La décima edición del evento organizado por músicos y amantes del género se realizará este sábado y domingo. Una historia de amor, fuerza joven y espíritu organizativo que posicionó a la ciudad en un lugar de relevancia musical internacional y logró la presencialidad en tiempos de escenarios vacíos.
Por Azul Paci
Además del olor a Puerto, en Mar del Plata se respira cultura. Así como el primero invade los sentidos y es imposible de ignorar, la segunda construye, inundando todo, amistades, redes y un tejido que, aunque a veces parezca invisible, ahí está. Durante el año, los músicos del jazz recorren el Club Tri, Dickens Pub, la Plaza Mitre, la cervecería Hops, el Espacio Colectivo de Enseñanza Musical, mejor conocido como el ECEM, entre otros. Los escenarios cambian, pero la búsqueda es la misma: el encuentro.
Corría el año 2010 cuando, atravesados por ese ansia y la expectativa de visibilizar una escena que ocurría y cada vez cobraba más fuerza, un grupo de músicos decidió organizarse y lanzar la primera edición del Festival Mar del Plata Jazz en la Plaza San Martín. Junto con el evento, cobraría fuerza la ONG Improvisación Colectiva en Mar del Plata (ICM), pieza fundamental del género en la ciudad.
Ya comenzaban los primeros llamados y mensajes para organizar el décimo aniversario, cuando el coronavirus cerró aeropuertos, salas de ensayo y tarimas, dejando atrás cualquier expectativa de un acontecimiento cultural fuera del mundo del streaming y las redes sociales. El mundo del arte se volvió puertas adentro y el público nunca estuvo tan lejos. Algunos se relajaron o enfocaron sus energías en crear, componer o ensayar y otros decidieron no bajar los brazos.
“Sin descuidar los recaudos que demanda la situación actual, los diez años del Festival Mar del Plata Jazz no los vamos a ver a través de una pantalla”, anunciaron a comienzos de este mes sus creadores y destaparon la emoción de cientos de seguidores que ya habían perdido la esperanza de congregarse en uno de los más importantes eventos musicales de la ciudad.
Como se anticipó en el anuncio, la décima edición del festival contará con un esquema de actividades acotado y un cupo limitado de público a fin de garantizar la seguridad de organizadores y participantes. Los primeros instrumentos comenzarán a desenfundar este sábado en la Villa Victoria y volverán a sus estuches durante la noche de este domingo.
A diferencia de encuentros anteriores, que contaban con shows gratis en un escenario que solía levantarse en Plaza Mitre, este año las entradas tendrán un valor de $600 y ya se encuentran disponibles a la venta en el siguiente link, el Club Tri o la boletería de la Villa. Sin embargo, respetando el espíritu del festival, habrá intervenciones gratuitas en distintos puntos de la ciudad y descuentos para jubilados y estudiantes.
«El hito más grande es poder haberlo hecho durante diez años»
A diez años del primer cruce de ideas con los músicos Martín de Lassaletta, Marcos Basso y Nano Rizzo, el cofundador del Festival Mar del Plata Jazz, Nicolas Pasetti consideró que la perduración del evento en el tiempo es su mayor éxito, además de la plataforma que se logró para mostrar y generar un punto de encuentro entre el público y los músicos.
De cara a una nueva edición, lejos de todo lo que pudieron haber imaginado durante aquel encuentro, el contrabajista también destacó la manera en la que la iniciativa consiguió poner a Mar del Plata en un lugar de relevancia en la escena musical del país y del mundo, porque el Festival fue visitado, en reiteradas ocasiones, por primeras líneas del jazz internacional.
“Veníamos juntándonos, armando diferentes ciclos, jam sessions y surgió la idea de armar una especie de asociación, figura legal u ONG para poder llevar adelante varias actividades”, explicó en relación a la creación de Improvisación Colectiva en Mar del Plata (ICM), que hoy cuenta con varios discos en su haber, y los primeros pasos del Festival, que empezó con la “idea de poder generar un espacio para poder mostrar los diferentes movimientos de jazz que estaban dando vueltas en la ciudad y juntar todo lo que pasaba durante en año en un evento más grande para que cobre otra importancia”.
Expectativas y futuro
– Diciembre, tiempo de balances. ¿Qué ven en el espejo retrovisor?
– El balance es positivo. Fueron diez años de que aparezca cada vez más gente tocando, de que se abran nuevas oportunidades para tocar, espacios nuevos de creación y enseñanza. Si bien este año fue muy complejo, todo venía en una dirección de crecimiento.
– ¿Cuál es la expectativa para este sábado?
– La expectativa es poder volver a hacer música en vivo, que toquen varios grupos, que vuelva a congregarse un montón de gente con los mismos intereses y que el oyente pueda escuchar eso en un contexto cuidado. Volver a generar ese espacio de encuentro, creo que el Festival siempre fue eso.
– ¿Y para el futuro?
– Al estar organizado por un colectivo de músicos el Festival no depende tanto de una persona, sino que tiene que ver con una gestión y un impulso colectivo de un montón de músicos que tienen que ver con la improvisación y el jazz entonces eso seguramente haga que continúe por muchos años más.
El cronograma de la décima edición del Festival Mar del Plata Jazz está disponible en las publicaciones del siguiente link.