El horno pirolítico del Cementerio Parque dejó de funcionar en 2023. El millonario presupuesto que supondría la puesta en marcha y las tentativas de tercerización. Las familias, entre el osario común y las tarifas privadas. Quema de drogas, otra función perdida.
Por Thom Lahitte
¿Nos morimos y qué pasa? La pregunta, que mantiene en vilo a teólogos y filósofos, tiene un correlato mucho más tangible en las familias que deben decidir en torno al destino del cuerpo de un fallecido.
El entierro es tal vez la opción más conocida y la primera que se viene a la mente. Más allá del suelo, los restos también pueden descansar en bóvedas o nichos. Hay otra posibilidad más: la cremación.
Pero dicho rito, continuidad moderna de las piras funerarias, dejó de ser una opción para las familias marplatenses. Desde junio de 2023 el crematorio del Cementerio Parque cerró y trajo consigo varias consecuencias.
¿Por qué dejó de operar? El horno pirolítico funcionó de forma ininterrumpida desde 2006, fecha en la que se erigió en reemplazo del crematorio original de 1982. Si bien las autoridades no pudieron precisar el motivo exacto, algunas fuentes indican un deterioro de magnitud.
Según pudo conocer Bacap, existió un proyecto para su reparación que nunca se llevó a cabo. Por su parte, la empresa Camuzzi habría retirado el medidor por irregularidades exigiendo una nueva instalación que costaría unos 140 millones de pesos.
El elevado costo de la operación abrió la puerta para rumores de privatización del servicio, algo que iría en línea con lo acontecido en otras áreas del Estado municipal. No obstante, si bien se
Entre el osario común y el tarifazo privado
Las principales afectadas por el cierre del crematorio son las familias que deben buscar alternativas. Estas se encuentran fuera del predio ubicado en Norberto Centeno al 5.000: los hornos pirolíticos de “Colinas de Paz” -a metros del parque- o Los Robles, en la salida a la Ruta 226.
Más allá de la distancia a recorrer, la principal diferencia es el precio. Si bien no hay un tarifario actual -debido a los dos años de cierre- se estima que los valores de los privados duplican al del municipal.
La incertidumbre se ciñe no solo sobre los recién fallecidos sino también sobre aquellos restos que finalizan el período de estancia bajo tierra y por múltiples motivos -casi siempre económicos- deben ser retirados. “Me dijeron que si nos pasábamos de los cinco años, iban al osario común”, detalló una vecina que si bien aclaró que tuvo casi dos más de changüí, debió acudir a Los Robles para la operación ceniciaria.
Quema de estupefacientes, otra acción cesanteada
“El área administrativa a cargo del Horno Crematorio también actúa en forma articulada con el Poder Judicial prestando sus instalaciones, infraestructura y mano de obra especializada para realizar la incineración de material estupefaciente”. Este fragmento es descrito en la web del Municipio como una de las incumbencias del sitio cerrado.
No obstante, el último registro de quema habría ocurrido en 2022. En julio de 2024, la Justicia determinó la incineración de drogas acumuladas en tres años de operativos pero la acción, que incluía a la Unidad Funcional de Estupefacientes del Departamento Judicial de Mar del Plata, debió realizarse en el predio de disposición final de residuos de Balcarce.