En una jornada histórica, Mar del Plata se convirtió el miércoles 2 de octubre en el epicentro de una lucha nacional por la educación pública. Miles de estudiantes, docentes, trabajadores no docentes y organizaciones sociales se congregaron en las calles para expresar su más enérgico rechazo al veto presidencial de la Ley de Financiamiento Universitario. La medida, oficializada este jueves en el Boletín Oficial, desató una ola de indignación tras las movilizaciones en todo el país.
La protesta, que contó con la participación de docentes, estudiantes, trabajadores y agrupaciones sociales, tuvo una extensión de 16 cuadras y el recorrido fue desde el Complejo Universitario (Peña y Funes), hasta el centro de la ciudad (Luro y San Luis).
El decreto 879/2024, publicado en el Boletín Oficial, marca el rechazo del Ejecutivo a la ley 27.757, que buscaba garantizar la actualización de las partidas presupuestarias para las universidades en línea con la inflación. Este veto ocurre apenas semanas después de que el Congreso sancionara la normativa por amplia mayoría, con el objetivo de proteger el presupuesto destinado al funcionamiento de las casas de estudio, la investigación y los salarios universitarios.
Duros discursos
«El 70% de los trabajadores universitarios está por debajo de la línea de la pobreza», denunció Pedro Sanllorenti, secretario general de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (ADUM), durante el discurso de cierre. Además, pidió que el Congreso insista en la sanción de la ley, en caso de que el presidente no ceda en su decisión. «Si Milei veta la ley, confiamos en que los legisladores van a revertir esa decisión. La educación pública es un pilar constitutivo de nuestra nación», añadió.
La marcha en Mar del Plata, también estuvo encabezada por el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), Alfredo Lazzeretti, y otros referentes de la comunidad universitaria. El rector expresó su firme oposición a las políticas de ajuste del gobierno al decir: «Desde la recuperación de la democracia, hemos multiplicado las universidades, y hoy tenemos cuatro veces más estudiantes que hace décadas. Sin embargo, este gobierno busca convertir la educación en una mercancía, algo que no vamos a permitir».
Entre los cánticos más escuchados estuvieron: «Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode» y «La educación no se vende». Carteles y pancartas como «No al veto, sí a la educación pública» y «Libertad es tener educación pública» decoraron el extenso recorrido que culminó en la intersección de Luro y San Luis.
El rechazo al veto también se sintió con fuerza en otros sectores de la sociedad. Representantes de sindicatos, movimientos sociales y jubilados se unieron a la manifestación, denunciando la creciente precarización del sistema universitario. Antonia Muñoz, de ATE-Conicet, cuestionó los recortes al sistema científico: «Nuestros salarios están 30 puntos por debajo de la inflación. ¿No sabe usted, señor presidente, que producimos vacunas y generamos conocimiento para el país?», afirmó.
Un conflicto de larga data
El conflicto por el financiamiento universitario no es nuevo. Desde el inicio de la gestión de Milei, la comunidad educativa ha denunciado recortes que afectan directamente la calidad de la enseñanza y la investigación. En abril, la primera marcha federal logró que el gobierno aumentara los fondos universitarios en un 270%, pero la inflación erosionó rápidamente ese ajuste. Ahora, la insistencia del Ejecutivo en vetar la ley promete reactivar las tensiones en el sector.
Mientras el gobierno justifica el veto argumentando una «mala administración de fondos» por parte de las universidades, la comunidad educativa sigue movilizada. Los gremios señalan que, de no revertirse el veto, continuarán las medidas de fuerza para defender lo que consideran un derecho fundamental: la educación pública y de calidad para todos los argentinos.