Es el primer libro del artista Julia.y.Nau. Se presentará este sábado 1º de octubre en el Centro Cultural “América Libre” y Bacap te invita a que descubras un nuevo talento marplatense.
Por Bárbara Benitez
“Los días sin techo,
reptan de un lugar a otro,
siempre perdidos, reptan,
entre el suspiro y las cenizas
que nos ha dejado el tiempo”.
Julia.y.Nau
Probablemente tener 27 años, vivir en una Argentina resquebrajada por el odio social y querer lanzar un libro en un mundo donde la pobreza, el dolor, las guerras y los peligros son moneda corriente puede ser complicado. O tal vez todo eso sea pequeño al lado de tener 27 años y estar solo en un monoambiente marplatense en un crudo invierno pandémico. Y aunque todo esto da una introducción tal vez un poco gris y temerosa, Julia.y.Nau pudo contrarrestarlo y crear “Los días sin techo, postales que no llegan a nadie” en un 2020 que le dio un giro total a su carrera. De actuar a escribir un libro, de escribir un libro a presentarlo dos años más tarde en una intervención artística.
Joven, alto, rubio y actor. Tiene unos ojos celestes y al concentrarte podés tal vez ver el mar o simplemente era tan solo la tenue luz que ingresaba por el vidrio algo sucio del centro cultural ubicado en 20 de septiembre y San Martín. En una Mar del Plata primaveral algo fría como de costumbre. Sentado, algo encorvado, probablemente para respetar la altura de quien lo iba a escuchar sonrío y el sol fue un poco más fuerte.
El 1º de octubre presentará sus escritos en este lugar de una forma bastante particular, donde la música, la actuación, los poemas se entrelazarán y llevarán el arte en su máximo potencial en el marco del Festival de teatro independiente Guille Yanicola.
“Pequeño rinconcito
ubicado en el culo del mundo
donde la desesperación
y los amores inconclusos,
son cosa de todos los días”.
El comienzo en el interior de la Provincia
“Llegué a la actuación porque tengo un tío en Bolívar. Un pueblo en el interior de la provincia de Buenos Aires que suele ser un embole. Uno de los veranos que pasé allí (un mes completo) mi tío me avisó que me había anotado en un taller de clown y cuando llegué era mentira. Digamos que mi vínculo con la actuación inició de forma payasesca. Cuando volví a Mar del Plata empecé a averiguar quien venía de ese palo para poder seguir formándome. Tuve una época en la que fui mucho a los barrios y me gustaba trabajar de payaso, payasa, payase, pero después me copo otro tipo de teatralidad”, relató con un tono alegre rememorando sus primeros pasos por el arte.
Respecto a la escritura explicó: “Siempre escribí. Tengo mucho material que no sirve para nada” y agregó: “En un momento encontré que todos esos pedazos tenían un ambiente en particular y desde allí comenzó la creación de lo que veremos el sábado”.
“Late
su corazón de fuego
y se expande
entre las miradas
de las criaturas ancestrales
que allí habitan”.
Los días sin techo, la escritura sin tinta, la actuación como motor
Hace 6 años que Julia se dedica de lleno a la actuación, pero algo ocurrió en 2020: “En la pandemia mis grupalidades se fueron cayendo y empecé a laburar en soledad. En simultáneo estaba escribiendo un libro. Sucedió que al pasar el tiempo las cosas que escribo suelen convertirse en algo ajeno. En la pandemia le encontré como otra vuelta y volvimos a laburar con Lester”.
Respecto al libro comentó que es “un conjunto de relatos que se unen en un entretejido novelesco. Todo transcurre en un barrio y la historia de la gente que vive ahí. No estoy como personaje, pero si hay escenarios que atraviesan mi historicidad. La Plaza Rocha, el club pegado a mi trabajo, el teatro está presente, pero no es autorreferencial”.
En la misma línea informó, ya con el sol que no calentaba tanto en el centro cultural que se convertía un poco más frío: “El día de la presentación vamos a ver una intervención, no es la típica presentación del libro a la que estamos acostumbrados. Hay escenas teatrales, va a leer un texto el editor que es Ricardo Lester, vamos a tener música en vivo y luego voy a improvisar desde un lugar teatral. Termina siendo una especie de obra”.
“Historias del hoy y del ayer”.
Por último, antes de que finalice el diálogo aclaró: “Por todos estos motivos siento que el libro me es propio y ajeno al mismo tiempo, sé que hay gente que le gustó mucho, pero muchas veces me pasa que no lo siento”.
Tal vez es eso, un libro sin lugar, un lugar sin libro, una Argentina resquebrajada por el odio social, un mundo donde la pobreza, el dolor, las guerras y los peligros son moneda corriente y un artista valiente que enfrenta las adversidades mediante la palabra, los movimientos, la tinta y sin ningún techo frente a una plaza fundacional que lo acompaña cada día.