional. Medina jugó desde chico en el club y fue campeón en el 2018 con la Sub-19 de la Liga Junior, enfrentando a clubes con buenas camadas de jugadores como Libertad de Sunchales o Independiente de Oliva; dos equipos que incluso tomaron relevancia de Liga Nacional de Básquet y sacaron basquetbolistas que hoy por hoy cuentan con relevancia en los planteles superiores. Unión creció en sus juveniles, comenzó a reclutar talento de otras provincias y pueblos desde su primer año en el Federal.
Armó una pirámide de abajo para arriba. Porque varios reclutados y juveniles hoy son referentes en el plantel profesional. Más allá de lo basquetbolístico, apostaron a mejorar la infraestructura del club, a poner en condiciones sus canchas (las tres que tiene) y apostar a mejorar lo que había, en lugar de volverse locos con las inversiones estratosféricas. Hasta la fachada quedó renovada.
La difícil situación económica
Claro está que la pandemia tuvo un punto de quiebre; el campeonato económico jugó su papel fundamental. Para que el lector comprenda lo que involucra traer a un jugador; hay que darle casa, alimentación, gimnasio, necesidades básicas y lógicamente, pagarles el sueldo. Entonces el desafío estuvo en buscar players que conozcan la ciudad, que tengan algún vínculo y por supuesto, resultaba aún más fructífero si eran oriundos de las alforjas marplatenses. Además ¿qué mejor que un club marplatense que desarrolle jugadores de sus tierras y que se les arme un proyecto para un ascenso? Decirlo genera adrenalina y ganas de tomar ese reto.
Por eso, el Federal post pandemia contó con jugadores conocidos para nuestro básquet. Por ejemplo, de Cristian Cadillac, quien jugó en Quilmes; Agustín Villalón, quien jugó en el IAE en sus formativas; los juveniles que crecieron, como Matías Carneglia (reclutado de Club Teléfonos), Tomás Quinteros, Felipe Barrionuevo, Tomás Gómez Colloca (reclutado de All Boys), Mika Montoya, Ignacio Brovarone y otros jugadores que los marplatenses enfrentaron en el pasado, como Martín Herrero, proveniente de Estudiantes de Olavarría y Juan Ignacio Bellozas.
El referente mayor entre todos estos jugadores es Juan Ignacio Varas, eterno en el básquetbol marplatense y quien ya pasó las 4 décadas y fue hombre de mil batallas para los dirigidos por Ezequiel Santiago Medina. Obviamente, del 2021 a la actualidad algunas piezas fueron cambiando, pero la base estuvo siempre consolidada.
El arranque en la Liga Argentina no fue bueno, el clásico de barrio ante Quilmes por la Liga Argentina resultó una derrota, pero quien le quita lo bailado al Quincho, quien ascendió a la segunda categoría del básquetbol nacional tras la victoria ante Suardi por las semifinales y coronó con la copa de la siempre difícil Liga Federal tras vencer al Provincial de Rosario de Adrián Boccia en tres juegos por la final.
Ahora, el desafío de mantenerse es aún mucho más importante ¿Podrá hacerlo? Solo el tiempo y la naranja lo dirán. El proyecto seguirá creciendo. Siempre hay un as bajo la manga en Unión.