El cineasta vuelve con su cine artesanal, su estilo gótico y su humor para ofrecer una digna secuela.
Tim Burton durante una década se caracterizó por su estilo gótico y onírico gracias a películas como Beetlejuice, El joven manos de tijera y Batman Returns. Ya en el siglo XXI, Burton volvió a trabajar para Disney, donde hizo sus primeros trabajos como ilutrador, para hacer los live-actios de los clásicos del ratón. Esto hizo que el director perdiera su esencia y se volcara más a los efectos digitales, teniendo como resultado duras críticas. Desde Alicia en el país de las maravillas todo fueron fiascos que iban ahogando cada vez más a Burton, que tocó fondo, precisamente, con otra adaptación de un clásico de Disney, Dumbo. Fue entonces Netflix quien lo sacó de las profundidades para realizar la serie Merlina, una producción con la que retornó a su estética y obsesiones.
Tras el éxito de Merlina, Burton decide tras sus orígenes y reestrena Beetlejuice, Beetlejuice, la secuela de una de las películas ícono de su filmografía. Burton resucitó al personaje al que vuelve a dar vida Michael Keaton, sino que de alguna forma se ha resucitado a sí mismo. Beetlejuice, Beetlejuice mantiene el espíritu de los 80s. La película de terror, comedia y fantasía cuenta con Michael Keaton, Winona Ryder y Catherine O’Hara retomando sus papeles, pero esta vez se suman también Jenna Ortega, Monica Bellucci y Willem Defoe.
“Los últimos años me desilusioné con la industria del cine. Pensaba que no iba a poder hacer nada más que saliera de mi corazón. Durante muchos años he estado perdido, y esta película me ha vuelto a dar energía, he conectado con las cosas que me gusta hacer, me he rodeado con la gente que me gusta, y creo que esa es la única forma de tener éxito. No sé cómo irá la película, pero yo lo he disfrutado, y eso es lo principal”, dijo Burton, insistiendo en definir la película como un “proyecto muy personal”.
Beetlejuice, Beetlejuice se espera que se un suceso comercial en los cines de Estados Unidos y en el resto del mundo. La película se podrá ver en Mar del Plata a partir del 5 de diciembre en los cines de Cinemacenter.