Santiago Bogisich, bajista de la banda, habló sobre el último tramo de la gira, el nuevo disco y la presentación del 4 de enero en Vibra Arena, Mar del Plata.
Las Pastillas del Abuelo siguen en movimiento. Con una extensa gira en marcha, un nuevo disco en proceso y el reencuentro permanente con su público, la banda atraviesa una etapa de enorme intensidad artística. En la previa de su show del 4 de enero en Vibra Arena, en Mar del Plata, Santiago Bogisich, bajista del grupo, dialogó con Bacap sobre este presente atravesado por la música, la adaptación a los tiempos que corren y el vínculo especial con la ciudad.
– ¿Cómo viene este recorrido de gira y qué los motiva a seguir rodando después de tantos años?
— El motivo principal es la música en sí, porque es lo que amamos y lo que nos mantiene súper creativos y conectados. Y después, saber que es un privilegio poder seguir viajando, haciendo shows y que la gente nos acompañe. Eso es un montón y lo supervaloramos.
— Están girando y, al mismo tiempo, trabajando en un nuevo disco. ¿Cómo viven esa doble exigencia?
—Estamos en un momento súper intenso. Tenemos la cabeza dividida en dos: estamos terminando de armar el disco nuevo para entrar a grabar, con canciones que nunca se tocaron, y al mismo tiempo seguimos tocando el repertorio viejo y haciendo fechas. Vamos día a día, ensayando a full, sin parar. Por lo menos hasta febrero va a ser así.
— ¿Cómo logran equilibrar energías entre la composición y una gira tan demandante?
—Todo lo que hacemos nos nutre como músicos. Cada uno está en su lugar y disfrutando lo que hace, incluso tocando otras músicas. Eso también alimenta a la banda. Después volvemos a la sala y seguimos laburando con los temas de Pastillas. Todo suma.
— El nuevo disco ya está definido en cuanto a canciones?
—Las canciones están armadas y ahora estamos cerrándolas y perfeccionándolas lo máximo posible para entrar al estudio. Ahí es donde esperamos que aparezca la magia. Igual, nada está cerrado al 100%, porque en el estudio surgen ideas en el momento y se aprovechan.
— Las Pastillas tienen una larga trayectoria. ¿Cómo viven esta nueva era de la música, con otros géneros ganando espacio y un consumo diferente?
—No queda otra que adaptarse a los tiempos que corren. Pastillas nació en la era de la piratería, cuando la industria estaba en crisis, y paradójicamente fue algo que nos favoreció: la gente se pasaba las canciones, las compartía. Después vino la era del single, de las playlists, de lo digital. Si uno se encasilla y no se adapta, la propuesta deja de interesar.
— ¿Eso también impacta en la manera de componer?
—Nuestro eje siempre estuvo en las canciones, en la lírica, en lo que se transmite. La banda fue mutando: al principio había muchas historias con las que la gente se identificaba, después una etapa más introspectiva y de protesta. Musicalmente también cambiamos. Ahora, por ejemplo, volvemos a grabar un disco completo, algo más parecido a lo que se hacía hace 15 años.
— ¿Se puede adelantar algo del nuevo material?
—Hay una temática mujer muy presente en las canciones. Musicalmente es un disco de rock. Van a ser 10 canciones nuevas. Más que eso, no puedo adelantar.
— Para cerrar: vuelven a Mar del Plata. ¿Qué representa la ciudad para Las Pastillas del Abuelo?
—Cuando pensamos en la costa, pensamos en Mar del Plata. Desde los primeros años, allá por 2006, recorríamos la zona tocando en distintos lugares, armando circuitos. Mucho de eso desapareció, pero la conexión con el mar y con la ciudad sigue intacta. Para nosotros, la costa argentina es Mar del Plata.
