Con la difusión de “la copita”, volvieron a estar en auge. En los últimos años, surgieron emprendimientos locales y nacionales que proveen toallitas y protectores con telas naturales. Destacan que son más higiénicas, suaves y saludables.
por Claudi Roldós
La copa menstrual es un insumo que se ha popularizado para la gestión menstrual en el último lustro, pero su historia data de unos 90 años. Al igual que la difusión de este método -ahora con insumos fabricados con una silicona médica resistente a bacterias, suave y delgada- también se ha vuelto a prestar atención a las compresas -toallitas y protectores diarios- de tela, lavables y reutilizables.
Se trata de un cambio de costumbres al que muchas mujeres llegan en el marco de una búsqueda de mejores opciones para transitar un proceso biológico que se repite cada mes, durante unos 35 a 40 años de la vida.
El cuidado del cuerpo es uno de los factores fundamentales que se tienen en cuenta a la hora de elegir productos realizados con materiales que no contengan químicos ni componentes tóxicos (que tienen todas las compresas descartables) y, que además de ser más cómodas, suaves e higiénicas, implican un menor impacto sobre el ambiente y sobre la economía.
Es que las mujeres, utilizamos entre 20 y 25 compresas y entre 10 y 20 tampones por mes, que contienen celulosa, polietileno (uno de los plásticos más comunes), papel siliconado, algodón, poliéster, polipropileno (tela plástica no tejida), pulpa de papel blanqueada y aromatizantes, además de componentes tóxicos como dioxina, poliacrilato (el famoso gel azul), rayón y hasta pueden contener asbesto.
Además, en promedio, en un año de uso de estos apósitos, se producen por persona menstruante entre 60 y 65 kilogramos de basura contaminante y no degradable dado que, al igual que los pañales descartables, demoran entre 250 y 500 años en degradarse.
Opciones
Para un número cada vez mayor de personas, acceder a opciones que combinen una posibilidad de realizar una gestión más sana del proceso y evitar contaminar, es muy importante.
Ana, de 35 años y mamá de una nena, confió que al “pasarse” al uso de toallitas de tela le implicó dejar de sentir comezón e irritación de la piel, que le producían las descartables.
Laura, de 27, en tanto valoró que el uso de las reutilizables no es más trabajoso que el de “tirar la compresa”. “En realidad, casi siempre con las toallitas descartables tenía alguna filtración y ensuciaba la ropa interior, de modo que en eso no hay diferencia. Se sienten más higiénicas y suaves y, además, ahorrás dinero” señaló.
Emprendimientos
Valeria Heiland @valeheiland de @menguante.toallitasdetela comenzó a fabricar estos insumos -en sus versiones para gestión menstrual y protectores diarios- en plena pandemia y por pedido de hermanas y amigas. “Era para probar si funcionan, porque además tengo otro emprendimiento. Pero desde que comencé la difusión, no paro de vender” sostuvo.
Valeria hace la moldería, el corte, la confección y la colocación de broches. “Todo el proceso pasa por mis manos”.
Para la productora, “las ventajas de usar toallitas y protectores de tela tienen que ver mucho con el cuidado de nuestro cuerpo. Son mucho más higiénicas ya que al ser de algodón, aseguran la circulación de aire y ayudan a la prevención y curación de varios tipos de infecciones vaginales. También evitan irritaciones por rozamiento y se sienten suavecitas y amigables. Además, es una forma de contribuir con el cuidado del planeta, disminuyendo plásticos, descartables, que se vienen tirando sin parar desde hace décadas. Hoy tenemos el poder como consumidoras de decidir, con nuestra compra y con lo que consumimos, el impacto que vamos generando”.
Además destacó que “ayudas a tu economía, ya que a la larga te conviene tener las toallitas de tela porque invertís en algo que te va a durar unos 4 o 5 años y te termina saliendo muchos más económico que los paquetes de toallitas descartables”.
Perfil de usuarias
La emprendedora indicó que su “diferencial” tiene que ver con prestar atención a las clientas. “Me interesa su feedback, ir acomodando la moldería o hacer pequeñas reformas a partir de la opinión de las clientas, las escucho mucho porque lo que más me interesa es generar un buen vínculo con ellas y si me piden alguna estampa que no tengo en stock las hago específicamente. El centro del emprendimiento son mis clientas, y trato de cuidarlas!
Valeria define el perfil de usuarias como “consciente en cuanto a lo que consume, y responsable con el cuidado del medio ambiente y de su salud, respeta su cuerpo, no solo su higiene sino también en lo que consume en general. Creo que la pandemia, que nos llevó a quedarnos adentro, también nos llevó a replantearnos varios hábitos de consumo y a querer mejorarlos, a usar menos plásticos, y a ser más sanos y naturales”.
Mayor interés y productoras
Carmen de @amoagaia comenzó fabricando pañales de tela y actualmente se dedica exclusivamente a las toallitas y protectores.
“El interés ha crecido muchísimo y también la cantidad de productoras nacionales” reconoció. Ella, que además es docente, coincidió en las tres ventajas de la utilización de productos para acompañar los ciclos vitales de una forma “más amigable”. Además coincidió en que “son cómodos, suavecitos, se adaptan a nuestro cuerpo de forma natural, son 100% algodón -diarios- o de plush con absorbente de PUL -toallitas diarias y nocturnas- y los broches son hipoalergénicos”.
Desde Uni-B (@unibmdq), en tanto, reconocen que sí es “más fácil” utilizar una toallita descartable y tirarla enseguida. Pero “contienen sustancias tóxicas como dioxina para blanquear, rayón que las vuelve super absorbentes, rastros del pesticida glifosato y el poliacrilato para el gel azul, entre otros, además de causar un impacto terrible en el medio ambiente”. Y consideraron que “animarse al cambio solo implica acostumbrarse a otro hábito para cuidarse a una misma y al planeta”.