El uso de plataformas virtuales aportó soluciones en materia de seguridad, pero la noche sigue siendo un problema. Pasajeras denuncian hechos de acoso y propuestas inapropiadas. Para ellas, las conductoras, que cada vez son más, se presentan como una opción segura.
Por Azul Paci
Un grupo de amigas sale de un bar. Avisa cuando llegues. Una madre despide a su hija después de una cena familiar. Avisa cuando llegues. Dos jóvenes viajan juntas pero una debe bajar antes. Avisa cuando llegues. El pedido se repite, de día, de noche, en cualquier lugar.
En Argentina, cerca del 40% de las situaciones de acoso en el espacio público que viven las mujeres, lesbianas, travestis y trans suceden en el transporte. Pese a que quienes cometen las agresiones se sienten inimputables, acostumbrados a salirse con la suya, el dato es bien sabido por las pasajeras. Una vez en la unidad, comparten ubicación en tiempo real, número de patente, evitan conversar o lo hacen para tantear la situación, realizan llamados, se cubren, siempre atentas y con el celular en mano.
Sin embargo, en ocasiones, ocurre igual y el porcentaje que se acerca a denunciar este tipo de situaciones es mínimo. Según un estudio realizado en la provincia de Buenos Aires, sólo un 5% va a una comisaría a contar lo que sufrió.
La realidad en la calle
Así, las investigaciones señalan que las mujeres continúan viviendo más violencia verbal y acoso sexual que sus pares varones, mientras que estos son afectados por robos, hurtos y agresiones físicas. Ante esto, existe un alto número de pasajeras que manifiestan preferir ser trasladadas por conductoras y Mar del Plata no es la excepción.
“La realidad marca que es muy difícil cumplir la solicitud porque, por razones de seguridad nosotros preferimos que nuestras colegas, que cada día son más, trabajen durante el día. Son pocas las que prestan el servicio en horario nocturno y, por lo tanto, las demoras en cubrir esos viajes serían muy prolongadas, y no es conveniente que una pasajera esté esperando mucho tiempo”, explicó a Bacap el presidente de la Sociedad de Conductores de Taxi, Raúl Vicente.
Por su parte, José Souto, secretario general de la Unión Sindical de Choferes de Autos Rurales y Remises (Uscarra) coincidió en que “hay más cantidad de mujeres trabajando” y reconoció que existe “alguna” preferencia de las clientas por choferes mujeres. En este sentido, destacó el pedido por cámaras de seguridad y mamparas en los vehículos “para que el acoso se termine y tanto la gente como los conductores puedan estar más seguros”.
Historias
Sin embargo, sigue ocurriendo. Para Silvia Susana Ávila, que se desempeña como conductora desde 1983, “una solución buena también sería que haya más mujeres trabajando a la noche. La gente pide más en ese horario. Las chicas que van a bailar o a reunirse siempre me dicen que eso sería lindo porque les da más confianza. Tendrían que ir tranquilas y que nadie les proponga cosas obscenas”.
“Ser mujer le da a las otras mujeres una gran tranquilidad. Se ponen contentas, más que nada en los horarios nocturnos, porque, a raíz de los hechos de público conocimiento que están pasando. Cuando empiezan a decirles barbaridades, las chicas y mujeres grandes se atemorizan y van avisando la ubicación real. De noche, también hay muchos que están drogados. Todo eso, conlleva a que tengan miedo y prefieran a una mujer”, remarcó.
“Ver tirarse chicas del taxi o del remis no es nada agradable. Mi sobrina cada vez que sube a un taxi o remis avisa la licencia y por dónde va. Mi hermana se tenía que despertar a las cinco de la mañana para ver si había llegado bien. No podemos vivir así.Tendrían que tratar de encontrarle la solución. Es un transporte público y uno debería respetar al pasajero”, consideró Ávila, que comenzó a trabajar como conductora cuando había muy pocas en la ciudad.
De la misma manera lo ve Adriana, que es remisera desde hace más de trece años. “Muchas veces, me han comentado chicas jóvenes o novios de ellas que prefieren que vayan con una mujer en el auto porque se han topado con alguno que se quiso pasar de vivo. No somos tantas y por ahí el auto demora un poco más, pero la mayoría se alegra cuando les toca una chofer”, contó a Bacap.
Si bien el horario en que suelen ocurrir este tipo de episodios suele ser a la noche, cuando las pasajeras salen de boliches, bares o tienen que volver solas a sus casas, las conductoras también pueden ser víctimas y, en este caso, se suma el problema de la inseguridad. “Tenés que estar atenta a un montón de cosas”, afirmó.
“Es de gran ayuda tener una radio porque una se siente protegida en el tema de la seguridad. Con el GPS, saben dónde estás, te ayudan cuando vas a una zona que es un poco insegura. Yo no tengo miedo. Me han sucedido algunas cosas sospechosas, pero con el botón de pánico se soluciona. Te mandan los móviles para que te esperen. Pero el factor sorpresa puede ocurrir. La solución que se me ocurre es que se intensifiquen los controles”, expresó Silvia.
En Mar del Plata, la única propuesta que se realizó frente al temor que sienten a ser acosadas por hombres a la hora de tomar un taxi o un remís fue de parte del bloque de concejalas de la Unión Cívica Radical, que impulsó a principios de este año que se incorpore la posibilidad de elegir conductoras al solicitar servicios por vías telefónicas o virtuales.
Sin embargo, el expediente aún está en la Comisión de Políticas de Género. Mientras tanto, las mujeres, disidencias e identidades feminizadas siguen esperando una alternativa para poder sentirse más seguras a la hora de viajar.