Comenzó a la misma hora que el Debate en el Senado y terminó al amanecer. Cómo se vivió la fiesta verde en la ciudad.
Por Aldana Arén
Con un clima parecido al de los Encuentros Nacionales de Mujeres, a las 15 del martes las organizaciones sociales, sindicales y políticas comenzaron a instalar gazebos, reposeras y banderas sobre la calle Yrigoyen para acompañar el Debate en el Senado por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). También se instaló una pantalla gigante con sonido que transmitió en vivo el minuto a minuto de la Cámara hasta el momento de la votación.
Los alrededores del Palacio Municipal estuvieron repletos de mujeres reunidas para compartir la emoción, la ansiedad, la expectativa. Desde 2018, la lucha por el aborto legal se vive como una fiesta ritual: maquillaje, brillos, ropa verde, aros y trenzas. Una chica, incluso, se compró una malla especialmente para estrenar en la vigilia. Desde temprano cientos de pibas pintadas con glitter ocuparon la calle y la plaza, dibujando diseños verdes en la piel de sus compañeras.
Cuando cayó la noche, la multitud copó la calle, los gazebos, la plaza y las veredas. Todas llegaban, ninguna se iba. Algunas fueron a sus casas a descansar y volvieron con energías recargadas para resistir la madrugada. Se rumoreaba que la votación sería a las 6 de la mañana. Las organizaciones gestionaron la cena para sus militantes: olla popular, pollos a la parrilla, ensaladas de fruta y pan relleno. Para les autoconvocades, había puestos de choripán, hamburguesas y bebidas.
Los discursos de los oradores se confundían con los bombos y los cantos. Los celestes fueron abucheados con silbidos y los Senadores “indecisos” que adelantaban voto favorable, celebrados con gritos de gol. Cada uno agrandó una diferencia en el poroteo que se volvió irreversible. Antes de la medianoche ya no había lugar a dudas: el 30 de diciembre, Argentina amanecería con aborto legal, seguro y gratuito.
Pasadas las 2 am, durante los discursos de cierre, la multitud incansable se amuchó frente a la pantalla. Los gazebos fueron desarmados para dar paso a las personas que se acercaban cada vez más al centro, donde se podía sentir el pálpito, la agitación y los cantos, ya afónicos luego de 12 horas de Debate. Llegó la votación, hubo silencio. La lectura voto por voto y la palabra APROBADO en pantalla. La explosión.
El estallido verde contiene la fuerza de la militancia de tantos años. Allí están los sindicatos, los barrios, las organizaciones, oficinas, escuelas y cada uno de los lugares ganados a fuerza de trabajo colectivo, con la convicción de que un país con aborto legal es un país más justo y menos desigual. En medio de esa gran ola verde están todas las mujeres y personas gestantes que no pudieron elegir, que fueron privadas del deseo, están las presas por abortar, las que sobrevivieron a la clandestinidad, y también las que nunca volvieron de ella.
Entre festejos, saltos, abrazos y cantos, amaneció el anteúltimo día del año 2020 con una Argentina más igualitaria, en donde el aborto seguro ya no será, nunca más, un privilegio de clase.