Tras el éxito del unipersonal “Muerde” en temporada veraniega, Luciano Cáceres vuelve en junio con tres fechas para dar revancha y volver a emocionar al público.

Por Alejandra Bertolami

Luciano Cáceres se pone en la piel de René, un personaje que tiene 10 años mentalmente, pero con un cuerpo de adulto. Un ser con una ternura inconmensurable que en cada minuto de la obra sufrió el arrebato de su ternura lentamente. La obra, escrita y dirigida por Francisco Lumerman presenta excelentes críticas porque ningún espectador sale de la sala igual que como entró.

Tras el éxito de la temporada veraniega, se presentará nuevamente el 12, 13 y 14 de junio con funciones a las 20h y 21:30h en Chauvin (San Luis 2849).

Ida y vuelta con Luciano Cáceres para conocer un poco más sobre la obra: 

Animarse a la aventura

¿Qué sentiste cuando leíste el libreto por primera vez?

Me encontraba filmando en Madrid “Adiós Madrid” una película que hicimos en julio del año pasado, estaba hace mucho tiempo con ganas de trabajar con Fran Lumerman y tenía ganas de desafiarme al unipersonal. Cuando lo leí dije: “es esto lo que quiero hacer”, me interesó el mundo, el personaje, contar la historia de un hombre bueno y un ser distinto, un marginal, me movilizó mucho la historia que además tiene un motor con una noticia real que era un pibe que robó un celular y entre 30 lo mataron a palos y creo que eso me motivó a hacerlo.

¿Cómo fuiste construyendo el personaje? ¿Tuviste alguna dificultad a la hora de ponerte en la piel de René?
Tengo una imagen de muy chico: mi madre trabajaba en villas en Buenos Aires y yo la acompañaba de pequeño y ahí veía que todos los chicos estaban con mocos y esta palabra “el mocoso” y, yo me preguntaba por qué todos tenían mocos y mi vieja me dice: porque no tienen una mamá como vos tenés que te está limpiando todo el tiempo. Y esa fue la primera imagen que me vino de René y la dificultad más grande es estar sólo en el escenario, pero después se generó una complicidad directa con cada uno de los espectadores de la sala. Lo que fue complejo se convirtió en virtud y lo estoy disfrutando.

Un personaje muy especial

¿Qué tiene René que logra atravesar las emociones del espectador?
Yo creo que René es un hombre bueno, un ser con cuerpo de grande, pero con mente de un nene de 10 años y toda esa sencillez, inocencia y mirada de sorpresa y también las atrocidades y dolores que padece, genera mucha empatía en el espectador y conmueve, emociona. Es una gran tarea hoy en día generar eso en el teatro más allá de contar un cuento.

El reconocimiento

¿Cómo fue para vos ganar el Estrella de Mar como mejor unipersonal con “Muerde”?
Recibir el Estrella de Mar fue algo hermoso. Primero, por la autogestión y por la cantidad de unipersonales que había en Mar del Plata y los nominados que estaban, todos grandes actores y espectáculos. Que hayan pensado en Muerde fue algo precioso. Después, en lo personal, la cuarta temporada en Mar del Plata, todas exitosas, siento que el público ahí acompaña todas mis propuestas, con su diversidad, y es una alegría enorme para mí y también para Chauvin que era la primera vez que apostada a otro tipo de teatro, más allá de toda la gestión que hacen los chicos de Microteatro todo el año.

¿Pensaste que iba a ser una obra que iba a cruzar el charco y presentarse por el mundo? ¿Cómo fue la repercusión afuera?
Lo que tiene este oficio, poder ir a Madrid, con sala llena y gente afuera, la mitad del público era argentino y luego de otras nacionalidades, que conmueva, que el aplauso final sea extenso y con el público de pie, emocionado. Fue otro mimo precioso.

¿Qué nos viene a enseñar René a la sociedad?

René no viene a enseñar nada, uno cuando hace teatro intenta no enseñar, pero sí, conmover, abrir cabezas, generar reflexión y sobre todo salir modificado, salir distinto a como entraste a la sala y creo que este tipo de espectáculos lo logran.