Ante el veto a la Ley del financiamento anunciado por el Presidente, la comunidad educativa prepara una gran marcha. Las medidas de fuerza de este 26 y 27 de septiembre y la movilización de principios de octubre afectará a la ciudad. Bacap dialogó con representantes de docentes y estudiantes.
Los gremios no docentes convocaron a un paro nacional para el jueves 26, mientras que los docentes harán lo propio el viernes 27 de septiembre para visibilizar la situación. En Mar del Plata, la situación no dista del panorama nacional. Y aguardan la confirmación para sumarse a la marcha federal prevista para el 2 de octubre. «Si hay veto, hay marcha», sostienen desde la dirigencia marplatense.
En diálogo con Bacap, representantes de ADUM y estudiantes brindaron su parecer en este contexto de crisis y lucha.
Los docentes y el gobierno de Milei
Abigail Araujo tiene 36 años y es ingeniera y docente de la UNMDP, además de ser la secretaria general de ADUM (Agremiación Docente Universitaria Marplatense), al ser consultada por la génesis del conflicto remarcó: » La crisis en la Universidad comenzó en diciembre de 2023 se define prorrogar el presupuesto nacional, lo cual significa que las partidas destinadas a la Universidad se basaron en un cálculo realizado en septiembre 2022. La inflación entre esas dos fechas fue de 265%, con eso se empezó a vislumbrar el conflicto. Además, se suspendió el financiamiento para todas las obras en curso y planificadas».
«A medida que pasaron los meses el ajuste se profundizó. En abril las autoridades de las Universidades Nacionales advertían que no estaban en condiciones de funcionar con este presupuesto y los aumentos salariales en comparación a la evolución de los precios constituían la caída más veloz de poder adquisitivo desde que tenemos registro. La convocatoria de las becas Progresar no se había realizado a pesar de que ya estaban comenzadas las clases en todo el país», puntualizó Araujo.
El 90% del presupuesto universitario son salarios docentes y no docentes. Desde diciembre de 2023, hasta la actualidad el aumento fue de un 76% contra 130% de inflación acumulada. El Consejo Interuniversitario Nacional publicó que eso pone al 86% de la docencia universitaria debajo de la línea de la pobreza. Desde ADUM calculan que es el «nivel más bajo del poder adquisitivo desde el retorno de la democracia».
Una marcha histórica
Los estudiantes y la carrera académica en época de conflictos
En cuanto al alumnado, la ingeniera y docente, dijo: «Los estudiantes en las aulas no están exentos de las diferentes problemáticas que afectan a las juventudes en la actualidad. Se complica la permanencia cuando suben los alquileres, el boleto, la comida y cuando se extiende la precarización laboral. Nos hemos encontrado con mucha solidaridad en cuanto al tema salarial porque muchos entienden que lo que está bajo ataque es la universidad pública».
Enzo tiene 25 años y actualmente estudia el profesorado en Letras en la Universidad Nacional de Mar del Plata. También sumó su punto de vista y al ser consultado sobre cómo es cursar en estos tiempos, explicó: «En este momento de mi vida encuentro dificultades para seguir la carrera, o al menos para seguirla de una forma constante y regular. Pero bueno, sin embargo, los paros no diría que son mi principal problema, al menos desde lo personal. Quizás lo que más me afecta o lo veo como un obstáculo; es la oferta académica. Representa una problemática aún mayor para aquellos que quizás tenemos jornadas laborales más convencionales de 8 horas, por así decirlo, por más de que haya una doble banda horaria -por lo general- no llego con los horarios».
«Es incoherente analizar los par sin analizar lo más cercano que bueno es la caída del poder adquisitivo del cuerpo docente y de la sociedad en general tenés que analizar la heterogeneidad de las decisiones políticas nacionales en relación a la educación pública que producto de la constante alternancia ideológica en los gobiernos nacionales genera una política poco clara», agregó.
Lo que pasa en las aulas
«En el salón no siento que afecte más de lo que estamos acostumbrados, por así decirlo, en Humanidades que tiene sus propias lógicas y formas de ser por así decirlo. Por lo general estudiantes de Humanidades tienen un poco más de empatía y comprensión con estos conflictos pero bueno, también hablo con conocidos de otras carreras de económicas, medicina y está como mucho más fragmentada la opinión y la reacción por así decirse», reflexionó el joven estudiante de Letras.
«Yo tengo la idea de que -a veces- se piensan que un profesor vive en una torre de marfil donde solo reina la vocación pero bueno, porque tengo conocidos tengo cercanos, la realidad es que son personas super normales con los mismos problemas que nosotros y bueno si no llegas a fin de mes la vocación empieza a tambalear un poco», agregó.
«Lo que antes quizás significaba ascendencia de clase, ser un profesional, ser un docente, insisto y repito, hoy para una persona recién recibida significa no llegar a fin de mes. Me parece que todo esto de salarios bajos, cada vez hay menos becas, es como te hace pensar, te problematiza la salida laboral en un futuro, te hace repensar tu rol con la carrera. Yo, hoy quizás lo veo más como un hobby que como una salida laboral