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abril 25, 2024
Lo de Acá

SUP, un deporte sin límites que se adueñó de la costa

Desde pequeños hasta adultos mayores se han sumado a la práctica del stand up paddle, una disciplina que ha permitido a numerosas personas redescubrir las bondades de las playas locales. Marplatenses y turistas disfrutan día a día de un deporte en el que lo importante no es la aptitud física sino la actitud.

por Víctor Molinero

Los canales de noticias nacionales dedican varias horas de su grilla a reflejar lo que sucede en Mar del Plata en el marco de una temporada récord. La playa suele ser el punto elegido para instalar un móvil y allí, en varios puntos de la costa marplatense, la vedette de este 2022 es el stand up paddle. Es que cada vez son más los turistas que se animan a practicar una disciplina que en los últimos años creció exponencialmente en esta ciudad. 

Natalia Coste es una de las referentes de la actividad en Mar del Plata. Jueza internacional de primer nivel y pionera en aquello de enseñar el SUP en el país, se prestó al diálogo con Bacap para exponer las bondades de un deporte que inclusive ha permitido reconciliar a algunos marplatenses con el mar.

«La clave acá no es la aptitud sino la actitud. Cualquier persona a partir de los 5 años puede hacer SUP. Tengo una alumna de 74 años que está muy avanzada. Los límites son de la cabeza nomás. La satisfacción que genera en la gente grande que se anima es increíble. Hay mujeres que me han dicho que el SUP les cambió su relación con el mar. Gente que vivía en Mar del Plata pero por ahí no tenía ese vínculo que ha generado a partir de animarse a practicar esta disciplina. Porque no es sólo SUP. Afortunadamente se han formado grupos hermosos de alumnas y alumnos. Con los que se ha generado un vínculo muy importante. Por ahí se quedan frente al mar después de las clases para compartir un rato o se reúnen por fuera de la actividad», especifica Natalia.

«‘Viví toda la vida en Mar del Plata y este deporte me cambió la visión que tenía del mar. Ahora, de grande, volví a ser como una chica’, me han llegado a decir. A una clínica vino una mujer de Rosario que después me agradecía por haber podido encontrarse con el SUP», agrega.

Natalia tiene su escuela en la zona de Cabo Corrientes. En la ciudad hoy por hoy conviven unas diez escuelas entre las playas de Cabo Corrientes, Torreón del Monje, Playa Grande, Varese, el Club Náutico, la Base Naval, Waikiki y la zona norte. Pero además hay profesores que dan clases personalizadas en cualquier punto de la extensa costa marplatense. El precio de una clase va desde las 1.500 pesos pero también se hacen paquetes con alguna rebaja por cuatro clases.

En el caso de Natalia Coste, ella da clases y clínicas para principiantes, nivel competición y perfeccionamiento para otros docentes. Las clases se brindan todo el año y en verano arrancan a las 7 de la mañana. 

«La mayoría de las personas arranca las clases en octubre. El agua está fría pero este es un deporte como cualquiera y al practicarlo uno siente calor. Con los equipos adecuados no tenés frío. Por eso es que por ahí el local lo practica todo el año. El turista lógicamente viene más en verano y por ahí busca un día de calor para arrancar. Por lo general en un par de clases ya te parás y le estás dando dirección a la tabla y con alrededor de seis ya estás en condiciones de pasar la rompiente y también salir con las olas. En mi caso priorizo que sepan bien los métodos de seguridad y el autorescate en la iniciación al SUP surfing», resalta. «Yo insisto con que la aptitud física no es un impedimento para hacer SUP».

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Integrantes de la escuela Mdp Surf Club.

En cuanto a los costos, una tabla nacional nueva se puede conseguir a partir de los 120 mil pesos y una importada desde los 1.500 dólares. Un remo básico de aluminio ronda los 8 mil pesos en la industria local. Y por uno de carbono, para que el que ya practica de manera más avanza un promedio de tres veces por semana, habrá que desembolsar alrededor de los 25 mil pesos. La pita, que es reglamentaria, ronda los 3 mil pesos. Y para cuando uno se enamora de la actividad y la practica todo el año, tendrá que conseguir además los trajes y botas necesarias para no lidiar con el frío invernal. De todos modos, Natalia recomienda aguardar para adquirir los equipos necesarios. Las escuelas incluyen el préstamo de los equipos dentro del pago de la clase.

A la hora de hablar del crecimiento exponencial de SUP, Natalia entiende que no es solo un fenómeno local. «En el mundo se vive esta explosión. De hecho el surf ingresa a los Juegos Olímpico por el empuje que genera el SUP. Hay que tener en cuenta que esta especialidad se puede practicar en cualquier superficie de agua: mar, lago, laguna, cualquier espejo de agua. Por eso el SUP tiene más federaciones inclusive que el surf», destaca.

Más temprano que tarde el SUP también tendrá su primera vez en los Juegos Olímpicos. Habrá que ver si ya en París 2024 o en Los Angeles 2028. Seguramente será en la modalidad race profesional, con tablas de 11 a 14 pies. Se entra a la competencia desde la arena y se sale con la rompiente, en un circuito boyado de 4 a 6 kilómetros.

Pero además existen maratones, de 14 a 21 kilómetros, carreras de velocidad en 200 metros y el SUP surf que es básicamente maniobrar sobre las olas.

Mar del Plata tiene en Juliana González (en race) y Natalau De la Lama (en SUP surf) a dos de sus principales exponentes en la alta competencia. Ambas son múltiples campeonas argentinas y han representado al país en mundiales y Juegos Panamericanos.

Pero el «semillero» va dando sus frutos. Y allí piden pista desde abajo chicos como Luciano Gabas (campeón nacional), Matías Casco (bronce en los Panamericanos de Perú) o Felipe Coste. «Tenemos muchos chicos con gran proyección aunque no estamos tan organizados como en otros países que manejan mayores presupuestos» avisa Coste. 

La Asociación de Surf Argentina (ASA) incluye también a esta disciplina. Sin embargo, desde mayo de 2021 se constituyó en Mar del Plata la Asociación de SUP Costa Atlántica, que tiene en el periodista Marcelo Solari a uno de sus principales impulsores.

«Desde que la ASA destinó su circuito sólamente a las categorías Open Pro surgió la inquietud de darle una competencia a todos los amateurs que día a día se suman a la actividad. De ahí surgió el Circuito Costa Atlántica de Stand Up Paddle, que para 2021 programó ocho fechas. Ahora estamos viendo de reprogramar la última fecha     que en diciembre no pudimos realizar porque Prefectura suspendió la jornada por el peligroso estado del mar ese día. Para muchos el Circuito Costa Atlántica significa su primer paso competitivo en la actividad», refleja Solari, quien reparte sus horas entre su trabajo en el diario La Capital, su nueva labor como dirigente de la flamante Asociación y las infaltables horas con su tabla en el mar.

Como él, centenares de marplatenses y, en esta temporada también turistas, disfrutan de un deporte apto para todo público. Una disciplina que ha llevado a numerosas personas a reencontrarse con el mar y con uno mismo. 

 

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