El informe anual de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, elaborado junto al Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, revela datos alarmantes sobre el consumo de alcohol en adolescentes escolarizados. Con más de 18 mil jóvenes encuestados, los resultados evidencian un inicio temprano en el consumo, mayor tendencia entre mujeres y un preocupante hábito de binge drinking. La investigación profundiza en las diferencias por género y edad, dejando en claro la urgencia de abordar esta problemática desde políticas públicas efectivas.
Por Natalia Muñoz
Como es habitual, la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires compartió el informe anual sobre consumo de alcohol en adolescentes escolarizados. La investigación es el resultado de un trabajo conjunto entre el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires y la Asociación Cívil Pensando Políticas Públicas. Casi 18 mil personas entre 12 y 21 años fueron encuestadas y los resultados arrojaron índices preocupantes de consumo temprano y sostenido de alcohol: cómo es la tendencia entre varones y mujeres, el desagregado por edad y el riesgo del binge drinking.
Para comprender los alcances del estudio y los riesgos del consumo temprano de alcohol, es menester conocer el universo encuestado. De los 18 mil participantes, el 57,8% corresponde a adolescentes de entre 12 y 15 años de edad, el 34,4% a jóvenes de entre 16 y 17; mientras que el 7,75% tiene 18 o más años.
En cuanto a género, el 57,32% son mujeres, el 41,01% varones y el 1,68% corresponden a otra identidad.
De la distinción de género se desprende el primer dato alarmante. En el informe se dividió en tres categorías la frecuencia de consumo: quienes tomaron alcohol alguna vez en la vida, quienes lo hacen con frecuencia anual y quienes beben cada mes. En todas las opciones, las mujeres de todas las edades mostraron una mayor tendencia de consumo que los varones y otros géneros.
A raíz de estos resultados, la Defensoría aclara: “se consolida una tendencia que habíamos detectado en el relevamiento 2021 del Observatorio: los índices de consumo de alcohol son mayores en las mujeres respecto a los hombres”.
Edad
El análisis de los resultados en cuanto a edad de inicio de consumo es tajante: “Más del 71% de las y los entrevistados comenzó a beber alcohol antes de los 15 años y 12 de cada 100 lo hizo durante la niñez, es decir, antes de los 12 años”.
En este caso, son los varones quienes mayormente registran un inicio de consumo temprano. Del universo consultado, solo el 1,30% esperó a loas 18 para probar el alcohol.
El entorno social, la baja percepción de riesgo, la alta tolerancia del contexto hacia el consumo más algunos eventos estresantes de la vida son factores que intentan explicar por qué una persona menor de edad bebe.
Binge drinking
El binge drinking tiene que ver con cuánto alcohol se consume en un mismo evento. El binge drinking o Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA) constituyen “en sí un consumo abusivo y de riesgo para la salud del individuo”, se explica en el informe de la Defensoría.
El resultado general del relevamiento, arroja que 13 de cada 100 de las personas encuestadas consume más de cinco tragos o vasos de cerveza por episodio. “El índice más elevado vinculado al binge drinking se registra entre la población encuestada que no se percibe como varón ni mujer (29,9%), mientras que el porcentaje es mayor entre varones (16%) respecto a mujeres (14%)”, se detalla.
Juntarse, tomar, tomar mucho, tomar todo, tomar todos.
Entre los efectos sobre la salud de este tipo de comportamientos, se registra que “en el cerebro se producen cambios neurofisiológicos que se traducen en manifestaciones clínicas y conductas compulsivas que expresan una pérdida de la capacidad volitiva del sujeto”, es decir, pierde su capacidad de controlar sus actos.
Los motivos
Pero, ¿por qué toman alcohol las y los adolescentes? La iniciación cada vez más temprana en el consumo es multicausal. Las respuestas más elegidas por las y los jóvenes en la encuesta fueron “Me gusta el sabor” y por diversión.
La creencia popular de que el alcohol es catalizador de un comportamiento más desinhibido y empático, junto con la presión social de la lógica “si todos toman, yo también”, se encuentran entre las principales razones.
En el diferencial de género, que, como ya se contó, muestra un mayor porcentaje de consumo en las mujeres, se consideró que resumir el interés por las bebidas en un afán de aparentar social sería simplista y reconoce la institución que es una de las aristas que merece un mayor análisis: “el argumento de que las mujeres consumen más porque están adoptando modelos masculinos es un reduccionismo y pueden tener interpretaciones arriesgadas y contraproducentes”, concluyen.
Recomendaciones
En base al relevamiento, la Defensoría del Pueblo propone dos cursos de acción para la prevención del consumo temprano de alcohol.
El primero tiene que ver con la comunicación y el diálogo en el núcleo familiar. “’Conversaciones con la familia’ fue la respuesta más elegida (casi 38%) por parte de las y los jóvenes a la hora de responder sobre cuál es su principal fuente de información respecto al alcohol y/o drogas, superando a la escuela (34%), a las redes sociales (11,5%) y a los medios de comunicación (4,2%)”, detallan. En base a tales respuestas es que se recomienda “la comunicación familiar abierta y fluida, es decir, el intercambio de puntos de vista entre madres, padres e hijos de forma clara y empática, con respeto y afecto”.
Por otro lado, la institución reconoce que “representa un desafío cultural intentar que la problemática vinculada con el consumo excesivo de alcohol sea abordada en campañas de concientización y prevención, tanto en medios tradicionales como redes sociales, sin dramatismos excesivos y con la mayor objetividad posible teniendo en cuenta la variedad de elementos que intervienen”.
A tener en cuenta
Por su parte, el Ministerio de Salud de Argentina, en su web, ofrece recomendaciones para que las personas adultas puedan acompañar, prevenir y revertir el consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes adultos. Entre ellos, menciona:
El ejemplo de las personas adultas en relación al consumo es importante: muchas veces, el inicio del consumo de alcohol en adolescentes está motivado por miembros de su propia familia o red de confianza.
Brindá siempre información objetiva y veraz que ayude a la toma de decisiones saludables.
Suministrá información clara y en términos de enseñanza: los “sermones” o frases directivas no son bien recibidas y generan el efecto contrario. Hablá desde un lugar de amor, de acompañamiento y de escucha.
Habilitá un espacio de escucha y diálogo: demostrá empatía por lo que el/la joven está expresando, mostrá interés y realizá preguntas si algo de lo que dijo no fue claro para vos, a modo de evitar malas interpretaciones. Escuchá sin penalizar, hará que tus hijas e hijos sepan que pueden recurrir a vos ante cualquier dificultad.
Finalmente, para obtener más información y un espacio de acompañamiento, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) cuenta con líneas telefónicas de atención: 141 y 0800-222-1133