En el marco de la Semana de la Lactancia Materna, organizaciones impulsan que se den entornos favorables para que los lugares de trabajo estén preparados para amamantar.
Especialistas en lactancia advierten que la mayoría de los lugares de trabajo no están preparados para amamantar, lo que obstaculiza la continuidad del amamantamiento más allá del sexto mes, tal como se recomienda internacionalmente, al celebrarse la Semana Mundial de la Lactancia que se extiende hasta el 7 de agosto.
Bajo el lema «Hagamos que la lactancia materna y el trabajo funcionen», las organizaciones involucradas buscan visibilizar la necesidad de impulsar entornos favorables para esta tarea en la vida laboral.
«Las mujeres no deberían tener que elegir entre amamantar a sus hijos o trabajar», apuntó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que advirtió que, a escala global, más de 500 millones de personas trabajadoras «no se benefician de prestaciones de maternidad básicas», lo que dificulta la continuidad en la lactancia.
Lo recomendable
En esa línea, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recordó que es recomendable que la lactancia sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y, a partir del sexto mes, ir incorporando alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras continúa la lactancia hasta los dos años.
En un documento titulado «Lactancia natural, más allá de los seis meses», la SAP destacó que la leche humana previene infecciones respiratorias y digestivas en los lactantes, reduciendo el riesgo de hospitalización en un 57% y 76% respectivamente, mientras que, a largo plazo, disminuye el riesgo de sobrepeso en un 26% y de diabetes tipo dos en un 35%.
Asimismo, indicó que sostener la lactancia se asocia con «una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar» y que «los bebés que son amamantados tienen un 60% menos de riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados», según datos de la OPS.
Además, enfatizaron en los beneficios que ofrece para la mujer que amamanta, al reducir el riesgo de cáncer de ovario y de mama.
«Siempre que sea posible y/o haya deseo de la persona que amamanta, hasta los seis meses recomendamos que la leche humana sea el alimento exclusivo del bebé, para luego incorporar alimentos complementarios adecuados, aumentando paulatinamente la cantidad, consistencia y variedad», precisó Vanina Stier, médica pediatra y secretaria del Comité de Pediatría Ambulatoria de la SAP.
Obstáculos
Sin embargo, los especialistas advirtieron en los obstáculos que «frecuentemente» se presentan para amamantar, entre ellos el retorno al trabajo.
«Ahí está el mayor inconveniente. Lo ideal es que se pueda dar la teta en un ambiente tranquilo, cómodo y en soledad, pero la mayoría de los lugares no están preparados. Esto constituye la mayor causa de pasaje de la lactancia materna a la de mamadera», aseveró Darío Didia, jefe de la División Obstetricia del Hospital de Clínicas.
La ley nacional N° 26.873 de promoción de la lactancia materna establece que las madres tienen derecho a dos pausas diarias (de media hora cada una en el sector privado y una hora cada una en el público) para amamantar durante el primer año a partir del nacimiento del bebé, período que puede extenderse por «razones médicas».
Además, el «Plan 1.000 Días» recomienda la «instalación de un Espacio Amigo de la Lactancia (EAL) permanente en todo ámbito de trabajo donde se desempeñen 20 o más personas con capacidad de gestar o en edad fértil».
«Si la madre no puede llevar a su hijo al trabajo, en el lugar debería haber un lactario, es decir un espacio limpio, cómodo y privado para la extracción de leche y posterior conservación en una heladera. Aunque esto es un derecho mínimo, muchas veces no se concreta», apuntó la médica pediatra de la SAP, Romina Valerio.
La lactancia, consideró, no es solo responsabilidad de la persona que amamanta, sino que «es una responsabilidad compartida con los otros integrantes del grupo familiar, los empleadores y el Estado, que pueden y deben generar entornos favorables para continuar amamantando».