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noviembre 21, 2024
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Mar del Plata 150 motivos

El destino geológico de Mar del Plata: cómo los pilares tectónicos moldearon la ciudad y su historia

 

Nosotros empezamos a ser marplatenses en el año del cometa, cuando mi abuela Avelina llegó de la mano de su mamá Lucia para rencontrarse con Pedro, su papá.  En los veranos en Punta Iglesias, me preguntaba por qué Mar del Plata está aquí, quizá algún un determinismo geológico nos hizo marplatenses. Siento que Mar del Plata está aquí y no más al norte o más al sur por las rocas que festonean su costa, que definieron el cauce del arroyo de las Chacras y amansaron las olas para hacer playas. Esas rocas construyeron la ciudad, sus calles e historias.

Luis del Río (*)

Creo que nosotros empezamos a ser marplatenses en el año del cometa, cuando la abuela Avelina llegó caminando de la mano de su mamá Lucia desde Toralino de La Vega, en las montañas de León, para reencontrarse con su papá, Pedro.

Un año después, en 1911, llegó mi abuelo, Tomás, desde Riego de La Vega, un pueblito que estaba a tiro de pedrada de Toralino. Pero ellos se conocieron aquí y no allí, y luego en el tiempo nacerían los hijos, entre ellos Julio, mi padre.

Por otros surcos marinos, desde el taco de la bota italiana, llegarían mis nonos, Saverio y Carmen, que se afincaron aquí junto al mar, y no en Mendoza, para no extrañar tanto su patria, y aquí nació Delia, mi madre.

Sabía, por papá, que ahí, justo ahí, en la desembocadura del arroyo de las Chacras en el mar, había nacido Mar del Plata, que Coelho de Meyrelles había construido un muelle, y un saladero…y más tarde llegó Pedro Luro … y lo demás que conocemos.

En los veranos de la niñez en la playa Punta Iglesia o cuando mirábamos los enormes lobos marinos de piedra en la rambla de la playa Bristol, me preguntaba por qué Mar del Plata está aquí y no en otro lado.

¨Lucas¨ Lluch, un joven geólogo de la UNLP, me enseñó sobre las rocas de la costa marplatense: cómo se llamaban, su origen y qué edad tenían.

Las rocas que afloraron en la zona de la Perla o del Torreón del Monje eran al fin ortocuarcitas. Rocas generadas en un mar poco profundo que existió hace unos 400 millones de años y que encontramos, gracias a la tectónica de placas, también en Sudáfrica.

Estas rocas están formadas casi en su totalidad por granos de cuarzo, y hoy las vemos en las lomas y sierras muy por encima del nivel del mar debido a las enormes fuerzas que abrieron y gestaron el Atlántico, que las fracturaron y permitieron que posteriormente se elevaran como pilares tectónicos y se crearan depresiones (que llamamos fosas). 

¿Por qué Mar del Plata está aquí?

A partir de mi trabajo como geólogo, empecé a pensar que algún determinismo geológico había influido en que mi Mar del Plata, nuestra Mar del Plata, estuviera exactamente aquí. Algo que hizo que nuestras familias, que emigraron desde distintos puntos de La Tierra, se quedaran justo aquí ni más allá ni más acá.

Yo creo, es más estoy seguro, que fue justamente acá, no más al norte y no más al sur, porque los pilares tectónicos de las ortocuarcitas paleozoicas (Formación Balcarce, del sistema de Tandilia en la literatura geológica) cortan con rumbo noroeste-sureste la línea de la costa generando salientes donde aumenta y se concentra la energía de las olas, y bahías entre los pilares, como la Bristol, donde por fenómenos refracción y difracción las olas pierden y disipan esa energía y se forman las playas.

Pienso, entonces, que los que nos precedieron eligieron establecerse acá, y no más al norte o más al sur, porque los pilares tectónicos abrazaron a las primeras embarcaciones que amarraban en la playa Bristol y porque por el flanco sur del pilar tectónico de la loma de Santa Cecilia, se escurría el agua dulce que traía desde sus nacientes, en la desaparecida laguna de Ponce, el arroyo las Chacras.

Ese arroyito tenía un cauce sinuoso y, a veces, desbordado (por eso lo entubaron y hoy tenemos las diagonales del centro, no por otra cosa…) que fluía en el contacto geológico entre las formaciones paleozoicas y cuaternarias. Ese era un obstáculo para Avelina que tenía que sortearlo para llegar a la Escuela 1. Un lugar sagrado donde le enseñaron a querer a esta tierra como a su lejana y añorada España.

Luis del Río (*) Geologo. 

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