Uno de los principales síntomas del Covid-19 es la pérdida del gusto y el olfato. Aunque la gran mayoría de los pacientes logra recuperarlo tras cursar la enfermedad, una pequeña parte sufre pérdida del olfato a largo plazo. ¿Qué tratamientos existen para recuperarlo?
Por Celeste Verdicchio
El Covid-19 suele presentar síntomas tales como fiebre, tos, falta de aire, fatiga, dolores articulares, vómitos, falta de apetito y diarrea, entre otros. A esta lista, debe sumarse uno de los síntomas más característicos de la enfermedad: la pérdida del gusto y el olfato.
Durante la pandemia, alrededor del 80 % de los pacientes experimentaron la pérdida o falta total del olfato, lo que se conoce como anosmia. Mientras que, en otros casos, se presentó un cuadro de hiposmia: la pérdida parcial o relativa del olfato (disminución o distorsión en la percepción de los olores).
En busca del olfato perdido
El tiempo de recuperación del olfato varía según cada paciente, con un promedio aproximado de 14 días transcurrida la enfermedad. Sin embargo, 1 de cada 5 personas puede tardar de 4 a 5 meses en recuperarlo. En términos generales, más del 80 % de las personas reponen su sistema olfativo en un mes, aunque algunos pacientes pueden manifestar una ligera pérdida del olfato durante un largo plazo.
Lo cierto es que aún no se sabe con exactitud el mecanismo por el cual el SARS-CoV-2 produce la pérdida del olfato en las personas. La anosmia es algo frecuente en distintas enfermedades respiratorias debido a la mucosidad generada por el cuadro de congestión nasal. En estos casos, las alteraciones se dan por congestión periférica.
Diferente es lo que ocurre con el Covid-19: “Se vio que los pacientes con coronavirus ya tenían una alteración central del nervio olfatorio, es decir que la anosmia ya no era periférica sino que era central, a nivel del sistema nervioso”, explica Gustavo Blanco, ex secretario de Salud de General Pueyrredon.
Cómo afecta el coronavirus al sistema olfatorio
Entender el mecanismo por el cual el coronavirus afecta el nervio olfatorio es, todavía hoy, un misterio y desafío para la ciencia y la medicina. Tal como detalla Blanco, el SARS-CoV-2 afecta a distintos órganos a través de su proteína S (Spike, en inglés) que se une a un receptor de membrana llamado angiotensina 2.
Este último, normalmente se encuentra en el aparato respiratorio, gastrointestinal y arterial. Pero no se ha encontrado que este receptor se halle en el neuroepitelio, que es la célula periférica del nervio olfatorio, la zona donde se capta el olfato.
“Hemos revisado un montón de estudios y estos son muy dispares, todavía no hay un número de pacientes suficiente para poder aclarar esto. Estas células que tenemos a nivel olfatorio, células receptoras en la superficie de la mucosa, desencadenan unos mensajeros que llegan y activan la parte distal de unos receptores distintos al de la proteína S y al de la angiotensina 2, estos mensajeros se llaman proteína G”, explica el médico y especialista.
Diferentes estudios clínicos realizados hasta el momento, sugieren que la infección por SARS-CoV-2 no conduce específicamente a la pérdida del olfato por impacto de la angiotensina 2 (tal y como se creía), sino que podría haber un impacto directo en las células olfatorias “más arriba”, vinculado a la proteína G.
Qué tratamientos existen para recuperar el olfato
Según los especialistas, aún queda mucho camino por recorrer para tratar de entender cómo funciona la fisiopatología de la disfunción olfatoria. Por el momento, los tratamientos apuntan a una rehabilitación olfativa a través de distintos fármacos y ejercicios. Dado que un porcentaje de las personas infectadas por Covid-19 suele presentar anosmia a largo plazo, surge el interrogante de qué tratamientos se realizan actualmente.
En diálogo con Bacap, el Dr. Alejandro Ferro, especialista y consultor en enfermedades infecciosas, explica que el primer paso a seguir, tras 3 o 4 semanas sin mejoría del olfato, es consultar a un otorrinolaringólogo.
“Hacer una visita al otorrino, que es quien va a realizar una endoscopia nasal, observando las fosas nasales por dentro (rinoscopia), para examinar si hay alguna lesión endonasal. En algunos casos, se puede recomendar una resonancia del bulbo olfatorio para ver si hay una atrofia del mismo y después realizar una oftalmometría, que es medir con un kit de determinados olores en qué cantidad y de qué severidad estamos hablando”, detalla el ex secretario de Salud, Ferro.
Una vez finalizadas las etapas del estudio, y en caso que haya una pérdida importante del olfato, el siguiente paso es realizar el entrenamiento olfativo.
En ese sentido, Blanco suma: “Se pueden utilizar corticoides intranasales con una eficacia relativa. La pulverización nasal en forma de gotas, por ejemplo, mejora la función olfatoria en la mayoría de los pacientes que tienen rinitis, rinitis alérgicas e infecciones como el caso del coronavirus”.
El especialista advierte que hay que tener especial cuidado con la colocación de los spray nasales con corticoides, ya que en muchos casos pueden quedar en la periferia, es decir en las paredes de la nariz internas, y eso produciría que no se desinflame el nervio (que llegue hasta los receptores).
Rehabilitación olfatoria
Otro tratamiento importante a considerar es la rehabilitación olfatoria: “Para ello, se utilizan unos tubos que se colocan en la nariz a través de los cuales se hace inhalar a los pacientes diferentes tipos de olores: rosas, eucaliptos, limón, vinagre, menta y distintos perfumes”, enumera Blanco.
Este tratamiento, basado en ejercicios para recuperar la sensación olfatoria, suele indicarse en la mayoría de los casos. Se recomienda realizarlo durante 2 o 3 minutos y practicar con cada uno de los olores al menos 2 veces por día, durante semanas o meses (puede variar en función de cada paciente).
Ambos especialistas recomiendan, para aquellas personas que presenten una anosmia persistente, realizar una consulta al otorrinolaringólogo o a un especialista clínico, quien realizará los estudios clínicos pertinentes para comenzar con el tratamiento adecuado.
Rehabilitación
Por último, la Dra. y otorrinolaringóloga Mercedes Insaurralde, quien actualmente trabaja en la Clínica del Niño y la Madre y en el Centro Integral de Garganta, Nariz y Oído (CIGNO), precisa que en los próximos días comenzarán a realizar allí tratamientos de rehabilitación olfatoria con los kits de 4 esencias.
“Esto es algo que pedimos a Buenos Aires y en lo que ya estamos ultimando detalles”, aclara. El tratamiento estará basado en la historia clínica del paciente, un examen físico exhaustivo que determinará el grado de anosmia o hiposmia, y tendrá una duración de 4 a 6 meses con controles periódicos del paciente, según detalla. Para más información se puede consultar en la web de CIGNO