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noviembre 23, 2024
Comer y Beber

Vinos naturales: la nueva movida de Mar del Plata y la zona

Un grupo de productores y aficionados de Mar del Plata y la zona está revolucionando la elaboración de vinos con una apuesta por los vinos naturales. 

En la costa atlántica , un movimiento en auge está transformando la forma en que se concibe la producción de vinos. Desde hace algunos años, un grupo de apasionados por el vino en Mar del Plata y sus alrededores ha comenzado a explorar la elaboración de vinos naturales, un producto que, aunque tradicional en su esencia, se presenta como una alternativa novedosa y auténtica en el mercado local.

Mauricio Rossello, uno de los referentes de esta tendencia y fundador de Atlántica Bodega de Mar, es un claro ejemplo de cómo la pasión por el vino puede convertirse en una iniciativa colectiva. En conversación con él, nos comentó cómo, a pesar de las limitaciones del clima local para el cultivo de la vid, ha logrado crear un vino único que respeta los procesos naturales de la uva.

«El vino natural es jugo de uva fermentado, sin agregarle nada. Es como lo hacían nuestros abuelos cuando vinieron de Italia. Agarraban la uva, la pisaban, la dejaban fermentar, y ese era el proceso», explica Mauricio con una mezcla de orgullo y humildad. Este respeto por la tradición y la naturaleza es lo que guía cada paso en la elaboración de los vinos en Atlántica Bodega de Mar.

Una tarea emergente

Para llevar a cabo esta labor, Mauricio ha creado una red de colaboración con pequeños productores locales y otros aficionados al vino. Juntos, compran uvas en diferentes regiones del país, principalmente en Mendoza, que luego se reparten para elaborar sus propios vinos. «Nos juntamos entre varios, traemos uvas de Mendoza y las repartimos. Hay una movida en Mar del Plata, Miramar, Mar Chiquita, pero no está muy explotada», señala Mauricio, destacando el carácter aún emergente de esta tendencia en la región.

La bodega ha experimentado con distintas variedades de uvas y métodos de fermentación, buscando siempre crear algo único. «Este año, por ejemplo, fermenté moscatel y Pedro Ximénez con pieles para hacer un vino naranjo, que es algo bastante raro», comenta Mauricio mientras nos muestra algunas de las botellas en su bodega. También ha trabajado con variedades menos comunes como la Isabella, una uva originaria de Berisso, La Plata, que da un vino ligero y ácido, con bajo contenido de alcohol.

Este movimiento, que mezcla la tradición con la experimentación, está empezando a atraer la atención no solo de los locales, sino también de aquellos interesados en vinos auténticos y de baja intervención. A medida que crece el interés, Mauricio busca darle una vuelta comercial a la iniciativa, sin perder de vista la esencia de lo que significa hacer vino natural. «Lo estoy haciendo conocer porque es algo distinto», dice.


El camino hacia la producción de vinos naturales en Mar del Plata es uno que requiere paciencia y respeto por los tiempos de la uva. En Atlántica Bodega de Mar, Mauricio y su equipo dejan que la uva «sea a sus tiempos», una filosofía que encapsula el corazón de esta nueva movida. Así, en la región atlántica, donde el mar se encuentra con la tierra, está naciendo una nueva manera de hacer vinos, que mira al pasado para innovar en el presente.

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